Epoca de siembra.

Comprende del 1 de septiembre al 30 de noviembre, tanto para siembra directa como para trasplante. Sin embargo, desde el punto de vista de rendimiento, calidad y menores problemas fitosanitarios, las mejores siembras son las de noviembre.

Análisis de semilla y plántula.

Debido a los problemas de virosis ocasionados por altas poblaciones de vectores como la mosca blanca, es requisito para la obtención del permiso de siembra presentar el diagnóstico de un laboratorio autorizado que demuestre que la semilla o plántula se encuentran libres de patógenos.

Variedades

Tipo Ancho: Allende, El Rancho, Chapulín, Esmeralda, Rebelde, Vencedor, Corcel, Yolo Wonder y California Wonder 300.
Chile serrano: Camino Real, Palenque, Nasas, Cocula.
Jalapeño: Austeco, Autlán, J-7, W004, Tajín, Colima y El Camino.
Chile Anaheim: Anaheim 118, Sahuaro y El Cardón.
Chile Caribe: Río de Oro.
Chile de Arbol: Balandra y Salvatirra.
Entre los picosos. Predominan: Ancho, Banana, Caloro, Cas Salm, Cascabel, Cubajo, Jalapeño, Pasilla, Poblano y Serrano.
Además: Karisma, Imagination, Revelation, Cannon, Valeria, ACX 293, Samboni, Monserrat y Sympati.

Siembra

La densidad de plantas por hectárea es de 30,000 a 40,000. Es importante hacer surcos o camas altas sobre ya que el chile es muy vulnerable al exceso de humedad o inundación, además esta práctica ayuda en la prevención de enfermedades del suelo como Phytophthora capsici.

Se requieren de 2 a 3 kg de semilla por hectárea. Antes de la siembra, mezcle la semilla correctamente con 1 kg de Captán-50 + 250 gr de Arasán 75.

La siembra se realiza en surcos a 90 cm cuando es en hilera sencilla y a 1.80 a doble hilera. La semilla debe colocarse a 40 cm de separación y de 2 a 3 cm de profundidad.

Trasplante. La semilla producida en invernadero es una mejor garantía de sanidad por lo que el trasplante es una práctica cada vez más popular y una forma más segura de anticiparse al mercado, al llevar al campo plantas con 21 a 28 días de vida.

Es recomendable un tratamiento preventivo de la plántula antes del trasplante para prevenir la enfermedad conocida como secadera ocasionada por Phythophotora capsici. El tratamiento consiste en sumergir las raíces de las plántulas en una solución preparada con Tecto, en proporción de 2 g por litro de agua.

Manejo del riego.

La humedad debe llegar a la semilla y las plantas por trasporo, para evitar que se pudra la semilla o se marchiten las plantas. Normalmente se dan de 10 a 12 riegos, dependiendo de la fecha de siembra y las condiciones climáticas prevalecientes. La lámina total es de aproximadamente 78 cm.

Se recomienda regar una vez por semana o cada 10 días, haciendo aplicaciones periódicas de Calcio, Magnesio y Boro para darle consistencia, buen amarre y color al fruto.

En siembras directas el primer riego de auxilio se aplica a los 12 días para ayudar a la planta a nacer. El resto de los riegos se dan a intervalos regulares de 15 a 20 días, pero son más frecuentes cuando la planta es más grande, especialmente en siembras muy tempranas o muy tardías.

En riego por goteo se sugieren cada tercer día, con una duración de tiempo por riego de 3 a 5 horas dependiendo del estado vegetativo de la planta, las condiciones ambientales y el tipo de suelo de que se trate. La lámina total aproximada es de 42 cm.

Fertilización

En riego rodado es recomendable aplicar un fertilizante nitrogenado y todo el fósforo al momento de la preparación del surco, puede ser 18-46-00 a razón de 250 kg/ha, y después del trasplante es recomendable aplicar 100 kg de nitrato de amonio y volver aplicar 100 kg de nitrato de amonio después de la floración en amarre de fruto. Es necesario también monitorear bien la humedad del terreno y el número de riegos que se le suministren al cultivo ya que la planta tiene raíces grandes y vigorosas y un tallo leñoso, por lo que la humedad debe ser constante para lograr un mejor desarrollo.

