Preparación del terreno

El método de labranza es el factor más influyente en la rentabilidad del cultivo y el productor puede optar por labranza reducida ó labranza de conservación, de acuerdo al equipo de que disponga y las condiciones de su terreno.

Variedades

La elección de la variedad debe estar ligada al contrato de venta de la cosecha que haya realizado. Tenga en cuenta que las variedades de trigo panificable pueden alcanzar un mejor precio.

Las variedades recomendadas para Sinaloa son: Patronato Oro 2008, Roelfs F 2007, Navojoa F-2007, Sawali Oro C-2008, Cevy Oro C2008, Tacupeto F-2001, Kronstad F-2004, CIRNO C-2008, Japaraqui F-2003, Torocahui S 2004, Rajaram F-2004, Norman F-2008 y Chapultepec C-2008. Todos estos materiales han sido evaluados en condiciones comerciales por el Consejo Estatal de Productores de Trigo del Estado de Sinaloa, tanto en el Valle del Carrizo, Valle del Fuerte y en la zona de Guasave.

En el Cuadro 1 se presentan las principales características de estos materiales.

Cuadro 1.- Características agronómicas de variedades de trigo sembradas en el Valle del Carrizo, Sinaloa. INIFAP-CIRNO-CEVAF 2012-2013

Características agronómicas de variedades de trigo sembradas en el Valle del Carrizo, Sinaloa. INIFAP-CIRNO-CEVAF 2012-2013

 

Siembra

La época óptima comprende del 15 de noviembre al 15 de diciembre; antes o después se corre el riesgo de que falten horas frío al cultivo y disminuya el rendimiento ó que las variedades utilizadas aunque sean tolerantes, sean afectadas por roya de la hoja ó chahuixtle.

Eventualmente se pueden obtener buenos rendimientos en siembras tardías, pero los riesgos son mayores porque si las condiciones son favorables para el desarrollo del hongo puccinia recóndita, la planta va a ser afectada en etapa más temprana

Para reducir costos, una de las primeras acciones es usar solo 50 a 60 kg/ha de semilla cuando el método de siembra es en surcos a doble hilera, mientras que en siembras con surcos corrugados es necesario incrementar la dosis de 80 a 100 kg/ha de semilla. Dosis mayores no aumentan significativamente el rendimiento porque si bien se tienen más espigas, éstas son de menor tamaño y menos granos.

En siembras en surcos, la dosis de semilla puede bajar hasta 40 kilogramos por hectárea usando sembradora de precisión.

Casi todas las variedades son de tallo fuerte, pero las más altas tienden a acamarse cuando se siembran altas densidades, se sobre fertiliza o aplica exceso de agua después de la etapa de grano lechoso.

Puede sembrarse de diferentes formas, de acuerdo a la textura del suelo y grado de incidencia de maleza.

Si se usa labranza mínima, se deposita la semilla sobre la surquería y se revive la marca del cultivo anterior, para tapar la semilla y conducir el agua de riego. Posteriormente se realiza el riego de germinación.

Surcos en dos hileras. Sobre el surco se siembran dos hileras de 20 a 35 centímetros entre sí, con sembradora de bote o tipo rilaz. Si se usa mínima labranza, la siembra se realiza una vez que se ha revivido la marca del cultivo anterior y enseguida se da el riego de germinación.

Cuando se tienen problemas fuertes de maleza, se puede sembrar en húmedo; para ello procede marcar o revivir el surco para luego aplicar el riego de presiembra, enseguida se escarifica para después sembrar en húmedo, con lo cual se evita aplicar herbicidas. Las siembras en hilera tienen la ventaja de que permiten el paso de cultivadoras, eliminando malas hierbas en las primeras etapas de desarrollo y pueden aplicarse fertilizantes u otros productos. En este método los herbicidas se pueden aplicar en banda, sobre el lomo del surco.

Fertilización

El elemento que tiene mayor efecto en el rendimiento es el nitrógeno, seguido por fósforo y en menor proporción el resto de nutrimentos. La fertilización está en función de la demanda del cultivo, disponibilidad que haya en el suelo y la eficiencia de aprovechamiento del fertilizante aplicado.

