Preparación del terreno
Las labores de preparación del suelo dependen de las condiciones de cada terreno. El frijol puede establecerse sobre suelo preparado con labranza tradicional y también con el sistema de labranza mínima, a condición de que se pueda realizar un manejo eficiente del riego. Es recomendable un análisis bacteriológico del suelo que identifique la presencia de agentes patógenos, y en su caso, incorporar antagónicos para recuperar el balance de la fauna microbiana.
Variedades
Es recomendable el uso de semillas certificadas que garantizan madurez uniforme, tipo de grano y color estables. Por la cada vez más frecuente incidencia de enfermedades transmitidas por semilla, es recomendable que la semilla cuente con un análisis bacteriológico donde se compruebe que no es portadora de enfermedades. El INIFAP a través del Campo Experimental Valle del Fuerte ha liberado las variedades: Janasa, Azufrasin y Aluyori para complementar el mosaico de variedades tradicionales donde destacan: Azufrado Noroeste, Azufrado Higuera, Azufrado Regional 87, Azufrado Peruano 87, Azufrado Pimono 78, Peruano P 80, y del tipo de grano de color negro: Sataya 425, Negro Sinaloa, Jamapa, Negro Pacífico, Negro Tacaná y Negro Sahuatoba.
Epoca de siembra
La fecha de siembra tiene una gran influencia en el desarrollo y rendimiento del cultivo, pues las condiciones climáticas favorecen o limitan las funciones fisiológicas de la planta y la incidencia de plagas y enfermedades. Los mejores rendimientos se presentan en siembras durante el mes de octubre y los primeros cinco días de noviembre; las siembras en fechas tempranas son afectadas por alta incidencia de plagas (mosca blanca) y enfermedades como macrophomina y de tipo viral, las tardías corren el riesgo de bajo desarrollo por bajas temperaturas, de heladas y desarrollo de enfermedades de tipo fungoso como roya y moho blanco, propiciado por baja temperatura y alta humedad relativa. Sembrar fuera de época trae como consecuencia además de bajos rendimientos, mayores riesgos en la producción.
Método de siembra
En suelos de barrial es recomendable sembrar en surcos a 80 centímetros. En las variedades de hábito de crecimiento de mata como Azufrado Higuera, se puede sembrar en camas de 1.0 metro con doble hilera de plantas. La distancia entre hileras debe ser de 40 centímetros y 60 para cultivo. Para variedades de hábito de crecimiento semiguía de tipo negro, la separación entre surcos es de 80 a 92 centímetros. En suelos de aluvión solo se sugiere sembrar a hilera sencilla, debido a que el desarrollo del cultivo es mayor. La profundidad de la semilla en barrial varía de 6 a 8 centímetros y en aluvión de 4 a 6. Asegúrese que la semilla tenga como mínimo un 85% de germinación. Procure que al sembrar se depositen entre 14 y 16 semillas por metro de surco, bien distribuidas, para obtener una población de entre 12 y 14 plantas por metro en siembras a hilera sencilla y para siembras a doble hilera deposite de 12 a 14 semillas por metro, con lo cual se podrá obtener entre 10 y 12 plantas por metro lineal. El uso de cantidades mayores incrementa los costos del cultivo y los riesgos de producción, pero los rendimientos no aumentan. La cantidad aproximada de semilla por hectárea para las variedades de tipo Azufrado de grano grande es de 90 kilogramos; mientras que para las medianas (Azufrado Regional 87) empléese 70 y para las negras (grano chico) 50 kilogramos. Se sugiere no reducir la distancia entre surcos para evitar el exceso de humedad, facilitar la penetración de aire y de los rayos solares a través de las plantas, con el fin de reducir los riesgos de enfermedades fungosas, durante el desarrollo del cultivo.
Labores de cultivo
Las labores de cultivo ayudan a airear el suelo y mejorar el desarrollo de las raíces para dar protección y sostén a la planta, así como reformar el surco, para facilitar los riegos mediante uno o dos pasos de cultivadora. Es importante que estas labores se efectúen con oportunidad, el primer cultivo o abierta de surco se realiza antes del primer riego de auxilio y un segundo cultivo cuando lo permita la humedad del suelo y el desarrollo de la planta después del primer auxilio.
