Selección de árboles en vivero

La edad de los arbolitos más adecuada es de un año para el injerto y tres años para el patrón. Injertos mayores de dos años tienden a presentar deformaciones en la raíz y son más impactados en el trasplante. Un tamaño adecuado de las plantas es de 70 a 100 cm de altura, con el injerto de 20 a 30 cm de la superficie del suelo y con 2 a 4 ramas con buena distribución alrededor del tronco. El utilizar viveros certificados en su sanidad es un factor esencial para el éxito de la plantación.

Selección de la variedad

Dadas las expectativas de vida productiva de las huertas de 40 a 50 años o más, la selección de la especie y variedad a plantar es uno de los aspectos más importantes, ya que representa el tipo de producto final que se va a comercializar. Para ello se deberá tener presente las características de fruta que demandan los diferentes mercados en fresco y la industria, como época de cosecha, tamaño de fruta, color y textura de cáscara, contenido de jugo, contenido de azúcar y ácido, aroma, presencia de semillas, facilidad de pelar, características para el transporte, etc.

Preparación del terreno

Dar un subsoleo para reducir compactación al romper capas duras para favorecer infiltración del agua de riego y mejor desarrollo de raíces. Después un barbecho para roturar el terreno, seguido de dos pasos de rastra para desmenuzar los terrones. Posteriormente se requiere de nivelación del lote, ya que, una vez establecidos los árboles es muy difícil corregir irregularidades de la topografía que impiden uniformidad en la distribución del agua de riego. Una vez plantados los arbolitos se necesita trazar el riego, para lo cual se levantan bordos para formar melgas angostas de 2 m de ancho para los riegos del primer año. Cuando se realizan labores de desmonte, es conveniente eliminar todos los trozos de raíces para completar una buena preparación.

Época de plantación

Este aspecto está determinado por el clima y se busca evitar temperaturas extremas. Se consideran como fechas adecuadas desde finales de febrero hasta mayo, cuando no hay riesgo de heladas y previo a las altas temperaturas del verano. Con esto se logra un mayor porcentaje de prendimiento de los árboles y un arranque adecuado de su crecimiento. Cuando es preciso plantar en invierno, es necesario proteger los arbolitos de las bajas temperaturas, sobre todo en el caso de limones que son más sensibles al frío.

Sistema y densidad de plantación

El arreglo o acomodo de los árboles en el terreno puede ser en forma de cuadrado, rectángulo o triángulo (tresbolillo). El más utilizado es el rectangular por facilitar su establecimiento, las labores de manejo y permitir mayores densidades que en cuadrado, al reducir el distanciamiento de árboles sobre la hilera, permitiendo en edad adulta manejar la huerta en seto en una sola dirección. De acuerdo a la distribución de luz durante el día, es conveniente orientar las hileras de árboles de norte a sur.

En cuanto a la distancia entre hileras y entre árboles, que nos dará la densidad de árboles, cambia entre especies por el tamaño que alcanzan los árboles en edad adulta. Los limones y toronjas alcanzan mayores portes que las naranjas, y estas a su vez, son más grandes que mandarinas y limas.

En el Cuadro 1 se sugieren distanciamientos para las diferentes especies.

Trasplante

Se marca el sitio que ocuparán los árboles y se abren hoyos de 30 cm de diámetro por 50 cm de profundidad. El trasplante se puede realizar con raíz desnuda o “boleado” con tierra. En el primer caso se extraen con cuidado los arbolitos del vivero y se realiza una poda ligera de raíz y de parte aérea.

Cuando se extraen los arbolitos “boleados” se requiere menor poda. En cualquier caso colocar el cuello del árbol a nivel con la superficie del suelo, rellenando primero con tierra superficial que normalmente contiene más materia orgánica.

Cuidados iniciales

Después del trasplante es importante aplicar riego para evitar deshidratación de las raíces y seguir regando cada 5 a 7 días hasta que se logra el prendimiento. Después se irán espaciando al ir desarrollando el sistema radical.

