Siembra

La densidad ideal de plantas por hectárea es un tema polémico, pero la realidad es que más plantas por metro cuadrado no necesariamente significan más producción, pero sí mayores costos

Para determinar la densidad de siembra en maíz, hay que empezar por definir la población objetivo de plantas por hectárea. La densidad de plantas es la cantidad de plantas adultas que logramos por hectárea y la densidad de siembra es la cantidad de semillas que depositamos en una hectárea de terreno.

La densidad de plantas recomendable depende de varios factores:

Las condiciones agroecológicas y el manejo: A mayor fertilidad del suelo, o mejores condiciones de crecimiento, mayor densidad podemos sostener y viceversa, conforme más plantas queramos soportar, más tenemos que fertilizar y mejores condiciones tenemos que procurar. En la práctica, esto significa que la población de plantas puede ir desde 50 mil en cultivos precarios, hasta alrededor de 100 mil ó más, bajo de riego especiales.

Tipos de planta: Híbridos bajos, de 2 metros de altura, y precoces, requieren mayor densidad que híbridos altos y tardíos para lograr el máximo rendimiento. Criollos y algunos híbridos malos “no aguantan” densidades medianas: Se acaman si se siembran en densidades demasiado altas; los híbridos con hojas erectas soportan densidades mayores que los híbridos con hojas dobladas.

Las producciones más altas generalmente se logran con rendimientos promedio por planta de 150 a 180 gramos de grano a cosecha. Este dato sugiere que si en una parcela esperamos 12 toneladas, la densidad recomendable de plantas es entre 65y 80 mil. Donde solamente podemos aspirar a 8 toneladas, se sugieren 45 a 55 mil plantas. Para 15 toneladas, serían entre 85 y 100 mil plantas por hectárea, pero resulta clave la buena distribución de plantas en cada metro de surco, la separación de los surcos, etc.

Densidad de siembra

Es inevitable que se pierdan algunas semillas o plántulas, por falta de germinación, falta de vigor, falta de contacto con el suelo, preparación deficiente de la cama de siembra, piedras y encostramiento, plagas y enfermedades, fallas de la sembradora, falta de cuidado del sembrador, etc.

El porcentaje de pérdida es muy variable, pero estadísticamente se puede esperar una pérdida de hasta un 20%, por lo que para compensar esa pérdida es necesario aumentar la dosis de semilla en la misma proporción en la que esperamos tener pérdidas de semilla o plántulas. Es decir, si queremos 80 mil plantas, tenemos que sembrar 100 mil semillas. En condiciones de emergencia difíciles, como en terrenos muy arcillosos, en siembras en seco, se podría requerir aumentar la densidad aún más.

Una vez que sepamos cuántas semillas queremos sembrar por hectárea, tenemos que calcular las semillas por metro lineal.

Ejemplo:

En un terreno de riego con potencial seguro de 12 toneladas, la población ideal sería de 80 mil plantas por hectárea. Para una siembra en condiciones difíciles de emergencia, se tiene que tratar la semilla con un insecticida, además de aplicar un insecticida granulado, por lo que no esperamos mayores pérdidas por plagas del suelo al inicio. Si la prueba de germinación da 95 de cada 100 semillas, supondremos que la pérdida total de semillas y plántulas será del 25%.

Dividimos la densidad de plantas deseada de 80 mil entre 0.75 para obtener la densidad de siembra. El resultado son 106 mil semillas por hectárea.

Si la marca es a 1.0 metro de ancho, tendríamos que sembrar 10.6 semillas por metro. Sin embargo, como nuestro surco está más estrecho, a 80 centímetros, solo tenemos que sembrar 10.6 x 0.8 = 8.48 semillas por metro lineal. Esto es equivalente a una semilla cada 11.7 centímetros en promedio.

Para lograrlo se debe calibrar la sembradora de tal manera que deposite las 8.5 semillas por metro lineal, y verificar constantemente que así sea, excavando partes de los surcos atrás de la sembradora.

Fecha de siembra.

Si bien la fecha de siembra comprende desde el 1 de septiembre hasta el 31 de diciembre, los mejores rendimientos se obtienen en siembras de noviembre. Para el Valle del Fuerte, del 15 de octubre al 15 de diciembre y Valle de Culiacán, del 15 de octubre al 31 de diciembre.