Malezas
En caso de lotes infestados de maleza, se sugiere el combate preventivo aplicando herbicidas preemergentes a base de trifluralina, al momento de la escarificación previa a la siembra. Mantener el cultivo limpio ayuda a un mejor manejo de plagas y enfermedades.
Riegos
Para un desarrollo normal de la planta, en las etapas reproductivas no debe faltar humedad en el suelo, desde el inicio de la floración hasta el llenado de grano. Los riegos deben se ligeros en tiradas no mayores de 150 metros, para evitar problemas de pudriciones de raíz y alta incidencia de moho blanco. Al aplicar el riego en el momento preciso, el rendimiento puede mejorar sensiblemente, por lo que el productor debe acordar su calendario de riego con toda oportunidad con su módulo de riego para evitar castigos a la planta por estrés de humedad. Debido a que el frijol es un cultivo muy sensible a los excesos de humedad y que el riego es un factor que depende directamente de las variaciones temporales del clima determinadas por la fecha de siembra, para lograr una mayor precisión es recomendable manejar el riego en forma integral, es decir, considerar todos los factores que determinan las demandas de agua del cultivo como los son: fenología, suelo, clima y manejo del cultivo. La tecnología de pronóstico del riego en tiempo real es una excelente herramienta para este propósito, ya que manipula en tiempo real los parámetros mencionados anteriormente y es posible pronosticar el momento oportuno del riego. En el Valle del Fuerte se puede tener acceso a ella a través de algunos módulos de riego y del Campo Experimental Valle del Fuerte. De manera general, para las fechas tempranas (01 al 10 de octubre) se recomiendan tres riegos de auxilio aplicados a los 29, 49 y 66 DDS respectivamente, con un requerimiento de riego neto promedio por auxilio de 6 cm, lo cual representa un volumen de 600 m3/ha. El requerimiento de riego bruto (Lb) es decir, el volumen por aplicar, se puede conocer dividiendo el requerimiento de riego (Rr) entre la eficiencia de aplicación proyectada. Por ejemplo, si Rr = 6 cm y se desea obtener una eficiencia de aplicación del 70%, Lb = 6 / 0.7 = 8.5 cm que representa la lámina que realmente se debe aplicar para reponer el déficit de humedad. Para las fechas de siembra del 10 al 20 de octubre, se recomienda aplicar los riegos de auxilio a los 33, 54 y 74 DDS respectivamente, mientras que para las fechas de noviembre, el primer auxilio se recomienda a los 42 DDS, el segundo a los 61 y el tercero a los 80 DDS. Las variaciones en intervalos y requerimientos de riego en las diferentes fechas de siembra, es una clara muestra de la influencia del clima en el desarrollo del cultivo. La correcta aplicación del riego es determinante para un desarrollo normal de la planta, se debe evitar el exceso de humedad que pueda favorecer la proliferación de patógenos causantes de enfermedades. Cuando se aplican fertilizantes químicos al suelo, el agua de riego ayuda a su disolución y movilización para un mejor aprovechamiento de estos por la planta.
Fertilización
Debe tomarse en cuenta la posible fijación de nitrógeno atmosférico por bacterias del género Rhizobium. La cantidad que puede aprovecharse por este proceso varía de 60 a 120 kg de N/ha. Cuando el frijol se siembra después de sorgo o maíz, se sugiere aplicar en presiembra de 80 a 100 kg de N/ha; en cambio, en rotación con otra leguminosa u hortalizas aplicar 40 a 60 kg. de N/ha. Es conveniente verificar la nodulación alrededor de los 30 días después de la siembra. En casos de escasa o nula nodulación, agregar inmediatamente de 80 a 100 kg. de N (antes o durante el primer riego de auxilio), siempre que el análisis de suelo indique baja disponibilidad de N en el suelo. Cuando la siembra de frijol sea en forma inmediata a la cosecha de maíz ó sorgo y sus residuos sean incorporados, es necesario adicionar 40 kg/ha de N. La fertilización con fósforo (P) debe ser apoyada con los resultados del análisis de suelo. En caso de observar síntomas de deficiencias nutricionales en la planta, efectuar un análisis foliar para hacer las correcciones pertinentes.
Plagas
Un buen inicio de un programa de manejo integrado de plagas es ajustarse a las fechas de siembra sugeridas y mantener libre de malezas al cultivo, bordos y canales, para eliminar hospederas de plagas que además actúan como reservorio de enfermedades. Es importante monitorear las principales plagas del cultivo para determinar cuando realizar las acciones de control.