Para hacer un uso más eficiente del nitrógeno puede apoyarse en el medidor de biomasa y fertilidad de la planta GreenSeeker que le permite adicionar el nitrógeno necesario en el primer riego de auxilio.

Nitrógeno. La gran mayoría de los suelos responden a la aplicación de nitrógeno. Si no cuenta con un análisis de suelo se sugiere aplicar de 200 a 220 kilogramos de N/ha en suelos arcillosos o de barrial y 180 a 200 kg de N/ha en aluvión.

La época de aplicación de nitrógeno es tan importante como la dosis, debido a que la planta de trigo acumula cerca del 80% de nitrógeno en las etapas de desarrollo inicial y hoja bandera y el resto en el espigamiento, floración, formación y llenado de grano.

En siembras en barrial, se sugiere la aplicación total en presiembra. En suelos de textura media, aplicar dos terceras partes del nitrógeno en presiembra o al momento de la siembra y el resto en el primer riego de auxilio a no más de 45 días después de la siembra.

La aplicación oportuna de nitrógeno se traduce en buen amacollamiento, mayor número de espigas por planta, de granos por espiga y se reducen los granos con “panza blanca”.

Fósforo. Considerando la poca movilidad y solubilidad de fósforo en el suelo y que el trigo consume el 75% durante la etapa de desarrollo inicial y hoja bandera, es necesario que se aplique en forma total en presiembra, cuando sea requerido.

En suelos calcáreos y delgados, es necesario poner especial atención en la fertilización con fósforo, ya que en presencia de carbonato de calcio éste no es aprovechable para la planta.

La dosis regular oscila entre 60 a 100 kg/ha. y en casos extremos cantidades superiores.

De manera general se usan 250 kilogramos de urea y 100 de 11-52-0 en presiembra y una segunda fertilización con 100 kilos de Amoniaco anhidro en el primer riego de auxilio.

La dosis, fuente, época y el método de aplicación de nitrógeno, son muy importantes en el manejo eficiente de este elemento.

En general, dosis más altas son menos eficientes que dosis más pequeñas; la fertilización en banda es mejor que al voleo; la fertilización fraccionada mejor que la aplicación total; y no hay diferencia entre fuentes de nitrógeno cuando éstas se manejan adecuadamente.

Para optimizar el uso del fertilizante nitrogenado, el fraccionamiento del mismo debe realizarse considerando la curva de demanda del cultivo, la disponibilidad de nitrógeno en el suelo y los requerimientos de calidad del producto.

Para fines de calidad, se debe considerar que el nitrógeno absorbido después del espigamiento promueve un incremento en el nivel de proteína del grano, mientras que el nitrógeno absorbido en las etapas tempranas de crecimiento impacta principalmente en la producción del cultivo.

La cantidad total de nitrógeno en el grano que es removilizado desde las hojas, tallos y glumas es de 50 a 60%. Debido a lo anterior, el nitrógeno absorbido durante la etapa del llenado de grano, puede hacer la diferencia entre una aceptable o no aceptable concentración de proteína en el grano y la aparición del problema de panza blanca.

Panza blanca

El porcentaje de granos con panza blanca es un aspecto que frecuentemente se sanciona debido a que provoca problemas en la comercialización del trigo. La panza blanca es una condición almidonosa del grano de trigo asociada con un bajo nivel de proteína. Su presencia indica la necesidad de más fertilizante nitrogenado para facilitar la producción de proteína.

En general a medida que el contenido de proteína aumenta, el nivel de panza blanca disminuye o viceversa. En este contexto, se asume que si se desea reducir el problema de panza blanca en el grano de trigo, se debe incrementar la concentración de proteína y por lo tanto se debe asegurar una alta disponibilidad de nitrógeno durante la fase de llenado del grano, lo cual se logra mediante la aplicación de nitrógeno en la etapa de espigamiento.

