Aspectos de tecnología de manejo

El cultivo del tomate de cáscara Physalis ixocarpa L., mejor conocido como tomatillo, ha venido ganando terreno en los últimos años, hasta convertirse en una de las hortalizas de mayor crecimiento, donde el principal mercado es el nacional, en plazas como Tijuana, México, D. F., Guadalajara y Monterrey, además de la Unión Americana, donde se utiliza en la elaboración de salsas picantes y condimentos para comidas mexicanas.

Por ser un cultivo cuya venta está sujeta a la oferta y la demanda, las variaciones de precio dependen principalmente de la superficie sembrada y de la programación de las áreas, fluctuando desde $45 hasta $5.0 por kilogramo.

Los rendimientos también son muy inestables, pues los determina principalmente el período de siembra, el cual inicia a finales de agosto y termina en diciembre, con óptimos resultados en noviembre, pero como el mercado es el que determina los precios, escalonar las siembras muy temprano o muy tarde tiene como objetivo obtener un mejor mercado, aunque se sacrifique rendimiento.

Las siembras muy tempranas, además de los bajos rendimientos, suelen tener problemas por alta incidencia de malezas, en virtud de las lluvias de la temporada, las cuales ocurren antes del cierre del cultivo, y al no disponerse de herbicidas específicos, el control debe realizarse manualmente, incrementando el costo del cultivo, el cual puede variar de $12,000 a $15,000 por hectárea, cuando el cultivo se maneja convencionalmente, aunque muchos productores invierten mucho menos pero producen también mucho menos, ya que aun cuando el potencial óptimo de las variedades es de 45 toneladas por hectáreas, las siembras fuera de fecha y mal entendidas pueden rendir menos de 15.

Una estrategia común es la venta de cultivo en pie, a punto de cosecha, donde el productor puede obtener de $35,000 a $45,000 por hectárea al vendérselo a un intermediario que compra, cosecha y comercializa.

Por otro lado, el incremento de las áreas destinadas al cultivo ha propiciado un aumento de problemas fitosanitarios, como el ciclo anterior en el que el ataque de virosis y daño por ácaro fue comparativamente mayor a un año atrás.

Para auxiliarlo en la mejor toma de decisiones sobre el manejo del cultivo, le presentamos las siguientes sugerencias.

Características de la planta

El tomate de cáscara es una planta herbácea de tallos pubescentes de hasta 1.0 m de altura, con ramificación dicotómica. Las hojas son alternas, grandes y lisas, de consistencia blanda, largas y ovaladas, las flores son hemafroditas, pequeñas ya regulares y aparecen solitarias en las axilas de las hojas, en la parte terminal de las ramillas; el cáliz es persistente, con los sépalos parcialmente soldados; es color verde y termina en cinco dientes agudos rodeando al fruto.

La colorla es gamopétala en forma de campana y mide de 2 a 2.5 cm de diámetro. Está constituida por cinco lóbulos que se doblan irregularmente, son de color amarillo con una mancha obscura en la base. Al centro del estambre se encuentran cinco estambres insertos en el tubo de la corola y alternando con los lóbulos, con las anteras erectas, unidas pero no soldadas por entre las que salen el estilo.

El fruto es una bolla esférica u ovalada de 2 a 5 cm de diámetro, lisa de color amarillento violáceo o verde brillante; la pupa es amarilla y jugosa con una materia mucilaginosa que rodea las semillas. El fruto se encuentra envuelto por el cáliz persistente, el cual es papiráceo y pegajoso interiormente y crece conforme se desarrolla el fruto.

Existe gran variación del aspecto y tamaño de los cálices, y mientras unos son grandes (holgados) en relación al tamaño del fruto, otros alcanzan un tamaño similar al fruto, y se adquieren con fuerza a su superficie, aunque se rompen al llegar a la madurez.

Variedades

Conforme se ha ido popularizando el cultivo han surgido nuevas variedades que tratan de resolver los principales problemas del cultivo, o bien, satisfacer las exigencias del mercado, en cuanto a tamaño y color del fruto, sabor, vida de anaquel, etc.

Las principales que se siembra en el norte de Sinaloa, son: Cerro Gordo Mejorada, Santo Tomás 80, Rodomora 75, Verde Puebla, Boca de Arroyo 70 y Yerecuaro.

Siembra

En las siembras tempranas y para contrarrestar el ataque de chupadores como mosca blanca, trips y pulgón, se recomienda un buen tratamiento a la semilla, con pequeñas dosis de confidor o regent, biozyme T. S., K-Tionic y agua, mezclando los productos entre sí y aplicándolos a un kilo de semilla, usando una bolsa de plástico para que la semilla se impregne uniformemente.

La siembra debe hacerse en un terreno bien preparado y fertilizado, ya sea en terrenos de aluvión, barrial o arenosos, y la distancia entre surcos varía de 1.60 a 1.80 m.

La profundidad de la siembra más recomendable es una pulgada, con una dosis de una libra por hectárea, si se emplea sembradora de precisión.

Para siembras en seco, se recomienda aplicar inmediatamente después de la siembra un herbicida específico como Prefar 480-E, en dosis de 4 lts por hectárea, o bien 2 lts de Debrinol 240-E.

Es recomendable realizar una fertilización de presiembra y depositar en la marca principalmente nitrógeno, fósforo y potasio, en la dosis que resulte del análisis del suelo.

Una segunda fertilización se recomienda cuando la planta alcance unos 25 cm de altura, utilizando principalmente urea y sulfato de potasio.

En la etapa de floración se recomienda realizar una fertilización foliar y de ser posible un regulador hormonal, ya que debido a la gran cantidad de flores y al número de frutos que llenan a la vez, el cultivo demanda una fuerte cantidad de elementos menores. 15 días antes del corte se sugiere la aplicación de la fórmula 0-20-55, en dosis de 3 kg/ha para darle consistencia al fruto.

Una vez emergidas las plantas y cuando tengan entre 3 y 4 hojas verdaderas, se recomienda realizar el desahije, para dejar entre 4 y 5 plantas por metro lineal e inmediatamente después realizar el primer cultivo y el cierre de la fertilización. Posteriormente se efectúa el primer riego de auxilio, y los siguientes serán en función de las necesidades del cultivo.

En siembras en seco y después de la aplicación de herbicida se recomienda aplicar el riego de germinación, el cual debe ser ligero y a transporo.

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