Elección del terreno

Las papas pueden crecer casi en todos los tipos de suelos, salvo donde son salinos o alcalinos. Los más apropiados son los suelos arcillosos o de arena con arcilla y abundante materia orgánica, con buen drenaje y ventilación. Se considera ideal un pH de 5,2 a 6,4 en el suelo.

El cultivo requiere una buena preparación del suelo. Es necesario eliminar todas las raíces de la maleza. Por lo general es necesario arar tres veces, rastrear con frecuencia y aplicar el rodillo, para que el suelo adquiera la condición adecuada: suave, bien drenado y bien ventilado.

Variedades

Las más sembradas son: Fiana, Atlantic, Vivaldi, Satina, Agatha, Mónaco, FL1867, Fábula, Alpha, Gigant, Diamante, Snoudan y Cardinal.

El ciclo vegetativo promedio es de 110 a 120 días.

Siembra

La fecha autorizada comprende del 15 de septiembre al 31 de diciembre. Sin embargo, los mejores rendimientos y sanidad del cultivo se logran con siembras en el mes de noviembre.
Siembre en surcos a 92 centímetros y una distancia entre matas de 30-35 cm., a profundidad de 12 cm.

Use de 2.5 a 3.5 toneladas de semilla por hectárea, empleando tubérculos de 60 grs. El volumen de semilla aumenta o disminuye, según el diámetro de la semilla utilizada.

La brotación se acelera tratando la semilla con ácido giberélico en dosis de 10 ppm durante 5 minutos. En este caso se usa agua como disolvente.

También puede emplearse como acelerador de germinación bisulfuro de carbono.

Para efecto del manejo agronómico, se distinguen 5 etapas clave en el proceso de desarrollo de la planta que son:

Etapa vegetativa. Inicia con el rompimiento de la latencia de la semilla y termina con el inicio de la formación de tubérculos, variando de 15 hasta 30 días dependiendo de las condiciones climáticas y edáficas donde se establezca el cultivo.

Tuberización. Inicia cuando los estolones aparecen y varía entre 10 y 14 días. Un déficit de humedad en esta etapa puede reducir el número de tubérculos producidos por cada planta.

Desarrollo de tubérculos. Se caracteriza por la acumulación de carbohidratos (en forma de almidón), con un incremento constante en el tamaño y peso de los tubérculos bajo condiciones óptimas de humedad. Esta etapa puede durar de 60 a 90 días dependiendo del clima y sanidad del cultivo, ya que la humedad tiene una relación directa con el tamaño y calidad de los tubérculos, principalmente a mediados de la tuberización la cual se presenta de 3 a 6 semanas después de su inicio.

Maduración. Empieza con la caída del follaje, donde las hojas viejas se tornan amarillas hasta llegar gradualmente a un color café al madurar. Tiene lugar un crecimiento mínimo de los tubérculos y los requerimientos hídricos van disminuyendo por la reducida evapotranspiración de las hojas en el proceso de secado.

Manejo del riego

En Sinaloa se emplean principalmente tres técnicas de riego: rodado, aspersión y goteo. La lámina a aplicar está influenciada por la fecha de siembra, tipo de suelo y condiciones ambientales. Las necesidades hídricas de la papa en el Valle del Fuerte son de alrededor de 360 mm. En condiciones de riego rodado se aplican alrededor de 60 cm., en aspersión 45 cm., y en goteo 40 cm.

Hay una respuesta favorable en el desarrollo, rendimiento, calidad y sanidad del cultivo bajo condiciones de riego por goteo. Para las condiciones del Valle del Fuerte, la lámina total aplicada en riego por goteo puede ser de 40 al 55% de la lámina aplicada por riego por surcos, mientras para aspersión este rango es del orden de 50 a 65%.

El manejo adecuado del riego es uno de los factores más importantes que influyen en el rendimiento del cultivo, tanto en cantidad como calidad, ya que del 85 al 95% del tubérculo es agua. La papa no tolera sequía y no debe faltarle humedad, especialmente desde la formación de tubérculos hasta floración.

Cuando la humedad rebasa el nivel de capacidad de campo, el suelo llega a saturarse y el cultivo se estresa por falta de oxigeno en la zona de las raíces, pero si la humedad se agota por debajo de la capacidad de campo, se producen mermas importantes en el rendimiento.

