Malinchismo es un término que se aplica a las personas con tendencia a preferir productos, servicios, modas y tendencias extranjeras, ignorando sus raices y posibilidades propias o las de sus connacionales; es en suma, el desprecio por su origen o la subestimación de lo que tiene.

Esto podría ser válido en la agricultura, donde el agricultor innovador piensa que las mejores semillas, técnicas de cultivo, implementos agrícolas, maquinaria o experiencias de producción corresponden a otros paises, en especial de norteamérica.

La siguiente historia prueba lo contrario.

La bioquímica e investigadora mexicana, Evangelina Villegas, durante 30 años pasó de un experimento a otro hasta alcanzar el milagro: una variedad de maíz que puede mejorar la nutrición para millones de personas en el mundo, en especial los niños, cuya dieta depende principalmente de este grano.

Doña Evangelina recibió el Premio Mundial de la Alimentación (The World Food Prize) -junto con su compañero de investigaciones Surinder K. Vasal, de 62 años y originario de la India-, consistente en 250 mil dólares, por sus esfuerzos al crear la variedad de maíz de alta calidad proteínica, denominado High Quality Protein Maize (QPM).

Después de recibir este premio -el 7 de septiembre- a sus 76 años doña Evangelina fue nombrada la Mujer del Año 2000 por el Patronato Nacional de la Mujer del Año A. C. el 9 de noviembre. Anteriormente, en 1978, el Instituto Politécnico Nacional le otorgó la presea Ex-Alumna Distinguida y la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas le concedió un reconocimiento por sus logros en investigación.

En 1966 recibió un diploma por 15 años de trabajo en el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas de México.

A propósito de sus resultados en la investigación y los reconocimientos, ella explica:

“Desde los años 40, científicos de nuestro país lograron mejorar la calidad de la producción de arroz, gracias a un programa entre la Secretaría de Agricultura y Ganadería y la Fundación Rockefeller. En Estados Unidos se aplicaron en el primer Centro Internacional para el Mejoramiento del Arroz en Filipinas. A partir de 1996, cuando se estableció en México el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) -un organismo internacional apoyado por muchos gobiernos, con 16 centros distribuidos en diversos países-, se lograron avances en el cultivo de trigo y maíz, reconocidos mundialmente. En este centro llevé a cabo mis investigaciones más significativas”.

Nacida en el Distrito Federal, desde chica, sus padres la impulsaron a estudiar y lograr una carrera. En la secundaria se entusiasmó por la química, de modo que su maestro le aconsejó que ingresara al Instituto Politécnico Nacional, en Santo Tomás, ya que contaba con laboratorios maravillosos.

Escogió ciencias biológicas y cursó la licenciatura en bioquímica y se gradué en 1955.

Recuerda que un apreciado profesor, Pablo Job le comentó que la Fundación Rockefeller estaba realizando interesantes trabajos en México para aumentar la producción de alimentos y mejorar su calidad nutricional. Fueron juntos a la Oficina de Estudios Especiales de ese organismo, donde fue aceptada. e ingresó al Instituto de Investigaciones Agrícolas, gracias a las facilidades que le dio esa fundación y al Instituto Nacional de Nutriología del Sector Salud (hoy Instituto Nacional de Nutrición). Tuvo la suerte de que el director había sido maestro suyo, el doctor René O. Cravioto, quien le había dado clases sobre vitaminas. Ahí realizó su tesis y recibió la oportunidad de trabajar como técnica por las mañanas, mientras que en las tardes laboraba en la biblioteca de la Fundación Rockefeller.

