El principal hospedero del gusano rosado es el algodón (Gossypium sp.) y el cultivo de Okra (Abelmoschus esculentus), así como también, la malva India (Abutilon), malva país (Abutilon indicum) y a la alfalfa (Medicago sativa) (Khidret al., 1990; CABI, 2007).
Distribución de hospederos en México. El gusano rosado, de acuerdo a lo publicado por Toledano (1976), se encontraba distribuido en los estados de Durango, Coahuila, Chihuahua, Sonora, Sinaloa, Baja California Norte, Baja California Sur, Nuevo León y Tamaulipas, México. Actualmente, se presenta en los estados de Sonora, Chihuahua, Durango, Coahuila y Baja California Norte, en el cultivo de algodón Gossypium hirsutum L. (Nava-Camberos et al., 2010).
Distribución mundial. P. gossypiella se distribuye a lo largo de las zonas tropicales de América, África, Asia, Australasia, incluidas las regiones subtropicales, Pakistán, Egipto, EE.UU. (Arizona, Arkansas California, Georgia, New Mexico, Oklahoma y Texas), México, Centro América y El Caribe. El mapa de la distribución incluye los registros de la base de ejemplares de P. gossypiella de la colección en el museo de Historia Natural de Londres, Reino Unido (CABI, 2011).
En México se distribuye principalmente en los estados de Baja California, Baja California Sur, Sinaloa, Sonora, Chihuahua, Durango, Coahuila y Norte de Tamaulipas.
Huevo. Recién depositados son de color blanco aperlado, posteriormente se tornan de color rojizo-naranja; de forma alargada, ovalados, de 0.4-0.6 mm de longitud y 0.2-0.3 mm de ancho. Por lo general son depositados en forma individual o en grupos de 5-10. Los huevos de la primera generación en primavera son a menudo depositados en las estructuras vegetativas de la planta de algodón. La segunda y subsecuentes generaciones los huevos son colocados debajo del cáliz del botón floral de >15 días (Venette et al., 2000).
Larva. Las larvas son de color claro, de 1-2 mm de largo en el primer instar y las larvas maduras son 12 a 15 mm de longitud. Larvas de primero y segundo instar, son de color blanco cristalino a blanco amarillento; en el tercer instar, adquieren una coloración rosada y finalmente, en el cuarto instar, presenta un color rosa intenso, de aquí el nombre de gusano rosado. La cabeza es de color café y posee un escudo protorácico muy marcado de color café oscuro y dividido longitudinalmente en dos. La larva completamente desarrollada (cuarto instar) mide alrededor de 1.2 cm de longitud. Las larvas no diapáusicas elaboran un pupario o cocón alargado, suave y apropiado para pupar, en cambio las diapáusicas tejen un cocón esférico y apretado para pupar (Pacheco, 1994; Ramírez y Nava, 2000)
Pupa. Las pupas son de color rojizo-marrón y miden de 8-10 mm de longitud por 2.4 mm de ancho, se encuentra cubierta de pubescencia fina (Pacheco, 1994; Ramírez y Nava, 2000).
Adulto. Los adultos son palomillas pequeñas, de color marrón oscuro de 12 a 20 mm de expansión alar con manchas café-obscuro en las alas anteriores. Las alas son característicamente puntiagudas y tienen en sus bordes superiores un fleco de color claro y sedoso.
La cabeza es de color marrón rojizo pálido con escamas iridiscentes. Las antenas son de color marrón. Los palpos labiales son largos y curvados hacia arriba (Pacheco, 1994; Ramírez y Nava, 2000; USDA 1948).
Las palomillas del gusano rosado emergen en primavera y verano. Las palomillas que emergen en primavera son producidas por pupas de larvas diapáusicas de ciclo largo y las que emergen en el verano son producidas por pupas de larvas de generaciones estacionales no diapáusicas de ciclo corto. En primavera la emergencia de palomillas comienza usualmente antes de que el algodón empiece a fructificar. Estas palomillas depositan huevecillos sobre yemas foliares y tallos donde las larvas rara vez sobreviven. Considerando que esta plaga requiere fundamentalmente fructificaciones para ovipositar y alimentarse, todas aquellas palomillas que emerjan antes de que existan cuadros (botones florales), no podrán sobrevivir ni reproducirse. Estas palomillas representan lo que comúnmente se conoce como “generación suicida”. Por el contrario, todas las palomillas que emerjan después de dicha etapa fenológica del cultivo formarán la “generación efectiva” que dará origen a las generaciones perjudiciales de la plaga. El porcentaje de la “generación suicida” depende de la fecha de siembra del algodonero; es decir, que entre más temprano se siembre el cultivo, el porcentaje de “generación suicida” será menor.