Mosquita blanca. Bemisia tabaci y B. argentifolii. Se considera que siembras muy tempranas (septiembre) o muy tardías (diciembre) son las más afectadas. En general, las siembras de la tercera decena de octubre son las más apropiadas para disminuir los riesgos mencionados. Cuando se requieran aplicaciones de insecticidas debe considerarse la etapa fenológica en que se encuentra el cultivo. Los muestreos y aplicaciones deberán realizarse antes de las 8:00 A.M. o bien durante la tarde, debido a la actividad de vuelo de la plaga. La aplicación de soluciones jabonosas ayuda al control de la plaga a costos comparativamente bajos comparados con el costo de insecticidas, pero las aplicaciones deben hacerse con pulverizadores que garanticen una buena cobertura. La solución jabonosa actúa sobre la ligera capa cerosa que protege el cuerpo de la plaga y al exponerla al sol, provoca su deshidratación y muerte.
Chicharrita. Empoasca spp. Los adultos miden unos 3 milímetros de largo, son alargados, de color verde tierno, insertan sus huevecillos a lo largo de las nervaduras en el envés de las hojas. Las ninfas nacen a los pocos días y pasan por 5 ínstares. Son de color blanco sucio y al igual que los adultos chupan la savia de las hojas, haciendo que éstas se encarrujen, por lo que la planta detiene su crecimiento y decrece la producción de ejote y la calidad del grano. Las plantas atacadas por ninfas y adultos no se desarrollan normalmente. Las hojas presentan deformaciones y enrollamientos hacia abajo, con amarillamiento en los bordes, hay deformación de las vainas, achaparramiento general de la planta y pérdidas substanciales de la producción. Se sugiere el control químico cuando se encuentren cinco o más chicharritas por hoja.
Trips. Caliothrips phaseoli. Los huevecillos son insertados en los tejidos del envés de las hojas; las ninfas raspan y chupan las hojas produciendo cicatrices que en su conjunto le dan a la hoja un aspecto cenizo. Posteriormente las hojas muy atacadas se tornan color cobrizo y después se acartonan, pudiendo ocasionar la defoliación prematura de la planta. Este daño se puede reflejar en una considerable merma en el rendimiento. Se sugiere el control químico cuando se detecten más de cinco trips por planta y se observen las hojas inferiores con aspecto cenizo. El muestreo es determinante para hacer una aplicación anillada en lugar de una total.
Chinche verde. Nezara viridula. Mide en promedio 15 milímetros de longitud, es de color verde obscuro un poco brillante. Pueden tener una hilera de 3, 5 ó 7 manchitas claras más o menos equidistantes en la parte anterior del esculeto, justamente en los límites con el pronoto. Las ninfas de esta especie son de color obscuro, con cuatro hileras de muy bien definidas manchas blancas en el abdomen. Para la evaluación poblacional se recomienda golpear las plantas hacia la mitad del camellón y si caen una o más chinches por cada 12 pulgadas (30cm) de surco se sugiere el uso de insecticidas para su control.
Conchuela café. Euschistus servus. El adulto es color café y mide de 10 a 15 milímetros de largo y se caracteriza por el mal olor que despide. Los huevecillos son depositados en masa y tienen forma de balero, son de un tono amarillo cristalino y cuando van a eclosionar se tornan de un tinte rosáceo. Las ninfas pasan por 5 estadíos de color variable, tales como café claro, negro con café y verde con manchas cafés. Los adultos se alimentan de flores y vainas en formación e inyectan substancias tóxicas que provocan la caída de flores, avanamiento, manchado y malformación del grano. Se sugiere el control químico a inicio de la infestación a partir de la etapa de floración.
Diabrótica. Diabrotica balteata. El adulto mide unos 6 milímetros de largo, es de color verde claro con bandas amarillentas transversales en los élitros. Ocasionalmente se presenta en infestaciones altas, causando daño al frijol antes de floración el cual se manifiesta como orificios de diversos tamaños. Cuando las plantas son chicas pueden destruirlas completamente. En infestaciones muy fuertes, ataca flores y vainas tiernas. Se sugiere el control químico cuando se detecten 2 – 3 adultos/planta chica y el follaje se observe dañado.
