Obtener los máximos rendimientos, conservando razonablemente los costos de producción por hectárea, ha sido el sueño de los agricultores empresariales del noroeste, y de alguna manera, el único camino que les queda ante la globalización de mercados y la competencia internacional, cada día más aguda, no solo respecto a los precios de las cosechas, sino a la posibilidad de mercado para colocarlas.

Por eso no fue extraño que el día que la Asociación de Agricultores del Río Fuerte Sur, en Los Mochis, anunció la visita de un agricultor de Nebraska que diría como obtiene 20 toneladas de maíz por hectárea, el auditorio de la AARFS se llenó completamente.

Ahí estaban agricultores y técnicos, interesados en conocer los secretos de Kennet Beaver, agricultor de 58 años de edad y con una experiencia de 40 en la producción de maíz, ganador del Premio Nacional de Producción que se otorga cada año en Estado Unidos, como una forma de reconocer el trabajo de los hombres del campo, más o menos como se hacía hace casi una década en nuestro país, en los tiempos del secretario de Agricultura, Carlos Hank González.

El Ing. Miguel Tachna Félix, presidente de la AARFS y sus consejeros, decidieron traer al máximo productor de maíz de USA, para conocer su opinión sobre la tecnología local, en comparación con la que usan los norteamericanos.

Se partía de la base de que si bien las condiciones del clima de Nebraska son muy diferentes a las de Sinaloa, el tipo de suelo y las prácticas de manejo, tienen similitudes.

Durante casi dos horas de charla, Beaver y Jeff Smith, su agrónomo de cabecera, respondieron las preguntas de técnicos y agricultores del Norte de Sinaloa, interesados en saber cómo se obtienen 20 toneladas de maíz por hectárea, pues como es sabido, en la región, el rendimiento promedio reportado por la Sagar para el ciclo anterior fue de 7.6 toneladas por hectárea, si bien hay agricultores exitosos que obtienen hasta 14 toneladas.

Por considerarlo de interés para los lectores de Panorama AGROPECUARIO, sintetizamos a continuación los principales puntos de manejo agronómico citados por Kennet Beaver y Jeff Smith.

El primero es que empiezan a preparar sus tierras hasta que la temperatura sube sobre los 18 grados C., pues como se sabe, el invierno allá es tan crudo que una densa capa de hielo cubre la superficie durante gran parte del invierno, precisamente después de la cosecha anterior.

Beaver usa una sembradora John Deere de 8 surcos equipada con disco, pues dice que los machetes allá no dan tan buenos resultados; al mismo tiempo que siembra va aplicando la primera fertilización con la dosis 40 unidades de nitrógeno, 120 de fosfato, 32 de potasio, 28 de azufre y 7 de zinc, todo aplicado a una velocidad máxima de 4 a 5 kilómetros por hora.

Dice que por nada del mundo aumenta esa velocidad, porque significaría que su máquina deposite semillas dobles que generan cuateo de plantas, o que varié la distancia entre planta -su óptima es de 12 a 14 centímetros y la profundidad de la semilla, no más de 1.5 pulgadas.

Además “si voy a esperar 180 días o más a la cosecha, que importancia tiene que me tarde dos o tres días más en sembrar”, afirma a manera de justificar su posición de sembrar despacio.

Su densidad óptima es de 95 a 100 mil plantas por hectárea, en surcos separados a 75 centímetros.

Cuando sus plantas tienen 15 centímetros de altura aplica 50 kg. de gas y otros 50 de azufre y para el cierre del cultivo vuelve a hacer otra aplicación de fertilizantes, ahora con 75 más 75 y procede a regar.

En total aplica de 5 a 7 riegos de auxilio, preferentemente ligeros pero en cortos períodos entre sí.

Explica que gran parte de su éxito radica en que es un agricultor con mucha paciencia y muy perfeccionista, que observa el comportamiento de su cultivo paso a paso y procura no repetir los errores de un ciclo a otro, a pesar de que las casi 500 hectáreas que siembra están divididas en pequeñas parcelas de no más de 8 hectáreas cada una.