El trigo semienano

La Oficina de Estudios Especiales reunió a un grupo de prestigiados investigadores norteamericanos, como el doctor Norman Borlaug. Con materiales genéticos de nuestro país, desarrollados principalmente en el Valle del Yaqui, Sonoa, el Dr. Borlaug llevó semillas del llamado trigo mexicano semienano (de menos altura para producir más) a toda Asia, con lo que evitó la hambruna en Pakistán y la India. Este científico, llamado el Padre de la Revolución Verde, obtuvo el Premio Nóbel de la Paz en 1970, ya que entonces no había un galardón específico para logros en las ciencias agrícolas. Y por ello Borlaug propuso el Premio Mundial de la Alimentación en 1986, financiado por el filántropo estadounidense John Ruan.

Desde 1957, Evangelina Villegas se dedicó a investigar sobre la calidad industrial del trigo, en la parte química para hacer pan, mientras el ingeniero Federico Castilla Chacón se ocupaba de la parte de molienda y panificación, dando origen al primer laboratorio de calidad industrial de trigo en México.

La calidad del pan depende de las proteínas que forman el gluten del trigo. Hay diversos tipos de trigo: el de panificación está compuesto por 42 cromosomas y el especial para pastas solamente tiene 28. Ellos estudiaron las diversas características de este cereal con tal detalle que se desarrolló una tecnología de vanguardia y actualmente México produce pastas que se exportan a Italia y otros países.

Recuerda que en 1961, la Fundación le otorgó una beca y así obtuvo el grado de maestra en Ciencias en Tecnología de Cereales, en la Universidad Estatal de Kansas, en 1962. Seguó en el INIA con la meta de mejorar la calidad de los alimentos mexicanos; y una vez que se estableció el CIMMYT, primero fue investigadora en el laboratorio de Calidad de Proteína y de Calidad Industrial de Trigo y luego lo dirigó de 1969 a 1972. Obtuvo el doctorado en Química de Cereales en la Universidad del Estado de Dakota del Norte, en 1967.

Aún cuando Estados Unidos, Argentina y Australia son los mayores productores de trigo, y éstos producen harinas de alta calidad de exportación, nosotros tuvimos trigos de calidad como el Sonora 64, desarrollado en el Valle del Yaqui y en otros campos. El INIA y la Oficina de Estudios Especiales tenían su sede en Chapingo, en un campo experimental situado atrás de la Escuela Nacional de Agricultura y había otros centros en Irapuato, Celaya y otras zonas. Se experimentó con los materiales en diferentes lugares para probar el clima, la disponibilidad de agua y el ambiente. Hay, por ejemplo, trigos de verano y de invierno. Es un trabajo continuo porque se enfrentan diferentes tipos de enfermedades, y se deben producir otras variedades en poco tiempo, Las especies que se cultivan hace 10 años, a veces por plagas o porque se descubrían mejores métodos de producción, son muy diferentes a las actuales. Este es el trabajo de los fitomejoradores y genetistas en todo el mundo. De las estaciones experimentales el material sale hacia campos de agricultores para probar su adaptación a través del INIA, que actualmente es el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). Y por medio del CIMMYT, los granos se prueban en 100 países de los cinco continentes”.

Maíz de alta calidad proteínica

La doctora Villegas se interesó posteriormente por elevar la calidad nutritiva del maíz, grano de origen mesoamericano y cuyo consumo se ha extendido a África, Asia y América Latina. Afirma que el gen que modifica la calidad proteínica del maíz se descubrió en la Universidad de Purdue, Indiana, en 1963:

Los científicos norteamericanos descubrieron que había un gen llamado Opaco 2, que mejora la calidad nutricional del maíz al incrementar su contenido de lisina y triptofano, aminoácidos fundamentales para el desarrollo y el crecimiento del ser humano. Al principio, los agricultores mostraron poco interés en este tipo de maíz, debido a sus bajos rendimientos, a que son granos de apariencia yesosa con susceptibilidad a plagas y, enfermedades en los campos y durante el almacenamiento.

A inicios de la década de los 70, con financiamiento del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la bioquímica y el fitomejorador hindú Surinder K. Vasal -quien llegó a México en 1970 procedente de Bangkok, Tailandia-, en la Fundación Rockefeller comenzaron a buscar un maíz que pudiera superar estos defectos.