Rata de campo. Sigmodon sp. Este roedor se localiza en mayor cantidad cerca de drenes, canales y caminos, principalmente cuando éstos se encuentran enmontados; asimismo, se le encuentra en plantíos de caña, donde las condiciones propician su cohabitación y proliferación. Cuando se cultive frijol en lotes colindantes con caña, debe programarse una campaña permanente de combate. Ver fotografías de plagas en frijol.
Insectos benéficos
El cultivo de frijol como todos, además de la presencia de insectos fitófagos, que se alimentan de las plantas, tiene insectos entomófagos, los que se alimentan de insectos. Aquellos entomófagos que se alimentan de los insectos fitófagos se consideran benéficos. Es importante reconocer esos insectos benéficos y en la medida de lo posible tratar de conservarlos en nuestros cultivos y propiciar que trabajen en beneficio de la sanidad del mismo cultivo. En la región norte de Sinaloa el cultivo de frijol se presentan diferentes especies de insectos entomófagos benéficos (Cortez et al., 2006), como los siguientes: Catarinita roja Cycloneda sanguinea (L.) (Coleoptera: Coccinellidae); Escarabajo colops Collops spp. (Coleoptera: Melyridae); Catarinita anaranjada Hippodamia convergens Guérin-Méneville (Coleoptera: Coccinellidae); Catarinita roji-negra Chilocorus cacti (L.) (Coleoptera: Coccinellidae); Catarinita negra Azya sp (Coleoptera: Coccinellidae); Crisopa verde Chrysoperla spp. (Neuroptera: Chrysopidae); Chinche asesina Sinea sp., y Zelus sp. (Hemiptera: Reduviidae); Chinche damisela Nabis sp. (Hemiptera: Nabidae); Parasitoides de minador de la hoja Neochrysocharis sp., Chrysocharis sp., y Closterocerus sp. (Hymenoptera: Eulophidae) (Figuras 18 a 29). Estos insectos entomófagos y varios más no detectados, pero sin duda presentes en diferentes cultivos como frijol, ayudan a regular las poblaciones de insectos plaga, sobre todo cuando se restringen las actividades que los suprimen como lo es la aplicación de plaguicidas y otros agroquímicos, y en lo posible realizando acciones que los beneficien, como lo es el establecer plantas donde se refugian y encuentran alimento suplementario como el néctar y de las flores de girasol, cilantro, manzanilla, canola y otras especies aromáticas (DeBach, 1975; Gurr et al., 2000; Cortez et al., 2004).
Enfermedades
Las enfermedades son más frecuentes cuando hay alta humedad relativa y temperaturas arriba de lo normal, el uso de variedades no sugeridas, siembras fuera de la fecha o manejo inadecuado del agua de riego. Las principales enfermedades que atacan al cultivo son el mosaico dorado y el moho blanco.
Mosaico Dorado. Es la enfermedad virosa más importante en Sinaloa y su intensidad depende en gran parte de las poblaciones de mosca blanca que se encuentren en el cultivo. Ataca a todas las variedades. Para prevenirla se sugiere ajustarse al período de siembra, utilizar variedades tolerantes y controlar oportunamente los insectos chupadores, particularmente la mosquita blanca. Mosaico Común. El virus se transmite mecánicamente y a través de semilla de plantas enfermas, por lo que se sugiere no utilizar ésta en siembras posteriores y poner especial atención en el uso de semilla certificada. La transmisión del virus en el campo la efectúan algunas especies de pulgones, por lo cual es necesario tener un control adecuado de ellos. Bacteriosis. Esta enfermedad prospera en condiciones ambientales húmedas y cálidas, con neblinas y precipitaciones fuertes. Se debe utilizar semilla producida en lotes libres de estos patógenos, además se sugiere barbechar para colocar residuos infectados en un estrato inferior y rotar con cultivos tolerantes. No se debe transitar con maquinaria, implementos o gente por el cultivo cuando haya presencia de rocío, para evitar la diseminación del patógeno. El control químico puede efectuarse, aplicando compuestos a base de cobre y antibióticos.