Fertilización nitrogenada

Como criterio general, el momento óptimo desde el punto de vista fisiológico para aplicar el fertilizante nitrogenado es el final del amacollamiento o principios de encañe, época en la cual cada incremento en la dosis de nitrógeno, incrementa tanto el rendimiento como la calidad del trigo, sin embargo, desde el punto de vista agronómico, el aplicar todo el nitrógeno en esta época, implica el riesgo de que se presenten lluvias y no se pueda fertilizar o que se tenga que retrasar el primer riego, riego que es indispensable para solubilizar el fertilizante aplicado en esta etapa.

Cuando no se aplica nitrógeno en presiembra o la siembra, y la disponibilidad de este elemento en el suelo es deficiente, el retraso involuntario del primer riego y de la fertilización, causaría severos daños al potencial de rendimiento del cultivo. Para reducir y de ser posible eliminar este tipo de riesgo, se recomienda aplicar una cantidad no mayor a 100 unidades de nitrógeno en presiembra o la siembra.

El retraso del total de la fertilización nitrogenada hasta el espigamiento, incrementa significativamente el contenido de proteína en el grano, pero reduce drásticamente el rendimiento del cultivo, por lo cual no es una opción recomendable.

Con respecto a las soluciones nitrogenadas aplicadas al follaje, no se ha observado un efecto significativo del nitrógeno foliar, lo anterior debido a que la cantidad total de nitrógeno que se puede aplicar por este medio es muy pequeña.

Riegos

Aplique los riegos de auxilio en amacollamiento, inicio de espigamiento y en estado acuoso-lechoso del grano, con lo cual se optimiza el número de hijuelos, espigas, granos por espiga, formación y llenado de grano y peso específico del grano.

Debe asesorarse bien sobre el momento óptimo de regar para aprovechar al máximo la humedad.

Aplicar el primer auxilio hasta la etapa final de amacollo propicia un desarrollo uniforme y estimula el crecimiento de la raíz, mientras que el último riego debe aplicarse cuando el grano se encuentre en estado entre acuoso y lechoso, ya que después el rendimiento no se incrementa, aumentando en cambio la posibilidad de acame.

Las siembras en surcos y corrugado presentan ventajas sobre las melgas, ya que requieren 15 por ciento menos lámina de riego y su distribución es más uniforme.

Efecto del riego. Se ha observado que al incrementar el número de riegos de auxilio se reduce el porcentaje de proteína en el grano y por lo tanto se incrementa el problema de panza blanca. En programas de producción de trigo de alta proteína, se ha determinado que con cuatro o cinco riegos de auxilio, la cantidad de proteína disminuye significativamente en comparación con calendarios de dos o tres riegos de auxilio.

Los únicos factores que afectan la calidad del trigo son el nitrógeno y el número de riegos de auxilio. En el caso de nitrógeno, se determinó que el fraccionamiento del nitrógeno en al menos tres aplicaciones; presiembra o siembra, primero y segundo riego de auxilio, optimizan el rendimiento y la calidad del trigo, lo anterior considerando el calendario de tres riegos de auxilio recomendado por el INIFAP, sin embargo, en los suelos arenosos que requieren la aplicación de un cuarto riego de auxilio, se recomienda aplicar nitrógeno también en el tercer riego de auxilio.

Malezas

La densidad y método de siembra tienen un efecto directo en la población de malezas; por ejemplo, en suelos fuertemente infestados al reducir o eliminar labores de preparación del suelo (mínima o cero labranza) o sembrar variedades de porte bajo (enanas) favorecen el desarrollo e incremento de malas hierbas y al disminuir la densidad en variedades de poco amacollamiento, se reduce la habilidad del trigo para competir.

Las principales especies de malezas de hoja ancha en trigo son: girasol Helianthus annus, estafiate Parthenium hysterophorus, bledo blanco y rojo Amaranthus hybridus y A. retroflexus, lengua de vaca Rumex crispus (L); chuales cenizo y cimarrón Chenopodium album (L). y Chenopodium murale (L). y otros. Sin embargo, los zacates que sobresalen por su agresividad son el alpistillo Phalaris minor (Retz), avena silvestre Avena fatua (L), zacate choneano Echinochloa crusgalli (L) Beau y johnson Sorghum halepense (L). Pers., los tres últimos ocasionan fuertes daños, ya que rápidamente superan la altura del trigo, siendo por luz el principal factor de competencia que abate la producción; el alpistillo supera hasta los 80 días al trigo y permanece verde hasta la cosecha, siendo su competencia por agua y nutrientes.