Para Kennet Beaver, de los aspectos más importantes es la población adecuada y que las plantas estén bien distribuidas y recomienda aplicar un riego de auxilio inmediatamente después de cada cultivo, pues la cultivadora normalmente daña algunas raíces, por lo que el riego ayuda a que las otras se desarrollen más vigorosamente hacia el suelo y tengan mejor contacto con la humedad, de manera más regular.

Por su parte, el Ing. Jeff Smith, explica que con 5 a 7 riegos ligeros se proporciona una lámina total de riego de 45 a 50 centímetros, pero que los surcos normalmente tienen una extensión de 270 a 330 metros, con la salvedad, a diferencia del noroeste de México de que ellos están usando el sistema de riego con tubos de 8 pulgadas con compuestas de una pulgada, lo que les permite un mejor manejo de agua.

Su abastecimiento es exclusivamente del subsuelo, por lo que el buen cuidado del líquido es de especial importancia.

El primer riego lo aplican normalmente cuando la planta tiene 10 hojas verdaderas; es decir, una altura de 40-45 centímetros.

Para el agrónomo asesor de Kennet Beaver, la comunicación entre él y su asesorado es de especial importancia, porque la experiencia de uno y los conocimientos técnicos del otro permiten la toma de mejores decisiones, particularmente en lo que a control de malezas y plagas se refiere.

Opina por otro lado que un aspecto interesante en cuanto al balance correcto del uso de los insumos es observar la formación final de la mazorca.

Por lo general el agricultor quiere ver mazorcas llenas de grano totalmente o mazorcas grandes, cuando en realidad en el primer caso, puede significar que se usó fertilizante o agua por arriba de los requerimientos de la planta, lo que implica inversiones innecesarias.

Por otro lado, más que el tamaño de la mazorca importa el tamaño del grano, por lo que debe observarse la cantidad de hileras del híbrido y el número de granos por hilera, así como el tamaño y peso específico del grano, pues el agricultor le pagan por toneladas de maíz, no por lo bonito que luzcan las mazorcas.

“Las mazorcas muy grandes, no son necesariamente indicadores de altos rendimientos”, concluye.

Algunas comparaciones

De acuerdo con cifras de la AARFS, el costo de producción por hectárea de maíz, para el ciclo otoño-invierno 1998-99 será de $8,652.00, para agricultores con tierra y maquinaria propia, por lo que con un rendimiento unitario promedio de 7.6 toneladas por hectárea y un precio medio rural de $1,420.00 por tonelada, el ingreso total sería de $10,792.00, es decir, una utilidad de $2,140.00 que representa el 24% de la inversión.

Con estos número se tendría que, al mismo costo de producción por hectárea, pero incrementando el rendimiento 50% más, adoptando las tecnologías usadas por Kennet Beaver, se alcanzaría producciones de 11.4 toneladas por hectárea, para un valor de la cosecha de $15,188.00 y un utilidad de $7,536.00 que representarían una tasa de retorno del 87% sobre la inversión.

5 Comments

  1. Nino leiva dice:

    Sr aca en paraguay solo nos rinde 5 ton por hct..
    Y hay muchas tierras muy buenas para el cultivo

  2. Soy de Perú para llegar a producir 20 Tm de maíz
    ¿ Cuál es su fertilización total /Há .

  3. Jans Carlos Mechato juarez dice:

    Buen día soy de Perú en mi primera vez que e sembrado maíz y solo a rendido 5.5 toneladas. Y con lo caro que están los fertilizantes. E perdido ya que la inversión fue mayor. A lo que obtenido por la venta de maíz. Estaría muy atento y agradecido en saber y tener un conocimiento más profundo con sus técnicas implementadas. Gracias

  4. Adrián García Ramírez dice:

    Buenas tardes requiero de más información

  5. Wilfer Renteria Medina dice:

    Hola cómo están, tengo un reto en Colombia no pasamos las 5 toneladas por hectárea quiero pasar ese promedio tanta tierra fértil en Colombia podemos estar también a 30 toneladas por hectárea

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