La práctica más común es sembrar en húmedo.

Por razones de manejo de riego, sembrar en seco y dar el riego de nacencia ayuda a aplazar el primer auxilio, lo que se traduce en ahorro de agua. En este caso, deposite la semilla en el lomo del surco, a 5 centímetros de profundidad y riegue por trasporo.

Fertilización

En la mayoría de los predios de maíz se usa fertilizante de más, lo que impacta en el costo de producción y provoca deterioro del suelo en el mediano y largo plazo; contaminación del ambiente y de los mantos freáticos por óxido nitroso y nitratos. Se sabe que una producción de 10 ton/ha de grano extrae en un ciclo aproximadamente 250 kg/ha de nitrógeno, alrededor de 100 kg/ha de fósforo y más de 200 kg/ha de potasio, además de cantidades importantes del resto de nutrimentos, como azufre, calcio, magnesio y micro elementos.

En el caso de nitrógeno, un suelo de características normales, requiere una dosis que varía de 200 a 350 unidades.

En suelos de barrial se sugiere aplicar dos tercios de la dosis de nitrógeno en presiembra o simultáneo con la siembra y el resto previo al primer riego de auxilio.

En suelos de aluvión aplicar la mitad del nitrógeno previo a la siembra y el resto en dos partes iguales, a más tardar al inicio del espigamiento.

Para realizar un análisis foliar se deben tomar muestras de plantas completas, si la altura es menor de 30 centímetros, y hojas jóvenes completamente desarrolladas con lígula, en etapa posterior para que en caso de deficiencia se haga la corrección pertinente.

Fósforo. Si se encuentran niveles menores de 70 Kg/ha, fertilizar con 120 kilogramos de fósforo, con niveles en el suelo de 70 a 100, fertilizar con 60 kg/ha, y cuando la disponibilidad sea mayor de 100 kg/ha no fertilice.

De manera convencional se usan 320 kilogramos de urea y 100 de 11-52-0 en presiembra y 200 kilogramos de amoniaco a cierre del cultivo.

La incorporación de los residuos de cosecha de maíz representan alrededor de 8 toneladas de materia seca por hectárea y equivalen a devolver al suelo alrededor de 100 kilogramos de urea.

Riegos

Las etapas críticas del cultivo son: floración, polinización, formación y llenado de grano y en cada una de ellas normalmente se requiere de un riego de auxilio, es decir, cuatro riegos.

La lámina en riego de auxilio debe ser de 8-10 centímetros y las tiradas de riego no mayores a 200 m.

Los métodos de riego sugeridos por el INIFAP para condiciones mejor aprovechamiento del agua, son:

Surco alterno. Previo al establecimiento del cultivo debe nivelarse el terreno y manejar longitud de riego de no más de 200 m en suelos arcillosos y franco arcillosos con pendientes suaves.

Los gastos por surcos de riego deben ser al menos el doble (dos pipas de1.5 pulgadas de diámetro) que el riego tradicional, en suelos de barrial o franco arcilloso con pendientes suaves.

Camas. Hacer una cama de 1.6 metros de ancho y 20 cm de alto el cual se realiza durante el primer cultivo antes del primer riego de auxilio.
El gasto de riego en sifones se maneja igual que el surco alterno.

Ventajas adicionales de las camas son la acumulación de las sales en el centro, reducción del agrietamiento, mayor aireación en la zona de las raíces de las plantas y menor compactación del suelo.

Riego intermitente ó pulsos. Se aplica una cierta lámina de riego mediante pulsos e intermitencias a intervalos de tiempo definidos. Se recomienda usar gastos de riego altos no mayores al gasto máximo no erosivo.

El buen manejo del agua, tanto en la cantidad de riegos como en la etapa de la planta en que se aplican son determinantes para el adecuado aprovechamiento de los fertilizantes ya que los excesos de humedad son factor de pérdida de nutrientes por lixiviación y percolado, principalmente.

Combate de maleza

Los principales problemas por maleza ocurren durante los primeros 30-40 días cultivo. No eliminarlas oportunamente, disminuye el rendimiento en función de la especie, población y demora en controlarlas.