Moho blanco. Sclerotinia (Whetzelinia) sclerotiorum. La enfermedad se inicia generalmente durante la floración, cuando hay suficiente follaje que permita una mayor retención de humedad en torno a la planta. Se identifica por el crecimiento algodonoso de color blanco que se encuentra cubriendo la superficie o el interior de porciones de ramas, vainas y hojas. Las vainas, tallos y ramas se marchitan, causando una reducción en el tamaño de la semilla. Las vainas en contacto con el suelo se infectan rápidamente. Cuando hay suficiente humedad en la atmósfera las lesiones en las diferentes partes de la planta se cubren con la masa del micelio de color blanco, característico del hongo. Esta enfermedad se presenta tanto en siembras en aluvión como en barrial y ataca también a cultivos hortícolas. Se desarrolla más rápido cuando la humedad relativa es superior al 92% y la temperatura es de 15 a 21 ºC. Una vez que ocurre la infección el hongo invade extensivamente los tejidos; los síntomas se desarrollan más rápido cuando las temperaturas son de 20 a 25 grados C. La alta humedad relativa o del suelo, provocada por riegos pesados, lluvias invernales o rocíos intensos, reúne las condiciones propicias para que la enfermedad prolifere rápidamente. Como medidas de prevención se sugiere sembrar en suelos nivelados con buen drenaje, a la densidad de siembra indicada usando semilla certificada, en surcos a la distancia sugerida, dar riegos ligeros en tiradas cortas de un máximo de 150 metros de largo. Cuando aparecen los primeros focos de infección y las condiciones ambientales favorecen el desarrollo de la enfermedad, se sugiere aplicar Carbendazim, Benomyl, Metil-tiofanato ó Fluazinam, en la dosis recomendada por el fabricante. (De 0.5 a 1.0 kg por hectárea, y repetir a los 10 ó 15 días si persisten las condiciones). Las aplicaciones terrestres son más efectivas pues hay una mejor cobertura del tercio basal del cultivo. Como el hongo queda en el suelo en forma de esclerocios después de la cosecha y al acumularse causa daños posteriores, deben eliminarse los residuos de paja y hacer rotación de cultivos con maíz, sorgo, trigo o cualquier otro cereal. Bacteriosis. Esta enfermedad se ha detectado cuando se presentan condiciones ambientales húmedas y cálidas, con neblinas y precipitaciones fuertes. Se debe utilizar semilla producida en lotes libres de estos patógenos, además se sugiere barbechar para colocar residuos infectados en un estrato inferior y rotar con cultivos tolerantes. No se debe transitar con maquinaria, implementos o gente por el cultivo cuando haya presencia de rocío, para evitar la diseminación del patógeno. El control químico puede efectuarse aplicando compuestos a base de cobre y antibióticos.
Roya o chahuixtle. Uromyces appendiculatus (=Uromyces phaseoli). Esta enfermedad ataca las hojas, vainas y rara vez tallos y pecíolos. Los primeros síntomas aparecen en el envés de las hojas como pequeños puntos amarillo-pálidos; después de algunos días se rompe la epidermis dejando expuesta una pústula con esporas de color rojizo. Si la infección es fuerte, todas las hojas se vuelven amarillas y la planta muere. Después de 8 a 10 días de la infección quedan al descubierto las uredosporas, las cuales son esparcidas por el viento, hombre, animales o implementos de labranza. En regiones con invierno benigno (16 a 25°C) el hongo sobrevive mediante esporas que pueden desarrollar nuevamente la enfermedad a niveles de daño al cultivo. La enfermedad puede defoliar prematuramente la planta y con ello reducir el tamaño de vainas y granos lo que se refleja en baja en la producción. Para evitar daños por esta enfermedad se sugiere utilizar variedades recomendadas en su fecha óptima de siembra, ya que cuentan con resistencia genética al patógeno. Ver fotografías de enfermedades.
Cosecha
La cosecha se realiza en tres fases: arranque, enchorizado y trilla, e inicia al presentarse la madurez fisiológica de la planta. El corte se puede realizar en forma manual o mecánica; los chorizos se forman entre 8 y 12 días después, cuando el follaje esté completamente seco con 8 ó 12 surcos, dependiendo de lo voluminoso del follaje. Para la trilla se debe considerar el porcentaje de humedad del grano, el cual puede variar del 12 al 14% para evitar el daño en el grano y castigos en la reciba. Es preciso hacer los ajustes a la trilladora para no quebrar semillas.