Durante el trasplante no se requiere fertilización, ya que las raíces en ese momento no son capaces de absorber nutrientes y si, en cambio, pueden ser dañadas al entrar en contacto con el fertilizante. La fertilización se debe iniciar hasta que el árbol se ha establecido y recibido varios riegos.

Fertilización

El programa de fertilización nitrogenada se inicia con 80 g de N por árbol el primer año, 120 g el segundo año, Al tercer, cuarto, quinto y sexto año de desarrollo se pueden aplicar 140, 200, 300 y 400 g de N por árbol, respectivamente, fraccionando la dosis en tres aplicaciones previas a las brotaciones en primavera, verano y otoño. A partir del séptimo año aplicar 640 g de N por árbol. Para huertos adultos la dosis anual requerida de nitrógeno oscila de 140 a 180 kg/ha. Los niveles de fósforo disponible y potasio intercambiable en suelos del noroeste de México son considerados adecuados, por lo que no es recomendable aplicar a menos que el análisis foliar confirme deficiencias. En este caso, se sugiere aplicar alrededor de 75 kg de P2O5 y 100 kg de K2O/ha. Se ha encontrado que los árboles sobre portainjertos trifoliados como Troyer y Carrizo requieren mayor fertilización fosforada por tener menor capacidad de absorber este elemento.

En el caso de naranjas tempranas, que presentan problemas de tamaño pequeño de fruta, se sugiere aplicar nitrato de potasio al 1 % en forma foliar en dos aplicaciones durante junio y julio espaciadas dos semanas. Se recomienda evitar la fertilización potásica en huertas de toronja para evitar engrosamiento excesivo de la cáscara.

La deficiencia de fierro es la más difícil de corregir. Se puede utilizar sulfato ferroso u otra formulación comercial asperjada al follaje en dosis de 100 g por cada 100 L de agua y neutralizar con cal hidratada, adicionando 300 g por cada 100 L de solución. Es importante considerar el uso de agentes dispersantes – adherentes en todas las aplicaciones foliares, procurando realizar las aspersiones cuando las temperaturas sean más frescas.

Riego

El riego de las plantaciones de naranja es importante para la producción y calidad de la fruta ya que promueve el desarrollo de los árboles, incrementa el rendimiento y tamaño de la fruta. Su efecto en la calidad puede ser negativo cuando se aplica agua en exceso.

Los requerimientos de agua de plantaciones de naranja dependen de factores como edad del árbol, portainjertos, variedad, etapa de crecimiento, tipo de suelo, densidad de plantación, clima, entre otros. En general las demandas son mayores en climas desérticos llegando a consumir hasta 127 cm por año en árboles adultos, sin embargo la reducción del agua en etapas no críticas permite buena producción y calidad de fruta, con láminas anuales de solo 100 cm. Las demandas durante el año son menores en invierno con consumo de 2 mm por día, mientras que en verano puede alcanzar 5.8 mm por día.

Los métodos de riego utilizados son de inundación y presurizados. En los primeros se utilizan dos variantes, las melgas y los cuadros, generalmente con eficiencias de aplicación menores del 50%.

El riego por melgas proporciona hasta 12 %, mayor uniformidad en la distribución del agua en la parcela con respecto al método de cuadros. Lo anterior se debe a una mayor velocidad de llenado y una menor permanencia del agua en las melgas, sin embargo la necesidad de terrenos nivelados hace que el riego por cuadros sea más utilizado, provocando en suelos de textura fina y baja penetración problemas de “gomosis”.

Para riego por inundación se sugieren de 10 a 12 riegos al año, espaciándolos alrededor de 17 días en los meses de máxima demanda (junio, julio y agosto), mientras que en los meses de baja demanda (noviembre, diciembre y enero) con un riego es suficiente.

