La calabacita es un cultivo exigente en agua, por lo que el rendimiento dependerá en gran medida de la disponibilidad de agua en el terreno. No obstante, los excesos de humedad impiden la germinación y pueden ocasionar asfixia radicular, y una escasa humedad puede provocar la deshidratación de los tejidos, la reducción del desarrollo vegetativo, una deficiente fecundación por caída de flores, redundando en una disminución de la producción y un retraso del crecimiento.

Se adapta con facilidad a todo tipo de suelos, aunque prefiere los de textura franca, profundos y bien drenados.

Es una especie medianamente tolerante a la salinidad del suelo y del agua de riego (menos que el melón y la sandía y más que el pepino).

La susceptibilidad a bajas temperaturas y el riesgo de incidencia de virosis cuando las poblaciones de vectores son muy altas representan los mayores problemas del cultivo, pero tiene a favor un ciclo de siembra a cosecha muy breve de 60 a 75 días, pudiéndose prolongar la cosecha hasta en 45 días.

De acuerdo con la SAGAPA, durante el ciclo otoño-invierno 2015-2016 se establecieron en Sinaloa mil 726 hectáreas de las que se obtuvieron 28 mil 469 toneladas, para un rendimiento medio de 16,495 kg/ha. En Sonora, la superficie sembrada fue de 3 mil 775 hectáreas con una producción de 75 mil 826 toneladas y rendimiento medio de 20,599 kg/ha, superior casi 20% al de Sinaloa.

 

Información disponible

A continuación le presentamos la información técnica disponible para este cultivo:

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