Para calendarizar el riego usando la capacidad de campo como indicador, es indispensable conocer la capacidad de campo y el punto de marchitez permanente del predio.

Las unidades de la capacidad de campo y el punto de marchitez permanente indican el volumen de agua que existe por cada centímetro cúbico de suelo.

De manera general se sugiere aplicar un riego de presiembra y ya establecido el cultivo proporcionar de 5 a 6 riegos de auxilio con intervalos de 15 a 20 días, según las necesidades de la planta.

Evite deficiencias de humedad durante la etapa de fructificación.

Las tiradas cortas y los riegos ligeros disminuyen los riesgos de presencia del tizón tardío.

Fertilización

Es necesario un balanceado suministro de los nutrientes a la planta, tales como nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio, azufre, hierro, cobre, zinc, manganeso, boro y molibdeno, ya que cumplen funciones específicas para el adecuado crecimiento de la planta. La falta de algún nutriente origina un retardo del crecimiento y disminución del rendimiento.

Un eficiente manejo de la fertilización debe considerar los siguientes aspectos:

  1. Es una especie cuya principal función fisiológica es almacenar o acumular gran cantidad de nutrientes en los tubérculos.
  2. Acumula principalmente almidón. Su producción diaria en las hojas incrementa al iniciarse la tuberización y durante el desarrollo de tubérculos.
  3. La fase de desarrollo de tubérculos dura 40-50 días y se le conoce como “fase crítica”, ya que es el momento en que se define y se completa el rendimiento del cultivo. En ese período el cultivo debe contar con todos los nutrientes, tener un alto abastecimiento de agua y un total control fitosanitario.
  4. El principal elemento responsable de la movilización del almidón desde las hojas hacia el tubérculo es el potasio, de tal forma que un alto contenido de este nutriente es decisivo para la obtención de un alto rendimiento y calidad.
  5. Es un cultivo altamente demandante de potasio cuya fase crítica de absorción es muy breve, por lo que la disponibilidad de este nutriente debe apoyarse con la fertilización.
  6. Tiene un sistema radicular poco eficiente para la absorción de elementos como el potasio y el fósforo, los cuales a su vez se caracterizan por tener poca movilidad en el suelo.

Para satisfacer la demanda del cultivo es importante conocer el aporte de nutrientes del suelo a través de sus características físico-químicas. La diferencia para cubrir la demanda es aplicada con la fertilización; también es importante la fuente del nutriente y su eficiencia en el suelo.

El uso de fertilizantes orgánicos se ha incrementado en los años recientes, porque aportan nutrientes a la planta y mejoran la textura del suelo, lo cual ayuda al desarrollo de los tubérculos y facilita la cosecha.

Labores de cultivo

Se sugiere un paso de escardillas y un aporque, operación que puede hacerse dos veces de acuerdo con el desarrollo de la planta y antes de que cierre el cultivo.

Plagas

Debe cuidar el cultivo principalmente de palomilla de la papa y chupadores -transmisores de virus-, a los cuales van dirigidas las primeras aplicaciones de insecticidas, inhibiendo así la importancia de otras plagas.

Palomilla de la papa

Esta plaga ocasiona el daño más importante en estado de larva al introducirse a los tubérculos, en donde permanecen varios meses, inclusive hasta que están en el almacén. Para su control se sugieren aplicaciones preventivas de insecticidas de largo poder residual, cuando se detecten las primeras minas y rosetas.

Medidas de control. El estado más susceptible de P. operculella es la larva de primer y segundo instar, las cuales un tiempo después de emerger penetran a la planta y una vez dentro del nicho de alimentación y desarrollo es inmune a los insecticidas.

Control Cultural y Postcosecha.

  • Eliminación de hospederas silvestres en la periferia (toloache, tomatillo silvestre, chiquelite, otras) antes de la siembra.
  • Siembra temprana. Las siembras tempranas escapan a las poblaciones elevadas de palomilla de la papa, las cuales se presentan a partir de marzo; en abril y en mayo las poblaciones son extremadamente altas.
  • Otras medidas recomendadas para
  • Uso de semilla sana.
  • Siembra profunda y aporque alto.
  • Riegos frecuentes (aspersión).
  • Eliminación del follaje con cosecha próxima.
  • Cosecha temprana.
  • Eliminación de residuos de la cosecha anterior,
  • Reducción del periodo de siembra
  • Rotación de cultivos.
  • Movilización rápida y selección cuidadosa de los tubérculos después de la cosecha.

Control Biológico (Enemigos Naturales). Depredadores generalistas como crisopas, chinches y catarinitas posiblemente se presentan consumiendo huevecillos, y larvas pequeñas del insecto, además de enfermedades provocadas por entomopatógenos como Bacillus thuringiensis.

Control Químico. El uso de insecticidas para control de P. operculella se sugiere cuando se detecte defoliación de 33% o mayor a partir de la floración del cultivo. Otro umbral económico recomendado se considera cuando de 100 plantas revisadas se encuentren 10 con 2 o 3 larvas vivas. Además, después de eliminar el follaje es importante inspeccionar la presencia de adultos y asperjar un insecticida para prevenir el daño a los tubérculos.

También se sugiere utilizar trampas con feromonas sintéticas: 1 trampa con feromona cada 5 ha, y realizar el control químico al capturar un promedio de tres palomillas/trampa/noche durante 10 días seguidos. Lo cual de acuerdo a datos de muestreo en la región, puede ocurrir a partir de la segunda semana de enero.
Se puede aplicar: Diflubenzurón (Dimilin®) 300 g/ha o Bacillus thuringiensis (Dipel®, Biobit®) 750 g, ambos insecticidas para el control de larvas pequeñas en el follaje. Clorpirifos (Lorsban®) 750 a 1000 g/ha. Azinfos metílico (Gusatión M 20®) 2 a 3 l/ha. Cyflutrina (Baytroid®) 500 a 750 cc/ha. Metomilo (Lannate®) 300 a 400 g/ha.

Mosca blanca y Paratrioza.

Estas dos plagas han representado un problema de importancia que amerita un programa de manejo especial con tratamientos a base de soluciones jabonosas, insecticidas biológicos y una adecuada combinación de insecticidas químicos, pero sobre todo, una frecuente inspección entomológica para evaluar la fluctuación de las poblaciones.

Chicharrita.

Es otra plaga de importancia, ya que cuando ninfas o adultos pican las hojas producen un enchinamiento y se sospecha que esta plaga es vector de virus y micoplasmas que causan enfermedades importantes al cultivo. Su control debe iniciar durante la floración, usando insecticidas específicos para chupadores, cuando al disturbar el follaje de las plantas vuelen varios adultos.

Enfermedades

Las enfermedades principales son: Tizón tardío, marchitez bacteriana o “vaquita de la papa”, roña común de la papa y moho blanco.

Si se presenta humedad excesiva y temperaturas templadas y cálidas, el problema de enfermedades es mayor.

Las hojas inferiores de plantas atacadas por marchitez bacteriana se amarillean y las más jóvenes se marchitan y caen. El sistema vascular en los tallos, raíces y estolones se torna color café.

La roña común se identifica en los tubérculos por áreas rugosas de aspecto corchoso en la superficie y en algunos casos en el interior del fruto y los tubérculos enfermos son frecuentemente invadidos por parásitos secundarios.

El tizón tardío se manifiesta con lesiones más o menos grandes en las hojas, de forma irregular, hundida y de color verdoso. Las lesiones se alargan y obscurecen rápidamente, dándole a los tejidos la apariencia de papel.

Los tubérculos atacados presentan al principio manchas pardas que se extienden irregularmente en varios lugares del tubérculo, las que al hundirse adquieren un aspecto azulado. El tejido interno en estas áreas tiene un tono parduzco que resalta sobre los tejidos sanos.

El criterio de las aplicaciones de fungicidas preventivos debe correlacionarse con las temperaturas prevalecientes.

Cosecha

La cosecha se realiza a los 110-120 días después de la siembra, procurando separar los frutos por tamaño, para facilitar su comercialización y en su caso la conservación en bodega.
La aplicación de desecantes es una práctica común que ayuda a facilitar la operación de la cosecha.