En la comarca Lagunera se ha determinado que el 63.8% de la población se considera como “generación suicida”, cuando se siembra en la fecha óptima del 1 al 10 de abril y el inicio de producción de cuadros ocurra alrededor del 15 de mayo (136 días julianos) (Nava, 1982; Pacheco, 1994; Ramírez y Nava, 2000).
Los adultos tienden a ser más activos durante la noche, durante el día se refugian y rara vez son vistos en los campos infestados. Los adultos copulan a medianoche en las terminales de las plantas y comúnmente de uno a dos días después de la emergencia. La hembra libera una feromona que atrae al macho para la cópula. La oviposición comienza al segundo día después de la emergencia de adultos y los huevecillos son depositados aislados o en masas ya sea en tallos, yemas terminales o cuadros cuando aún no hay bellotas en la planta. Las bellotas de 10-20 días de edad son las preferidas para ovipositar. Los huevecillos son colocados arriba del cáliz, cerca del ápice o en suturas en la bellota, mientras que las masas (desde unos pocos hasta 100 huevecillos) son colocadas entre el cáliz y el carpelo de la pared de la bellota. El período de oviposición de las palomillas de ciclo corto es de ocho días y de seis para las de ciclo largo. En las generaciones de verano, la hembra oviposita de 50-300 huevecillos y la máxima ovipostura ocurre al tercer día después de la emergencia de los adultos (Pacheco, 1994; Ramírez y Nava, 2000).
El gusano rosado para sobrevivir de un ciclo algodonero a otro, entra en un estado de reposo denominado diapausa como larva de cuarto instar enterrada en el suelo, lo cual es estimulado por fotoperíodos cortos y bajas temperaturas. Las primeras larvas diapáusicas se observan a principios de septiembre, posteriormente el porcentaje se incrementa rápidamente hasta alcanzar prácticamente el 100% entre fines de octubre y principios de noviembre. El conocimiento de la época y grado de incidencia de la diapausa del gusano rosado en la región, es muy importante para definir la
época más adecuada para realizar las labores fitosanitarias de desvare y barbecho (Nava, 1982; Ramírez y Nava, 2000).
Epidemiología. Predicción mediante acumulación de unidades calor. El Cuadro 1 muestra los requerimientos de unidades calor por cada una de las diferentes etapas biológicas del gusano
rosado. El ciclo biológico completo, y por lo tanto el tiempo de una generación, requiere de 473 unidades calor en promedio, si las larvas se alimentan en cuadros y de 545 unidades calor, si las larvas se alimentan en bellotas (Nava y Byerly, 1990).
Etapa Biológica | Unidades Calor |
Preoviposición | 28 |
Huevecillo | 73 |
Larva en cuadros | 248 |
Larva en bellotas | 320 |
Pupa | 124 |
Total en cuadros | 473 |
Total en bellotas | 545 |
El Cuadro 2, muestra las épocas en que se van presentando los estados de desarrollo más importantes del insecto y cómo se relacionan éstas con las principales etapas fenológicas del cultivo. Puesto que el gusano rosado es una plaga que ataca a las fructificaciones, la primera generación de la temporada inició con la aparición de cuadros susceptibles, lo cual ocurre a las 600 unidades calor acumuladas desde el momento de la siembra.
Gusano Rosado | Etapas Fenológicas del Algodonero | Unidades Calor desde la Siembra | |
Generación | Estados de desarrollo | ||
Primera | Huevecillos | 1ros. cuadros susceptibles | 600 |
Larvas | 673 | ||
Larvas 4º. Instar | 1ras. Flores (rosetadas) | 827 | |
Pupas | 921 | ||
Adultos | 1ras. Bellotas susceptibles | 1045 | |
Segunda | Huevecillos | 1073 | |
Larvas | Max. Densidad de cuadros | 1146 | |
Pupas | 1ras. bellotas con salidas | 1466 | |
Adultos | Max. Densidad de bellotas | 1590 | |
Tercera | Huevecillos | 1618 | |
Larvas | 1ros. Capullos | 1691 | |
Pupas | 2011 | ||
Adultos | 2131 |
A lo largo del período fructífero del algodonero, solamente pueden producirse tres generaciones del insecto, existiendo sólo dos épocas críticas de control químico, correspondiendo la primera de las 1045 a 1146 unidades calor y la segunda de las 1590 a 1691 unidades calor. La tercera generación de adultos ya no se combate con insecticidas debido a que ocurre cuando el algodonero se encuentra completamente maduro (Nava y Byerly, 1990).