Es recomendable aplicar micro elementos de manera periódica como Fierro, Zinc y Boro, antes de la floración, con el fin de lograr el máximo de fructificación.

El pH del suelo y agua debe de ser alrededor de 6.0 a 6.5 para lograr un mejor desarrollo de la variedad y lograr una mejor absorción y disponibilidad de nutrientes en la planta.
Una dosis común para diferentes variedades es aplicar 220 kg de nitrógeno, 80 de fósforo y 50 de potasio por hectárea en siembras directas. Todo el fósforo y potasio además de 60 kg de nitrógeno se colocan a una profundidad de 10 cm a un lado y debajo de la hilera de la semilla. A los 60 días de nacidas las plantas y a un lado de éstas se incorporan 80 kg de nitrógeno; los restantes 80 se aplican a los 90 días de haber nacido las plantas.

En siembras por transplante se deben aplicar 200 kg de nitrógeno, 50 de fósforo y 50 de potasio por ha. Al momento del transplante aplicar la fórmula 50-60-50, a los 30 días posteriores 50-00-00 y 100-00-00 al inicio de floración.

Estas dosis están sujetas a lo que determine su análisis de suelo.

Labores de cultivo

Para el control de malas hierbas se realizan cuatro cultivos y tres deshierbes manuales o con cultivadora. Estas labores deben ser superficiales para no dañar las raíces de las plantas.
El uso de herbicidas para el control de malezas puede hacerse antes del transplante, preemergente a la maleza si se trata de proteger contra especies anuales y de hoja ancha.

Control de plagas

El gusano trozador, falso medidor y soldado, además del picudo del chile son las plagas más importantes y requieren un cuidadoso programa de manejo.

Picudo del chile Anthonomus eugenii.

Es la plaga más importante del cultivo. Los adultos se alimentan de frutos y brotes foliares, ponen sus huevos en las flores, botones y frutos. Las larvas se alimentan y desarrollan en el interior del fruto, donde también se desarrollan las pupas y posteriormente emergen los adultos. Esto causa caída prematura de los frutos y resulta en pérdidas en el rendimiento de hasta un 50%.

El número de generaciones por año de este insecto está determinado por la disponibilidad de hospedantes y por las diferencias en valores de temperatura. Sus fases biológicas son cuatro. huevo, larva, pupa y adulto.

Al emerger los adultos son de color pardo y pasado 2 o 3 días se oscurecen observándose de color gris oscuro. El apareamiento y las puestas de huevos pueden producirse a los 3 días de emergidos los adultos, las hembras ponen sus huevos por lo general de forma individual en agujeros que hace en el recién formado fruto o en el interior de la base de frutos jóvenes. Después de 3 o 5 días nacen las larvas que pasan por tres ínstares larvales y se alimentan de las semillas o tejidos de la pared del fruto, requiriendo para su desarrollo que transcurran de 2 a 3 semanas. La fase pupal también tiene lugar dentro del fruto y dura de 3 a 6 días. Posteriormente emergen los adultos a través de un agujero que hace en el fruto, y esta salida del insecto puede demorar desde horas hasta 4 días.

Al llegar las primeras hembras al cultivo, por cada día que pase sin que exista una adecuada estrategia de control, 6 nuevos insectos serán reproducidos por cada una.

La biología de este insecto, su potencial de reproducción, su comportamiento, sus hábitos, y los factores de mortalidad natural en el ambiente donde se desarrolla, obliga a pensar que sólo con una adecuada estrategia de Manejo Integrado se podrá vencer. En esa estrategia los aspectos culturales del cultivo serán los que activen estos mecanismos naturales de control que acompañados de aplicaciones suplementarias de otras medidas como los hongos entomopatógenos para no abusar de los agrotóxicos, y por tanto disminuir costos.

Es muy importante en el programa de manejo del picudo eliminar las malezas hospederas y sobre todo la destrucción inmediata de la soca para evitar nuevas generaciones.

Como el tiempo requerido para retirar estacón y vara después de la cosecha suele ser largo, además de la aplicación de un desecante para matar la planta, se sugiere una aplicación de un insecticida específico para picudo, a fin de romper el ciclo de multiplicación de la plaga.

Enfermedades

Las principales son: cenicilla y marchitez bacteriana, pero en ciclos recientes han aparecido diferentes tipos de virosis, ocasionados principalmente por altas poblaciones de vectores, donde destaca la mosca blanca. Es indispensable un programa integral de manejo de plagas para reducir el riesgo de enfermedades.

Los síntomas de virosis pueden aparecer en cualquiera de las partes aéreas de las plantas provocando daño en la producción y calidad del fruto. Para el control del virus será determinar identificar el vector que se debe controlar ya que algunos de los virus son también transmitidos por pulgones, por lo que ambas plagas deben controlarse con oportunidad.

Mancha bacteriana

La Mancha bacteriana Xanthomonas euvesicatoria es una enfermedad foliar que puede devastar los rendimientos si se le permite proliferar; en especial cuando el clima es cálido y húmedo. Los productores que preparan bien su ofensiva con el uso de variedades resistentes, tratamientos con fungicidas preventivos y buenos métodos de control de cultivo, podrán controlar mejor esta enfermedad.

La defoliación inicia en la parte baja de la planta y va subiendo hacia las partes superiores. La mancha bacteriana también puede provocar el desprendimiento de la floración.

Tener conocimiento sobre las condiciones que favorecen la mancha bacteriana puede ayudar a evitar que la enfermedad se disemine a otras plantas.

Las salpicaduras de la lluvia o el riego por aspersión ayudan a dispersar la enfermedad con rapidez en todo el campo de cultivo o en todo el invernadero.

Los trasplantes y semillas infectadas pueden albergar al inóculo, así como los residuos del cultivo y las malezas de la familia de las solanáceas. Las manos de los seres humanos y el equipo pueden transferir las bacterias de las plantas enfermedades a plantas sanas, en particular cuando están húmedos.

Síntomas. Durante y después de la defoliación ocasionada por la enfermedad aparecen áreas acuosas sobre las hojas, el follaje y la fruta, que se transforman con rapidez en lesiones de color café rodeadas por un halo amarillo. Las hojas afectadas se vuelven amarillas y se caen, por lo que debe haber medidas de control ya establecidas, mucho antes de que el pimiento presente señales visibles de mancha bacteriana. Una vez que se presentan los síntomas, la pérdida de la cosecha es inevitable.

El control efectivo de la mancha bacteriana requiere de un manejo integral de ciclo completo que combine medidas preventivas con métodos de control de cultivo, a fin de garantizar que los frutos empiecen su desarrollo estando saludables y se sigan manteniendo saludables.

El uso de variedades resistentes es la primera línea de defensa de la mancha bacteriana y uno de los medios más sencillos de controlar la enfermedad.

Es preciso establecer un sistema de aspersión preventiva desde el inicio de cualquier programa de producción. En la mayoría de los casos es suficiente realizar el tratamiento con fungicidas cada tres a cinco días.

No obstante, la frecuencia de los tratamientos deberá aumentar cuando haya condiciones que favorezcan la aparición de mancha bacteriana.

Además de utilizar variedades resistentes, utilicen sólo semillas y trasplantes certificados, limpios y libres de enfermedad. Los trasplantes deberán ser aislados antes de la siembra hasta que puedan ser examinados en búsqueda de síntomas de enfermedad. Sigan las buenas prácticas de sanitización lavándose las manos después de haber tocado las plantas y desinfecten el equipo.

Eviten caminar o pasar con los vehículos sobre los campos de cultivo, hasta que estén secos.

Otra práctica inteligente de manejo es la eliminación del exceso de humedad con un buen drenado, siempre que sea posible. Cambiar del riego por aspersión al riego por goteo servirá para suministrar agua a las raíces mientras el follaje se mantiene seco y además disminuirán las posibilidades de dispersión de la enfermedad por salpicaduras.

Algunas otras prácticas de manejo incluyen el control de malezas y la rotación de cultivos.

Cosecha

Dependiendo de la fecha de siembra, la cosecha se presenta entre los 120 y 160 días. Para su mejor comercialización, los frutos deben separarse por tamaño y calidad, de la manera más uniforme.