Suelo
El sistema radical del arándano está compuesto principalmente por raíces finas y fibrosas que se concentran en un 80% a 50 cm de profundidad del suelo, es decir, muy cerca de la superficie. Estas raíces fibrosas carecen de pelos radicales y tienen relativamente baja capacidad de absorción. Las raíces del arándano no son capaces de atravesar superficies de suelo compactas y requieren de suelos sueltos y bien drenados, con buen contenido de materia orgánica (3% a 5%). Sin embargo, el agricultor puede realizar algunos esfuerzos económicos para establecer plantaciones en suelos con mayores dificultades de aireación y mala condición, como es el caso de la adición de enmiendas en el hoyo de plantación y la preparación de camellones de 1 m de ancho, 50 cm de alto y de bordes suaves. Los arándanos crecen bien en suelos con pH entre 4,4 y 5,5.
La acidez del suelo debe ser verificada anualmente para asegurar el desarrollo normal de las plantas. Se debe ubicar la plantación en suelos libres de malezas perennes, realizando muy anticipadamente las aplicaciones de herbicidas recomendadas para su control. Durante la preparación de suelos sacar y eliminar los restos de malezas que hayan quedado sobre y bajo la superficie. Para la plantación seleccionar suelos descansados, con siembras previas de avena o trigo.
Clima
Los arándanos crecen mejor en climas moderados. Dependiendo de la variedad, requieren entre 400 y 1200 horas frío con un umbral de 7 °C para cumplir su receso invernal. Una vez que las plantas rompen la latencia se vuelven muy sensibles a las bajas temperaturas. Para realizar una correcta elección de las variedades a plantar es necesario conocer el período de ocurrencia de heladas del sector, de tal manera que estos eventos no coincidan con el período de floración. La flor se hiela a -2 °C, pero por la superposición de estados fenológicos se considera como temperatura crítica -0,6 °C.
Veranos nublados reducen la calidad de la fruta y favorecen la propagación de hongos. Así también, veranos muy calurosos pueden concentrar la cosecha de la fruta, disminuir el sabor y su firmeza, además impedir una cosecha escalonada y oportuna. Los vientos fuertes dominantes, especialmente los primeros años de la plantación, ocasionan desarrollo de brotes caídos, afectan la floración por caída de flores e impiden la polinización por insectos, y además, producen la caída y daño mecánico de la fruta deteriorando su calidad final.
Agua
Debido a sus raíces superficiales el arándano es muy sensible al déficit y exceso de agua. Donde no se conozca la calidad del agua de riego se recomienda realizar un análisis químico para determinar pH, sales solubles (conductividad eléctrica), y razón de adsorción de sodio (RAS). Además, deberá sacarse otra muestra de agua para análisis microbiológico para asegurar y demostrar que se regará con agua de buena calidad y limpia. Los sistemas de riego localizado permiten mantener un nivel adecuado de humedad en los primeros 15 a 20 cm del suelo, donde se encuentra gran parte de las raíces. Adicional al sistema de riego del cultivo, en aquellos lugares con peligro de heladas primaverales se utiliza el riego por aspersión para su control.
Elección de la variedad
Para definir la variedad se deben considerar los siguientes aspectos: Destino de la producción: fresco, congelado, o ambas; adaptación climática a la localidad: requerimientos de frío; períodos de floración y cosecha. Rendimiento, calidad organoléptica del fruto: presencia de semillas, color, sabor, calibre y piel suave; resistencia al estrés de la planta a condiciones ambientales extremas; vigor y resistencia a enfermedades. Facilidad de cosecha: piel firme al desgarro, separación del pedicelo del fruto. Buena condición de poscosecha del fruto: cicatriz pequeña, retención de la capa de pruina.
Plantación
- La plantación se puede realizar en otoño o a inicios de la primavera. Esto dependerá de la disponibilidad de las plantas y si los trabajos de preparación de suelos e instalación del riego están terminados.
- Marcar la distancia sobre hilera en que se hará la plantación 0,8 a 1 m.
- En caso de usar mulch plástico o malla anti-malezas deben ser perforados previamente a la plantación. Hacer los hoyos anticipadamente a la plantación, de unos 40 × 40 × 40 cm.
- Disponer la planta en bolsa frente al hoyo de plantación. Las plantas no deben plantarse directamente desde los sombreaderos, deberán estar previamente aclimatadas a la condición ambiental reinante.
- Disponer de un alambre enrollado para ir pinchando y juntando las bolsas y así evitar contaminar el huerto con plástico.
- Tener todos los dosificadores para medir las dosis de insecticidas para control de insectos del suelo, fungicidas, fertilizantes recomendados según el resultado del análisis químico de suelos. Mezclar bien todos estos insumos con toda la tierra que se sacó del hoyo de plantación. Importante, siempre usar guantes.
- Romper cuidadosamente la bolsa con un corte longitudinal.
- Abrir la raíz de la planta delicadamente desde el fondo del pan; colocar la planta con las raíces en forma horizontal al suelo en el hoyo. La planta debe quedar enterrada a 2-3 cm más profundo que la que tenía cuando estaba en la bolsa. Esto porque el camellón tiende a bajar y las raíces podrían quedar expuestas al aire.
- Apisonar suavemente alrededor de la planta con la mano para eliminar bolsas de aire del suelo, evitando la compactación y eliminación de la porosidad resultante en la preparación del suelo.
- Regar unos 3 días antes al plantar en primavera.
- Colocar la línea de goteo de 5 a 10 cm de la planta.
- Terminada la plantación, rebajar a 1/3 los brotes, y además eliminar brotes débiles y doblados ubicados en la base de las plantas.
- Al plantar en primavera, el riego deberá ser suficiente para mantener húmeda la superficie ocupada por el pan radicular solamente. No gastar energía en exceso.
- Es beneficiosa la siembra de pasto sobre la hilera para evitar la presencia de tierra sobre la fruta. Comúnmente es utilizada la festuca y también la mezcla de festuca con trébol.