Métodos de control

  • Mecánico. Se realiza con las labores de preparación del suelo como el barbecho, rastreo, escarificación y cultivos, los cuales disminuyen la maleza.
  • Cultural. Sembrar a “tierra venida”, es el mejor método pues reduce la maleza y se logra una adecuada y sana población del trigo, además de reducir costos y la contaminación.
  • Químico. Requiere que antes de usarlo evalúe el grado de infestación y el tipo de maleza presente.

Los herbicidas deben aplicarse entre los 25-35 días de nacido el trigo, ya que en este período la mayoría de la maleza emerge y posee de 2 a 5 hojas, aplicarlos después daña al trigo y la maleza al estar más grande tendrá mayor resistencia al herbicida, obteniéndose controles deficientes.

Efectos de los herbicidas. Al seleccionar un herbicida, el productor debe investigar si es volátil o si su aplicación requiere autorización y supervisión, ya que puede provocar daños a cultivos vecinos susceptibles con sus vapores, deriva o arrastre, también si posee residualidad o persistencia prolongada en el suelo y/o al cultivo, igualmente si es fitotóxico al trigo.

Algunas sulfonilureas para maleza de hoja ancha deben aplicarse solo a la dosis recomendada, ya que si éstas se elevan, sus residuos persisten en el suelo y provocan daños en la nacencia del siguiente cultivo.

Algunos de los principales herbicidas usados en trigo son: Fenoxaprop-etil, Clodinafop 0.25 lt., Tralkoxydim 1.25 – 1.60 lt.,Diclofob-metil 3.0 lt.,Tiametorm-metil 20 g., para malezas de hoja angosta y zacates. Para malezas de hoja ancha se puede aplicar Triasulfurom 15 g

Plagas

Las plagas más importantes que atacan al cultivo son los pulgones y gusano soldado, los cuales en situaciones de alta población requieren la aplicación de insecticidas para su control.

 

Pulgón del follaje (Kent Loeffler - USDA-ARS image# D2458-1)

Pulgón del follaje (Kent Loeffler – USDA-ARS image# D2458-1)

Pulgón del follaje. Schizapis graminum. Es la plaga más importante del trigo en Sinaloa, en la mayoría de los lotes donde se realizan aplicaciones de insecticidas son para su control. Las infestaciones fuertes se presentan en siembras tardías, dañando principalmente a plantas menores de 15 centímetros de altura.

En condiciones de campo la especie se reconoce fácilmente porque se encuentra en pequeñas colonias en el envés de las hojas inferiores, ocasionando manchitas amarillentas en el haz que después se agrandan, se tornan anaranjadas y finalmente a color café. Estas manchas son tejido muerto por el efecto de las toxinas que el insecto inyecta como anticoagulante para poder succionar la savia.

Cuando se registran temperaturas entre 20 y 30 ºC se presentan controles naturales efectivos por la avispa Aphidius testaceipes, por lo que en siembras en fechas sugeridas, normalmente no es necesario el uso de insecticidas; también ayudan en el control natural algunas catarinitas y chinches, entre otros insectos benéficos.

Se sugiere el control químico cuando se encuentren más de una colonia de pulgones por hoja y no se observen pulgones parasitados.

 

Pulgón de la espiga

Pulgón de la espiga

Pulgón de la espiga. Macrosiphum avenae. El daño causado por este insecto es en los granos en formación ya que tanto adultos como ninfas atacan preferentemente las espigas, chupando los granos en formación y haciendo que éstos aborten o bajen de peso; ocasionalmente invaden las hojas en infestaciones severas, pudiéndose localizar focos de infestación con promedios hasta de 100 pulgones por espiga.

Tanto las ninfas como los adultos son depredados por catarinitas, crisopas, chinches entomófagas y larvas de moscas sírfides.