Con la seguridad de que el agua aplicada en plantaciones de naranja tiene un efecto en la producción y calidad de la fruta, es aconsejable monitorear los perfiles de suelo que están siendo humedecidos. Para esto en sistemas de microaspersión y goteo se pueden utilizar los tensiómetros y otros sensores como los de resistencia eléctrica. Estos dispositivos han sido útiles en los trabajos de investigación y validación de Uso y Manejo del Agua, y en el caso especifico de naranja, se han colocado a profundidades de 45 y 90 cm, donde el de menor profundidad es útil para ajustar la frecuencia de riego y el de mayor profundidad sirve para aumentar o reducir el tiempo de riego. Las lecturas que ofrece miden la tensión del agua en el suelo expresada en centibars. En general, lecturas por debajo de 10 indican suelo saturado, entre 10 y 20 buena humedad, entre 30 y 60 necesidad de riego, y mayor a 60 se acerca a condiciones críticas para el desarrollo del cultivo, a excepción de suelos muy pesados.

Malezas

La presencia de malezas en los huertos de cítricos es indeseable por la competencia que hacen a los árboles por luz, agua y nutrientes, y porque favorecen poblaciones de roedores e insectos plaga.

El control puede ser mecánico, químico o biológico. En el caso de control mecánico, la labranza, realizada antes que la maleza produzca semilla, permite romper su ciclo y se evita aportación de semillas al suelo, reduciendo las poblaciones de malas hierbas.

El control químico es el más utilizado por su efectividad y menor daño a la estructura de los suelos. En el Cuadro 2 se presentan los herbicidas que se recomiendan para cítricos, sus dosis y épocas de aplicación.

Plagas

Los cítricos son atacados por varias especies de insectos que pueden afectar la calidad de fruta y disminuir la producción. En el Cuadro 3 se anotan las principales plagas y su control.

Además de los insecticidas químicos, se puede utilizar control biológico contra algunas de estas plagas como son:

  • Liberación de 5,000 adultos/ha de Aphytis para escama
  • Aplicación de 20,000 huevecillos de Crysopa/ha para trips, pulgones.
Psílido de los cítricos y Huanglongbing

La importancia del psílido asiático de los cítricos radica en que es transmisor de bacterias del género Candidatus, causantes de la enfermedad Huanglongbing. Esta enfermedad afecta a todo tipo de cítricos -incluyendo naranja, toronja, limón y mandarina- así como otras pocas variedades ornamentales estrechamente relacionadas.

Una vez infectados, los árboles mueren en tan sólo cinco años. A la fecha no hay cura ni método de control efectivo contra HLB, por lo que el manejo se enfoca a reducir la población de psílidos y así frenar la propagación de la enfermedad.

Aunque el psílido daña las hojas, eso en sí no mata los árboles y la fruta se puede comer sin peligro.

Monitoree la presencia del psílido desde la primavera hasta el otoño, vea si hay huevecillos, ninfas o adultos de psílidos en hojas nuevas en desarrollo.

Los adultos tienen alas moteadas marrón, y el tamaño es similar al de un áfido. Se alimentan con la cabeza hacia abajo y sus “colas” hacia arriba. Las ninfas son diminutas, amarillentas y secretan pequeños tubos blancos y cerosos.

Síntomas de la enfermedad de HLB. Las hojas muestran un moteado amarillento asimétrico con manchones verdes.

La fruta es pequeña, deforme, se desprende fácilmente del árbol y su jugo es amargo.

Manejo de la plaga y la enfermedad. El control del insecto y el manejo de la enfermedad requieren un programa de manejo integrado de plagas. Si están presentes el vector y la enfermedad es necesario el control. Se considera que una población es elevada cuando se observan tres ninfas y cinco adultos por rama.

Control cultural. Los árboles infectados deberían eliminarse cuando aparecen los síntomas de la enfermedad. Dado que el patógeno se mueve lentamente después de la infección, podría ser beneficiosa una poda severa.