Cuando las larvas recién emergidas se encuentran en las flores, unen los pétalos con seda para protegerse formando la llamada “flor rosetada” la cual no abre adecuadamente, siendo esto de gran utilidad para detectar infestaciones de campo. Induce la caída de los botones florales (“papalotes” o “cuadros”) menores de 10 días de edad, pero la mayoría de los cuadros atacados se desarrollan normalmente en bellotas. La larva recién nacida penetra a la bellota casi de inmediato por la parte media del fruto o por el ápice en menor grado en un lapso de 20 a 30 minutos. El pequeño orificio de entrada no es visible en un principio desde el exterior, pero en la parte interna de la pared de la bellota se desarrolla un callo o verruga. En bellotas muy jóvenes pueden no formarse estas verrugas, por lo que las bellotas colectadas deberán inspeccionarse cuidadosamente. Las larvas barrenan la superficie de la pared interna de la bellota antes de entrar a la fibra, dejando una mina característica, que puede ser evidencia del daño de gusano rosado. La larva se alimenta de la fibra para llegar a la semilla ya como larva de segundo instar. Dichos daños provocan manchado de la fibra, afectan su longitud y resistencia, bajando por ende su calidad y el precio de venta. También ocasionan pérdidas en la viabilidad, peso de la semilla y calidad del aceite. En promedio, una larva puede destruir de dos a cinco semillas durante su desarrollo y puede afectar por completo el lóculo de la bellota.
Una vez que la larva completa su período de alimentación, deja la bellota mediante un característico orificio de salida en el carpelo de la pared (Pacheco, 1994; Ramírez y Nava, 2000).
Mecanismos de dispersión. El gusano rosado es dispersado por medio de flores y botones florales infestados.
P. gossypiella causa 3 a 5% de daños en botones florales al alimentase de estambres y polen (Ambriz y Sifuentes, 1969), así también, genera un daño en bellotas de 15 días de edad (Noble, 1969). En esta última estructura se ha reportado que el daño es de 65% si no se aplican medidas de control (Schwartz, 1983).
Para la detección de la plaga de gusano rosado se realizan tácticas de muestreo como:
Muestreo.
Control cultural. Los productores de algodón quedan obligados a cumplir las fechas de siembra, defoliación y/o desecación, cosecha, desvare y barbecho, que la Delegación Estatal o Regional de la Secretaría establezcan a través del paquete tecnológico y programa fitosanitario para el cultivo del algodonero en cada distrito de Desarrollo Rural.
Las prácticas culturales más importantes para el manejo de esta plaga son: fechas de siembra, acortamiento del ciclo fructífero del cultivo y destrucción de residuos de cosecha. En el caso específico de la Comarca Lagunera el período de siembra recomendado comprende del 20 de marzo al 20 de abril, con un período óptimo del 1 al 10 de abril. El acortamiento del ciclo fructífero del cultivo se puede lograr mediante el establecimiento del sistema de producción de algodón en altas poblaciones de plantas, el cual consiste en establecer una densidad de 120,000 plantas por hectárea, y solo tres riegos de auxilio.
También se pueden eliminar fructificaciones tardías mediante la aplicación de defoliantes. Las labores fitosanitarias deben efectuarse antes de que la mayor parte de la población de larvas de gusano rosado entren en diapausa, con el objeto de lograr un control cultural efectivo de la plaga. A medida que dichas prácticas culturales se retrasan, el control de la población de larvas diapáusicas es más bajo y una mayor emergencia ocurre el siguiente año (Nava, 1987).
Rotación de cultivos. Las rotaciones algodón-sorgo y algodón-algodón juegan un papel importante en el manejo de la población del gusano rosado, debido a que, aceleran la emergencia del gusano rosado, por ende esta generación no encontrará sitios adecuados para su desarrollo (Mulleret al., 1974).
Control etológico. Este método de control del gusano rosado ha sido muy exitoso en Arizona y California, donde se ha implementado como una alternativa dentro de programas de manejo integrado del gusano rosado a nivel regional. En general, se obtienen buenos resultados cuando las poblaciones son bajas. Los productos comerciales más conocidos son NoMate, Frustrate, Sirene, Lastflight y Checkmate.