Sin embargo, los depredadores por sí solos son incapaces de controlar la plaga cuando las condiciones climáticas son favorables. En períodos de alta humedad, la especie puede ser parasitada moderadamente por el hongo Entomophthora aphidis.

Cuando se encuentren 10 o más pulgones por espiga se sugiere la aplicación de los mismos productos y dosis que para el pulgón del follaje.

Entre los productos recomendados para el control de pulgones destacan los siguientes: Diazinon, Dimetoato, Paration metílico, Pirimicarb, etc.

Ver fotografías de plagas.

Enfermedades

Entre las enfermedades del trigo destacan: chahuixtle de la hoja, carbón parcial, chahuixtle del tallo y punta negra.

 

Roya de la hoja (Louisiana State University AgCenter Archive, Louisiana State University AgCenter, Bugwood.org)

Roya de la hoja (Louisiana State University AgCenter Archive, Louisiana State University AgCenter, Bugwood.org)

Chahuixtle o roya de la hoja. Puccinia recondita. Esta enfermedad constituye el mayor problema en el Norte de Sinaloa. Temperaturas alrededor de 20ºC y humedad relativa de 90% son propicias para que el hongo infecte y se desarrolle la enfermedad. Estas condiciones generalmente comienzan a presentarse en la segunda quincena de febrero y pueden acentuarse si ocurren días nublados y fuertes rocíos o lluvias, por lo que deben evitarse las siembras en fechas posteriores a las recomendadas.

La enfermedad se manifiesta como pústulas o lesiones redondas y ovaladas que rompen la epidermis y dejan en la superficie de la hoja un polvillo de color naranja, que son las esporas del hongo. Estas lesiones se presentan aisladas, pero en ataques fuertes pueden llegar a juntarse; causan amarillamiento y muerte de las hojas atacadas que repercute en una reducción en cantidad y calidad de grano, según la etapa de desarrollo vegetativo en que ocurra la infección.

Si se presentan ataques fuertes y condiciones climáticas favorables es necesario inspecciones periódicas del avance de la enfermedad y etapa de desarrollo del cultivo, para ver la conveniencia de aplicar 0.5 kilogramos de Bayleton (Triadimenol) o 0.5 lt de Tilt (Propiconazole) al follaje, lo cual, aunque incrementa el costo de producción, es recuperable al reducir el daño.

 

Carbón parcial (Ruben Durán, Washington State University, Bugwood.org)

Carbón parcial (Ruben Durán, Washington State University, Bugwood.org)

Carbón parcial. Neovossia indica. El daño por este hongo se manifiesta en floración y desarrollo inicial del grano, el cual es invadido y progresivamente lo sustituye parcialmente hasta llegar a la totalidad. El tejido exterior del grano se rompe y expone el contenido de polvo negro que son las esporas del hongo. Los granos infectados presentan un olor semejante al del pescado, lo cual reduce su aceptación en la industria.

El hongo causante de esta enfermedad sobrevive en el suelo, por lo que es muy importante cumplir con las cuarentenas establecidas para evitar las infecciones a cultivos de trigo subsecuentes. Para su combate, aplique 0.5 litros de Propiconazole (Tilt) al inicio del espigamiento.

Ver fotografías de enfermedades.

Cosecha

Trille cuando el grano tenga 12 % de humedad para evitar castigos; procure que la trilladora esté regulada para que no tire grano en el campo y no lo rompa; ambos factores causan pérdidas económicas importantes.

Manejo de socas

Los residuos de cosecha de trigo se siguen considerando un problema difícil de manejar, por lo que ha sido práctica común quemar la paja después de trillar, pero recientemente se han establecido sanciones que pueden implicar hasta privación de libertad del propietario del predio, por el daño que se ocasiona al medio ambiente.

Cuando el residuo es mucho y no se ha equipado a la trilladora con un triturador es necesario el uso de desvaradora y su incorporación al suelo con lo que se mejora la fertilidad natural al adicionar el nitrógeno presente en los tallos.

Otra opción es agavillar la paja y comercializarla como forraje seco o bien destinarla a la producción de biocombustibles o fertilizante mediante tratamientos especializados.