En general, se recomienda eliminar los árboles infectados de menos de 5 años. Si los árboles tienen entre 6 y 10 años, deberían eliminarse aquellos con niveles de infección del 75%. De lo contrario, se podrían podar las ramas enfermas. Si las plantas tienen más de 10 años, se recomienda eliminar las ramas afectadas, hasta 40% del árbol. No deberían plantarse nuevos árboles en huertos afectados por huanglongbing.

Control biológico. Se ha corroborado la utilidad de crisopa comanche como depredador, llegándose a obtener porcentajes de depredación superiores al 80%. La capacidad depredadora de crisopa comanche, es mayor sobre huevecillos, a la vez consume más ninfas chicas que ninfas grandes. También depreda adultos, pero en menor proporción pues éstos vuelan.

Control químico. El insecticida sistémico imidacloprid provee el mejor control de ninfas alimentándose en hojas tiernas. Penetra a través de las raíces y permanece en los árboles hasta seis meses. Debe aplicarse sólo una vez al año, sugiriendo hacerlo antes de la brotación de primavera. Aplique tratamiento sólo si hay psílidos asiáticos de los cítricos ya que los insecticidas pueden causar daño a abejas y a enemigos naturales necesarios para combatir otras plagas.

Si rocía carbaryl, asegúrese de que haga contacto directo con insectos adultos y ninfas ocultos en los nuevos retoños.

No aplique insecticidas cuando los árboles están en floración para evitar intoxicar a las abejas.

Enfermedades

Gomosis.

Aunque los cítricos pueden ser atacados por diferentes agentes patógenos como hongos, virus, bacterias y nematodos, por lo general sólo la gomosis del tronco que es producida por el hongo Phythoptora spp ocasiona daños de importancia económica. La infección se manifiesta en el tronco con lesiones que se caracterizan por un agrietamiento y descascaramiento de la corteza y presencia de gotas de goma. El árbol se debilita, con follaje pálido y ralo, así como frutos pequeños. Si el descortezamiento logra anillar el tronco, el árbol puede morir. Condiciones ambientales de exceso de humedad en suelo o alrededor del tronco favorecen la enfermedad.
Entre las medidas preventivas está el uso de patrones resistentes o tolerantes al hongo como Citranges Carrizo y Troyer, Limón Volkameriano y Mandarina Cleopatra. El naranjo agrio también es tolerante a gomosis pero no se recomienda por su susceptibilidad a Tristeza de los Cítricos. Otra medida preventiva es evitar injertos muy bajos, evitar lesiones al tronco y raíces de la corona, evitar acumulación de maleza, basura o tierra alrededor del tronco, así como evitar encharcamientos prolongados.
Las prácticas curativas consisten en realizar cirugía de la corteza infectada y tratar la superficie ya limpia con funguicidas en forma de pasta como Alliette, Ridomil o caldo bordelés. Se ha probado la efectividad de aplicaciones al follaje de Alliette 80 en dosis de 2.0 a 2.8 gramos de ingrediente activo por hectárea.

Tristeza de los Cítricos.

Ocasionada por un virus es el problema más importante en la producción de estas especies, ya que ha matado millones de árboles en muchos países. En México se ha detectado en varios estados, procediéndose a eliminar los árboles infectados. El avance de la enfermedad está muy relacionado con la presencia del pulgón café que es el vector más eficiente para transmitirla.

La Tristeza solo puede prevenirse, no hay remedio para ella. Entre las medidas preventivas están:

  • Uso de patrones tolerantes que pueden producir aún en presencia de la enfermedad.
  • Uso de yemas libres de virus provenientes de árboles certificados como sanos.
  • Campañas para detectar y erradicar plantas enfermas.
  • Campañas para detectar y controlar el áfido vector.
  • Uso de yemas libres de virus provenientes de árboles certificados como sanos.
  • Campañas para detectar y erradicar plantas enfermas.
  • Campañas para detectar y controlar el áfido vector.
Nemátodos.