Control biológico. Existe un gran número de enemigos naturales de P. gossypiella (Cheema et al), los cuales se indican a continuación:
Control legal. Es una plaga regulada en la NOM-026-FITO-1995, “por la que se establece el control de plagas del algodonero” y tiene por objeto establecer las regulaciones de carácter obligatorio que se deben cumplir para prevenir la dispersión y control del gusano rosado (Pectonophora gosypiella Sauders), picudo (Anthonomus grandis Boheman) y el complejo gusano bellotero (Heliothis zea Bodie y H. virescens Fabricius) que afectan al cultivo del algodonero; así como las medidas fitosanitarias para evitar la dispersión de estas plagas a zonas libres o de baja prevalencia.
Control con variedades resistentes. Actualmente, existen en el mercado variedades transgénicas de algodonero con niveles altos de resistencia a gusano rosado, gusano tabacalero y gusano bellotero, las cuales contienen uno o dos genes que producen las toxinas cry1Ac y cry2AB del B. thuringiensis. Estas variedades proporcionan un excelente control del gusano rosado, gusano tabacalero, gusano bellotero y gusano soldado, pero no controlan eficientemente insectos chupadores, defoliadores, ni picudo. Las principales ventajas de estas variedades son la reducción en el uso de insecticidas y su compatibilidad con el control biológico.
Control químico. Esta actividad consistirá en realizar aplicaciones de plaguicidas autorizados por la COFEPRIS de manera racional y programada, para reducir los niveles de infestación de la plaga. El período de control químico comprende aproximadamente durante los 80 a 120 días después de la siembra. Las épocas críticas de control del gusano rosado son la primera y segunda generación de adultos, las cuales ocurren a las 1045 y 1590 unidades calor (U. C.) acumuladas desde la siembra con una temperatura umbral de 12 oC, respectivamente. Los insecticidas con registro de uso por la COFEPRIS, utilizados son: azinfós metílico, carbarilo, metidation, monocrotofos y triazofos.
Reino: Animalia
Phylum: Arthropoda
Clase: Hexapoda (insecta)
Orden: Lepidoptera
Familia: Gelechiidae
Género: Pectinophora
Especie: P. gossypiella
Ambriz, P. J., y J. A. Sifuentes A. 1969. El gusano rosado del algodonero en la Comarca Lagunera. Circular CIANE No. 31, SAG, INIA, México, 33 p.
CAB International, 2011. Crop Protection Compendium. Wallingford, UK: CAB International.
EPPO, 2007. PQR database (versión 4.6). Paris, France: European and Mediterranean Plant Protection Organization. www.eppo.org
Khidr, A.A., Kostandy, S.N., Abbas, M.G., El-Kordy, M.W., El-Gougary, O.A. (1990) Host plants, other than cotton, for the pink boll worm Pectinophora gossypiella and the spiny bollworm Earias insulana. Agricultural Research Review 68(1), 135-139.
Muller, A.J., R.K. Sharma, H.T. Reymolds and N.C. Toscano. 1974. Effect of crop rotations on emergence of over-wintered pink bollworm populations in the Imperial Valley, California. J. Econ. Entomol. 67: 227-228.
Nava-Camberos, U., V. Ávila-Rodríguez, y J. L. Martínez-Carrillo. 2010. Monitoring of the Pink Bollworm Susceptibility to the Bacillus thuringiensis Endotoxins Cry1Ac and Cry2Ab in México. Southwestern Entomologist, 35(3):425-429.
Noble, L. W. 1969. Fifty years of research on the pink bollworm in the United States, USDA Agr. Handbook 357.62 p.
Pacheco M., F. 1994. Plagas de los Cultivos Oleaginosos en México. SAGAR, INIFAP, CIRNO. Cd. Obregón, Son., México. Libro Técnico N° 3. 600 p.
Ramírez D., M. y U. Nava C. 2000. Plagas insectiles asociadas al cultivo del algodonero. Memorias del III Curso Regional de Aprobación y Actualización en Control de Plagas del Algodonero. UAAAN-UL, Torreón, Coah., México. p. 154-167.
Schwartz PH, 1983. Losses in yield of cotton due to insects. Agriculture Handbook, USDA, No. 589:329-358
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Venette, R.C., S.E. Naranjo, and W.D. Hustchison. 2000. Implications of Larval Mortality at Low Temperatures and High Soil Moistures for Establishment of Pink Bollworm (Lepidoptera: Gelechiidae) in Southeastern United States Cotton. Environ. Entomol. 29 (5): 1018-1026.
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Excelente información felicitaciones