Mecánico. Cuando no llueve es posible preparar el suelo con barbecho, rastreo, marca y siembra en seco y además dar oportunamente los cultivos y aporques; con esta práctica se reducen las poblaciones de maleza.

Cultural. Si las condiciones físicas, contenido de humedad del suelo y oportunidad permiten la siembra sobre mojado, este método resulta el mejor, pues con el riego de asiento o lluvia emerge la mayor población de maleza, la cual se elimina con el rastreo o escarificación previa a la siembra, iniciándose el cultivo con buena población, sanidad y bajo costo.

Plagas

El manejo de las plagas implica que la utilización de una medida de control sea oportuna y efectiva.

A continuación se mencionan las principales plagas y los daños que ocasionan.

 

Larva de gusano trozador (John Capinera, University of Florida, Bugwood.org)

Larva de gusano trozador (John Capinera, University of Florida, Bugwood.org)

Gusano trozador. Agrotis sp. Un solo gusano trozador puede destruir todas las plantas de varios metros, aunque sólo consumen una parte de ellas. Las larvas pupan en el suelo; el aspecto y forma de las pupas es similar a las del gusano cogollero y gusano elotero. Esta plaga es importante desde la emergencia del cultivo hasta que las plantas tienen alrededor de 30 centímetros de altura. El ataque ocurre durante la noche.

La mayoría de los híbridos comerciales vienen con tratamiento de semilla. Aún así, eventualmente, en lotes que tengan antecedentes de fuertes infestaciones de trozadores o hayan permanecido ociosos el ciclo anterior, se sugiere realizar aspersiones dirigidas a la hilera de las plantas, lo cual debe hacerse por las tardes con equipo terrestre. El criterio de aplicación varía con la densidad de población de plantas, pero de manera general, una planta trozada por metro de surco es suficiente para combatir esta plaga.

Se ha observado menor daño por esta plaga en terrenos con abundantes residuos de la cosecha anterior pues el gusano trozador o gallina ciega prefiere alimentarse de materia seca, por ello, además de evaluar la población de plagas, debe medir la cantidad de daño antes de aplicar insecticidas.

 

Larva de gusano cogollero (Frank Peairs, Colorado State University, Bugwood.org)

Larva de gusano cogollero (Frank Peairs, Colorado State University, Bugwood.org)

Gusano cogollero. Spodoptera frugiperda. Esta es la plaga más importante del maíz. La larva se localiza en el cogollo alimentándose de las hojas tiernas, las cuales al desarrollarse se observan agujeradas, lo que ocasiona retraso en el desarrollo del cultivo. Esta plaga es importante desde que la planta emerge hasta que tiene alrededor de 50 centímetros de altura. En infestaciones tardías puede afectar las espigas.

Las larvas alcanzan unos 3.5 centímetros de longitud; cuando emergen son amarillas con la cabeza obscura; los primeros días se alimentan de una misma planta y luego se dispensan en el cultivo. Las larvas grandes son café grisáseo, con líneas dorsales claras. Este estado biológico en verano tiene un período aproximado de tres semanas; cuando van a pupar caen al suelo y construyen una celdilla y siete días después emergen los adultos.

La plaga cuenta con varios enemigos naturales como chinche pirata, cinche ojona, chinche nabis, chinches asesinas, crisopas y catarinitas. Los parasitoides de huevecillos tienen poco efecto debido a que éstos se encuentran cubiertos por escamas. Se sugiere el control químico cuando se encuentren más de 20% de plantas infestadas por larvas chicas, las cuales son más sensibles a los insecticidas.

 

Larva de gusano elotero o del fruto (Whitney Cranshaw, Colorado State University, Bugwood.org)

Larva de gusano elotero o del fruto (Whitney Cranshaw, Colorado State University, Bugwood.org)

Gusano elotero. Heliothis zea. El daño principal consiste en la destrucción de los granos de la punta del elote y la atracción que provoca para otras plagas como mosquita pinta.

El adulto mide 2.5 centímetros de longitud y 3.5 de expansión alar. Presenta una mancha obscura y casi circular en el centro de las alas anteriores y otras irregulares en los márgenes. Su color es pajizo, aunque las alas posteriores son más claras.

Deposita hasta 50 huevecillos en los estigmas, tallos, hojas y brácteas, son de 1.0 milímetro de diámetro, blanco cremoso, casi esféricos con la base aplanada y estriados radialmente. Cuando están próximos a eclosionar, oscurecen.

La larva en su máximo desarrollo llega a medir 5.0 centímetros, la cápsula cefálica es amarillenta y su cuerpo está cubierto de setas y microespinas. Su color va de verde pálido hasta negro y presenta bandas alternadas de color claro y obscuro a lo largo de los lados. El estado de pupa lo pasa en el suelo.

Puede llegar a causar pérdidas del 10 al 30% de la producción.

Se sugiere mayor cuidado en su control en maíz dulce, en maíz para producción de semilla y en maíz para elote.

 

Adulto de mosca pinta (John Smith).

Adulto de mosca pinta (John Smith).

Mosquita pinta. Euxesta spp. Provoca pudriciones que afectan la calidad del elote. Los adultos son atraídos por los olores en descomposición y ovipositan en los estigmas; posteriormente las larvas se alimentan de los granos tiernos.

El adulto mide 0.5 centímetros de longitud, de color oscuro y brillo metalizado, sus alas transparentes presentan bandas oscuras. Los huevecillos son depositados sobre los estigmas y son blancos y alargados. La larva al emerger se alimenta de excreciones del gusano elotero y granos tiernos, en su máximo desarrollo mide 1.0 centímetros de longitud, es alargada en forma de cuña.

Para reducir sus poblaciones, se sugiere un control estricto de gusano elotero.

 

Adulto de araña roja (David Cappaert, Michigan State University, Bugwood.org).

Adulto de araña roja (David Cappaert, Michigan State University, Bugwood.org).

Araña roja. Tetranychus spp. Puede presentarse desde la emergencia del cultivo, principalmente en temporadas con baja humedad relativa. Las colonias se establecen en el envés de las hojas, donde succionan la savia produciendo manchas rojizas por el haz, por lo que secan prematuramente al follaje.

El adulto mide 0.5 milímetros de longitud, es de color rojo y de forma elíptica. Los huevecillos son depositados en el envés de las hojas, son esféricos y transparentes. A temperatura de 26 ºC, las formas inmaduras emergen en un período de 5 a 7 días, las cuales tienen seis patas y miden aproximadamente 0.2 milímetros de largo, y pasan de dos a tres mudas para alcanzar su estado adulto.

Altas poblaciones de la plaga en las hojas inferiores de la planta dan la apariencia de deficiencia en el suministro de agua y nitrógeno, o bien de haber sufrido daño por baja temperatura, siendo mayor el daño cuando la humedad es baja, por lo que como medida de prevención se sugiere regar oportunamente.

Se sugiere el control químico cuando las infestaciones cubran más de 20% del follaje y el cultivo se encuentre en etapas anteriores a llenado de grano.

Ver fotografías de plagas.

Enfermedades

A las enfermedades tradicionales del maíz como: Fusarium, Roya de la Hoja y Achaparramiento se agregó en las últimas dos temporadas el tizón foliar ocasionado por el hongo Helmithosporium y carbón común por Ustilagos maidis que afecta la calidad del grano.

 

Tallos quebrados por Fusarium

Tallos quebrados por Fusarium

Fusarium. La pudrición de raíces y tallos conocida como Fusarium (Fusarium, Diplodia, Pythium y Macrophomina) es el principal problema del maíz, incrementándose cuando las condiciones de clima son propicias.

La enfermedad se manifiesta con un marchitamiento total de la planta, seguido de un rápido secamiento que puede afectar plantas aisladas, manchones o tramos de surco. En la base del tallo se aprecia una porción obscura y la parte interna del tejido se encuentra destruido o desgarrado de color café. Si se trata de diplodia, se observan los picnidios obscuros .

La pudrición por pythium va acompañada de una constricción del tallo a manera de torcedura.

Las plantas atacadas por fusarium se acaman, ocasionando que sean comidas por roedores, o bien, que a la cosecha no sean levantadas por la trilladora

No hay tratamiento curativo, pero entre las medidas preventivas se señalan: rotación de cultivos, principalmente a leguminosas, incorporación de socas del cultivo anterior, evitar riegos pesados por tiradas largas. Cuando se deja la soca para su incorporación después de la trilla es prudente la aplicación de la bacteria antagónica tricoderma, dos semanas antes de incorporar. El tratamiento de la semilla contra el ataque de plagas del suelo es muy necesario porque reduce el daño por insectos plaga que abren la entrada a los hongos causantes de la enfermedad.

Como el agua de riego desplaza gran cantidad de partículas del hongo, se deben evitar los riegos muy pesados, así como también evitar la sobre fertilización nitrogenada.

 

Roya de la hoja del maíz (Yuan-Min Shen, Taichung District Agricultural Research and Extension Station, Bugwood.org)

Roya de la hoja del maíz (Yuan-Min Shen, Taichung District Agricultural Research and Extension Station, Bugwood.org)

Roya o chahuixtle. Las condiciones de alta humedad relativa que prevalecen durante los meses de diciembre, enero y febrero acentúan el daño por roya, especialmente en los híbridos más susceptibles.

Normalmente a partir de mes de febrero que inicia el incremento de temperaturas acompañado de neblinas, se dan las condiciones favorables para que la infección se presente.

La enfermedad se manifiesta como pústulas pequeñas y redondas en el haz y en el envés de las hojas conteniendo una gran cantidad de uredosporas que dan la apariencia de un polvillo café rojizo las cuales al madurar van oscureciéndose hasta llegar a color negro. La abundancia de lesiones provoca necrosis parcial o total de las hojas.

Cuando existen condiciones cálidas y húmedas las uredosporas germinan y producen la infección, inicialmente en las hojas inferiores, pero a temperaturas de 16 a 23 grados C. con humedad relativa alta (más del 55%) pueden invadir las hojas superiores y afectar el rendimiento.

Si la infección ocurre y prevalecen condiciones de alta humedad, temperatura tibia y las hojas superiores son infectadas, se sugiere aplicar fungicidas a base de Triadimenol, Triadimefon ó Propiconazole, en la dosis recomendada por el fabricante del producto.

 

Achaparramiento en maíz (Clemson University - USDA Cooperative Extension Slide Series, Bugwood.org)

Achaparramiento en maíz (Clemson University – USDA Cooperative Extension Slide Series, Bugwood.org)

Achaparramiento. Conocido también como hoja colorada o micoplasmosis, la enfermedad se manifiesta como un amarillamiento, seguido de una coloración púrpura en las hojas. Si la infección ocurre cuando las plantas tienen 4 ó 5 hojas es más severa y además ocasiona acortamiento de entrenudos y proliferación de brotes o hijuelos y jilotes que por lo general no llegan a producir.

Las chicharritas del maíz Dalvulos maidis son vectores de la partícula infectiva y la población de esta plaga se incrementa con temperatura cálida lo que favorece la rápida diseminación de la infección. Las chicharritas al chupar la sabia inyectan las partículas infectivas, las cuales pasan por un período de incubación y multiplicación de 3 a 6 semanas, plazo en el que aparecen los síntomas.

En lo posible, evite siembras muy tempranas (antes de octubre) ya que pueden verse más afectadas. El zacate Johnson Sorgum halepense es un hospedero importante del vector por lo que es necesario mantener su predio limpio de esta maleza.

 

Tizón foliar por Helminthosporium

Tizón foliar por Helminthosporium

Tizón Foliar causado por Helminthosporium. Existen tres especies principales que ocasionan síntomas distintos:

  • Helminthosporium maydis que provoca lesiones de 1 a 3 centímetros que a menudo llegan a unirse unas con otras.
  • Helminthosporium turcicum, que provoca lesiones de 2 a 15 centímetros.
  • Helminthosporium carbonum, que provoca lesiones de 1 a 3 centímetros, redondeadas y con zonas coloreadas concéntricas.

Las infecciones iniciales tienen lugar a partir de restos infectados de cosechas o de semillas infectadas. Posteriormente, el tiempo húmedo y las temperaturas moderadas favorecen la diseminación de estas enfermedades. El Helminthosporium maydis prefiere para su desarrollo regiones ligeramente más cálidas que los otros dos. Las pérdidas de producción son particularmente pronunciadas cuando las infecciones tienen lugar al principio de la temporada.

Helminthosporium maydis. Nishikado y Miyake. Existen dos razas de este hongo que son capaces de atacar al maíz, las denominadas 0 y T.

Los síntomas producidos por la raza 0 del hongo, conocida desde hace mucho tiempo en países tropicales y subtropicales, consisten en pequeñas lesiones, cuando las hojas son jóvenes, de color ocre pálido, que pueden alcanzar hasta 2 ó 3 centímetros de longitud. Los bordes de tales lesiones, en estado avanzado, son paralelos y están delimitados por las venas adyacentes. Las lesiones contiguas pueden llegar a fusionarse, afectando entonces a una considerable superficie foliar.

La raza T de Helminthosporium maydis ha sido identificada con posterioridad a la raza 0. Ataca principalmente a los híbridos que poseen citoplasma androestéril Texas.

Los daños más importantes son atribuidos, generalmente, al escaldado que se origina como consecuencia del desecamiento prematuro del follaje, aunque en algunos casos puede aparecer también una podredumbre de los granos.

La aparición de la enfermedad se ve favorecida en las zonas templadas (20 a 32°C) y húmedas. Durante el invierno, el micelio y las esporas del hongo se conservan en los restos del cultivo que permanecen sobre el suelo después de la recolección, en las bodegas sobre granos procedentes de mazorcas contaminadas y sobre algunas gramíneas espontáneas. En condiciones adecuadas de temperatura y humedad, el hongo fructifica y las esporas son transportadas por el viento y por las salpicaduras del agua a plantas en crecimiento, donde se producen nuevas infecciones.

La aplicación de productos fungicidas puede efectuarse, al margen de otros tratamientos, en momentos adecuados, especialmente en la época próxima a la formación de la mazorca.

Helminthosporium turcicum. Pass. Este hongo ataca solo a las hojas, pudiendo ser en algunos casos responsable de pérdidas de rendimiento por escaldado.

Los primeros síntomas de esta enfermedad consisten en la aparición de manchas de color verde grisáceo al principio, luego pardas, alargadas en forma de huso, que pueden alcanzar 15X2 cm. Las primeras lesiones aparecen, generalmente, en las hojas inferiores y continúan aumentando en número y tamaño a medida que la planta se desarrolla. La enfermedad progresa en sentido ascendente y, si el ataque es grave, puede producirse un desecamiento total del follaje, lo cual ocasiona la muerte prematura de la planta, que presenta un aspecto grisáceo semejante al provocado por la sequía o la helada.

Cuando la humedad ambiental es adecuada, las necrosis se cubren de un fino polvillo negruzco constituido por las esporas del hongo que, diseminadas por la lluvia y el viento, contaminan las plantas sanas.

El ambiente muy húmedo y las temperaturas comprendidas entre 18 y 27°C favorecen el desarrollo de la enfermedad. En tales circunstancias, los ataques producidos en el momento de la salida de la panícula son los que ocasionan daños más graves.

Dado que el hongo permanece sobre los restos del cultivo existentes en la superficie del suelo, el enterrado precoz y cuidadoso de los mismos, después de la recolección, disminuye considerablemente la posibilidad de supervivencia del bongo. De igual forma, es importante que las labores durante el cultivo eviten el traslado a la superficie del suelo de los restos enterrados por labores precedentes.

En cuanto a tratamientos químicos, si bien los carbamatos, tales como maneb y zineb, presentan cierta acción para controlar la evolución de la enfermedad, no parece oportuno, por el momento, aconsejar tales tratamientos.

 

Carbón común (Howard F. Schwartz, Colorado State University, Bugwood.org)

Carbón común (Howard F. Schwartz, Colorado State University, Bugwood.org)

Carbón común, causado por Ustilago maydis.

Hasta hace tres temporadas la presencia de la enfermedad era insignificante, pero técnicos de campo reportan una incidencia mucho mayor el ciclo 2013-2014, atribuido principalmente tres factores: a)susceptibilidad de algunos híbridos b) condiciones climáticas c) ataque de plagas en el elote que propician infecciones y desarrollo del hongo.

No se conocen híbridos resistentes a la enfermedad, en la temporada 2013-2014 la mayor incidencia se observó en predios sembrados con el híbrido DK 2038 de Dekalb. En una evaluación visual durante la etapa de elote sazón en un predio sembrado en la zona industrial Jiquilpan, se pudo apreciar una incidencia de 1 a 1.5 elotes dañados por cada diez inspeccionados.

El carbón común se identifica fácilmente por las agallas tipo tumor que se forman en los tejidos en activo crecimiento. Estas contienen una masa oscura, pulverulenta de teliosporas (esporas del carbón).

Síntomas y signos. El síntoma más prominente son las agallas, tipo tumores que van desde 1 cm. a más de 30 cm. de diámetro. Todos los tejidos meristemáticos son susceptibles a la infección. Las agallas se forman frecuentemente en las espigas femeninas y masculinas, tallos, nudos y hojas y resultan de infecciones localizadas en los tejidos meristemáticos.

Las agallas consisten en tejido fúngico, al principio blanco y luego gris a la madurez. En este último estado se forman en el interior una masa oscura, formada por las teliosporas del hongo que se liberan por ruptura de la agalla. Las agallas en los tejidos, se empiezan a visualizar luego de 10-14 días después de producirse la infección en los tejidos. Con la deshidratación de las agallas se libera una masa oscura pulverulenta de esporas.

El número y localización de las agallas depende de la edad de las plantas y el momento de la infección. Las agallas formadas en la semilla resulta de infecciones en los ovarios y generalmente son afectados los granos de la punta de la espiga.

Transmisión de la enfermedad. El hongo sobrevive el invierno en el suelo y en residuos o rastrojos. Las esporas se diseminan por viento y en el agua de riego a través de la hilera. Las esporas pueden infectar plantas sanas, pero infectan más fácilmente plantas con heridas debido a la cultivadora, insectos, etc. La infección se agrava además por el excesivo uso de nitrógeno. Finalmente, un ambiente tibio y seco, entre 20°C a 27°C, tal como se presenta en la estación de cultivo, favorece el crecimiento de la enfermedad.

Ciclo de la Enfermedad. El carbón común ocurre cuando se presentan en el cultivo tiempo húmedo y lluvioso y numerosos trabajos indican un incremento importante del número de agallas en el cultivo si se producen heridas en los tejidos, (provocada por caída de granizo o daño mecánico por herramientas ó por fuertes vientos).. Las heridas inducen la división y alargamiento celular, incrementando la susceptibilidad al patógeno. Factores que reducen la producción de polen o inhiben la polinización también incrementan la infección porque los ovarios de la espiga están protegidos del ataque del carbón después de ser fertilizados, debido a que las barbas o estigmas adheridas a los ovarios fertilizados mueren y no son susceptibles a la infección.

Manejo de la enfermedad. Varios métodos de manejo se han desarrollado para controlar el carbón común. Estos incluyen: rotación de cultivos (cuestionable, porque las esporas sobreviven por varios años), tratamiento en semilla con fungicidas (protección solamente en las primeras semanas), modificación de la fertilidad del suelo y control biológico. Sin embargo solamente el uso de híbridos resistentes es el método más práctico y efectivo para controlar la enfermedad. No existen líneas de maíz inmune a la infección por U. maydis. Las líneas de maíces dulces tienden a ser más susceptibles al carbón común que los otros maíces.

Ver fotografías de enfermedades.

Cosecha

La decisión de cuando trillar debe basarse en aspectos técnicos y económicos, al considerar probable pérdida de rendimiento por atraso de la cosecha, riesgo de lluvias, castigo en la reciba por exceso de humedad e incluso disponibilidad en los centros de acopio.

Si va a incursionar en sistemas de mínima labranza, el tiempo de empezar es ahora, instalando en la trilladora un triturador de la soca y esparcidor, para un más fácil manejo de los esquilmos en la siguiente siembra.

Técnicamente el grano se puede cosechar sin problemas en un rango de 15 a 24% de humedad. La pérdida es mayor entre más seco esté el grano.