Son pequeños gusanos que viven en el suelo, el agua y las plantas. Algunos pueden dañar a las plantas, otros dañan a hongos, bacterias o a otros nemátodos. Los cítricos son afectados por muchas especies de nemátodos, sin embargo la especie principal que ataca a este cultivo es el llamado nematodo de los cítricos, que está presente en todo el noroeste de México, en todos los tipos de suelo. El daño que ocasiona es un decaimiento de los árboles, mayor en árboles jóvenes y en árboles afectados por otros factores como enfermedades o mal manejo de riego y fertilización. Este decaimiento se manifiesta en follaje pobre, bajo rendimiento y fruta pequeña.

Entre las medidas de prevención y control están:

  • Análisis de suelo previo a la plantación para hacer, si es necesario, medidas de control.
  • Uso de portainjertos tolerantes
  • Plantar árboles libres de nemátodos.
  • El incremento de materia orgánica incrementa población de organismos antagónicos.
  • Uso de nematicidas como Aldicarb y Fenamifos en casos de infestaciones muy severas.

Poda

 La poda de los cítricos es para remover partes de la planta con el fin de lograr un tamaño y forma deseados o para quitar ramas muertas, enfermas o mal acomodadas. El control adecuado del crecimiento vegetativo ayuda a mantener árboles saludables y productivos, ya que permite combinar adecuadamente cantidad y calidad de luz con cantidad y calidad de follaje.

En árboles jóvenes la poda en los primeros años se reduce a quitar chupones del tronco, sacar ramas secas y dar formación eliminando ramas cruzadas. En árboles adultos la poda de mantenimiento consiste en eliminar rama seca cada 3 a 5 años para evitar daños a la fruta y evitar ser fuente de termitas y hongos. Es necesario hacer deschupones cada 1 a 2 años para aprovechar mejor el agua y nutrientes y mantener iluminación hacia el interior de la copa.

En árboles de mandarina, de follaje muy denso, es conveniente mantener la copa abierta para mejorar color de fruta y reducir el número de ramas productivas para mejorar tamaño de la misma. Los árboles de toronja, por su parte, doblan sus ramas inferiores hasta tocar el suelo por el peso de los frutos, los cuales pierden calidad, dificultando el paso de maquinaria y labores de fertilización y control de maleza. Por ello se recomienda eliminar ramas de abajo para levantar la falda.

Huertas adultas cuyos árboles se han cerrado entre si presentan problemas de acceso de luz, pérdida del follaje inferior, fructificación en las partes altas, bajos rendimientos y calidad de fruta, pobre cubrimiento de aspersiones, dificultad para paso de maquinaria y para la cosecha. En estos casos es necesario abrir calles con poda manual o mecánica.

El uso de podadoras mecánicas permite recortar los lados de los árboles con cuchillas circulares rotatorias, formando setos. Las especificaciones para poda mecánica son las siguientes:

  • Angulo de 10 a 15º de la vertical.
  • Altura de los árboles de 5 a 5.5 m.
  • Ancho de calle de 2 a 2.5 m

Maduración y cosecha

La maduración de los cítricos conlleva cambios externos en el color de la parte externa de la cáscara o flavedo y cambios internos en el contenido de jugo y la acumulación de azúcar y ácido. Existen normas mexicanas que establecen los requerimientos mínimos para la madurez legal de la fruta. En el caso de la naranja, especie comercial más importante en nuestra región es de 50 % de cambio de color de verde a amarillo – naranja, 43 a 50 % de contenido de jugo en base a peso, y una relación sólidos solubles/ácido de 9.9/1 a 10.5/1.

La época de maduración para naranjas tempranas es noviembre a enero y de marzo a junio para tardías. Las variedades de toronja pueden cosecharse de noviembre a mayo. Las mandarinas, por su parte, se cosechan de noviembre a enero las tempranas y de diciembre a febrero las tardías. En el caso de los limones del tipo americano (real), la época adecuada de cosecha es de septiembre a diciembre. El limón mexicano produce a lo largo de todo el año, concentrándose el 70 % de la producción en agosto y septiembre.