Recuerda que con un equipo de ocho personas trabajaron en el laboratorio del CIMMYT, cuya sede se encuentra en el kilómetro 45 de la carretera México-Veracruz. Todos los días tenía que estar a las 8 de la mañana en el Centro de Texcoco. Supervisába el cultivo de combinaciones de maíz tropical en Poza Rica, Veracruz y en Tlaltizapan, Morelos, además de hacerlo en lugares de mediana altitud como Toluca y en la sede de este centro. Eran muchas variables las que tenían que examinar para seleccionar y propagar las nuevas variedades; al laboratorio llegaban miles de muestras que analizában químicamente para evaluar su contenido proteínico. Las muestras eran enviadas por cientos de investigadores del CIMMYT, dirigidos por fitomejoradores, genetistas, patólogos y entomólogos en diversas zonas. Se hicieron también estudios nutricionales en Guatemala y Colombia. Después de 30 años de investigar variedades de maíz, los doctores Villegas y Vasal lograron la nueva formación de maíz de alta calidad proteínica, denominado High Quality Protein Maize (QPM), que posee doble porcentaje de lisina y triptofano que el maíz normal. Esta modificación genética no pone en riesgo la biodiversidad del grano, no es transgénico y tiene la ventaja de incrementar sustancialmente la productividad en las cosechas.

El maíz de alta calidad ayuda especialmente a los niños de países donde constituye su dieta básica. No sustituye a la leche, la cual tiene una serie de propiedades específicas, pero ayuda a combatir la desnutrición. El QPM no resolverá todos los problemas de nutrición en el mundo, pero sí representa un paso importante en tal sentido. Tiene también la ventaja de que puede utilizarse en la industria avícola y de cerdos (animales monogástricos como los humanos) y, debido a su alta producción, los gastos se reducen 20 por ciento, abaratando la carne de cerdo y de aves.

La industria de alimentos balanceados para animales utiliza mucho maíz, especialmente en los países industrializados.

Despegue en México

El 16 de julio anterior dio inicio el Programa Nacional Alimentario de Maíz de Alta Calidad en Chetumal, Quintana Roo, gracias al esfuerzo conjunto del INIFAP, CIMMyT y la Sagar. Se está implantando en 50 comunidades de 23 estados de la República Mexicana, en los municipios con mayores niveles de pobreza, basado en el estudio del Instituto Nacional de Nutrición.

El 85 por ciento de la superficie destinada para granos básicos se cultiva con maíz, lo cual equivale a 8.5 millones de hectáreas, con una producción superior a 18 millones de toneladas. El consumo por persona en el país es de 120 kilos al año, considerado el más alto del mundo. Por ello, el impacto positivo del maíz QPM será espectacular, ya que la desnutrición afecta a 60 por ciento de los niños que viven principalmente en las comunidades indígenas.

En el ciclo Primavera-Verano 2000 se sembraron 120 mil hectáreas con maíz QPM en 20 estados a través del Programa Kilo por Kilo que impulsa la Sagar. Por su parte, el CIMMYT continuará desarrollando híbridos para seguir compitiendo con las compañías transnacionales. Su director general, el profesor australiano Timothy G. Reeves, dice estar preparado para impulsar un cambio revolucionario en la producción de maíz en el mundo, con la ayuda del doctor hindú Shivaji Pandy, director del Programa Internacional de Maíz, y el salvadoreño Hugo Córdova. Director del Programa de Maíz de Calidad.

2 Comments

  1. Efrain coutiño velasco dice:

    Muy interesante el maíz QPM, sin embargo lo sembré y se engorgojó, estando todavía en planta, es decir antes de cosechar, han superado ésta debilidad? Saludos

  2. Suni dice:

    Super interesante me interesa saber quien patentó la invención del producto, es para una tarea agradecería la información.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *