La mancha bacteriana es una enfermedad que afecta tanto a cultivo de tomate como de chile en el Estado de Sinaloa y que ocasiona grandes pérdidas de producción, por lo que llega a considerarse un factor limitante. Se distribuye mundialmente, pero sobre todo se localiza en regiones tropicales y subtropicales, debido a la elevada precipitación, afectando a solanáceas en cualquier estadío fenológico.
Inicialmente se consideraba que el agente causal de esta enfermedad bacteriana era X. campestris pv. vesicatoria. Posteriormente se identificaron tres grupos patogénicos: 1) Patógeno en cultivo de tomate (Razas T1, T2 y T3), 2) Patógeno en cultivo de pimiento y 3) Patógeno en ambos cultivos. En los grupos 2 y 3 se identificaron 9 razas (P0, P1, P2, P3, P4, P5, P6, P7 y P8), entre las cuales existe diferente patogeneidad para chile. Es importante decir también, que se han propuesto especies adicionales como X. vesicatoria, X. perforator, X. gardneri y X. euvesicatoria causantes de la mancha bacteriana.
X. vesicatoria encuentra en el Estado de Sinaloa un ambiente ideal para su desarrollo, ya que el clima es caluroso y la humedad relativa elevada debido a su proximidad al mar. Temperaturas, tanto diurnas como nocturnas, entre 20-35ºC y humedades en torno al 75-80% favorecen el desarrollo de la enfermedad. Además, la infección se agrava por la presencia de períodos cálidos y lluviosos, principalmente si llegan a haber gotas de agua depositadas sobre las hojas y si la infección ocurre en los primeros estadíos fenológicos del cultivo. Por tanto, debido a las condiciones ambientales que favorecen la mancha bacteriana, esta enfermedad puede comprometer gravemente la sanidad vegetal de cultivos, tales como tomate o pimiento, que se lleven a cabo en invernadero debido a las altas densidades de plantación utilizadas. Los marcos de plantación reducidos no favorecen la ventilación de la masa vegetal, lo cual se agrava cuando los riegos son abundantes o frecuentes.
La bacteria penetra en la planta a través de aberturas naturales como los estomas entre otras, y/o heridas provocadas por diferentes motivos (insectos, viento, trabajadores, etc.). Por sí sola sería incapaz de penetrar en la planta. Su posterior dispersión se consigue mediante el riego, salpicaduras de agua, labores culturales, etc.X.vesicatoriano es capaz de sobrevivir largos periodos de tiempo en el suelo, a no ser que lo haga sobre residuos vegetales que funcionen como plantas huésped. Además puede sobrevivir en semillas procedentes de frutos infectados, trasplantes infectados, malezas y especies cultivadas.
Los síntomas se manifiestan tanto en plántulas como en plantas adultas a la semana aproximadamente de estar infectada la planta. Este período de tiempo varía entre 5-15 días en función de la temperatura. El desarrollo de la enfermedad es más rápido a temperaturas superiores a los 20ºC.
Los síntomas aparecen tanto en el limbo foliar como en el peciolo de la hoja. Inicialmente las lesiones son circulares y acuosas (pústulas), con un halo amarillento que las rodea en la mayoría de los casos. Conforme avanza la infección, las lesiones crecen, pierden su aspecto redondeado y el centro de las mismas se oscurece, debido a que se deshidrata y finalmente termina por resquebrajarse.
Las hojas jóvenes presentan un grado de infección superior al del resto. Por la misma razón, el contenido en lignina de los tejidos vegetales, la enfermedad causa mayores daños a nivel de hoja que en tallo. Por tanto, la mancha bacteriana en plántulas de chile puede ocasionar una defoliación severa (previa deformación de las hojas) que repercuta seriamente en el rendimiento final de la explotación.
En el tallo aparecen pústulas similares a las que se pueden observar tanto en hojas como en frutos aunque generalmente más oscuras y abultadas.
La mancha bacteriana también puede afectar a los verticilos florales, provocando el aborto o incluso el desprendimiento de las inflorescencias.
Las lesiones causadas por la enfermedad se aprecian en la epidermis del fruto (merma de la calidad), así como también en el pedúnculo y el cáliz. Cuando la infección afecta al pedúnculo, los frutos suelen tener un desarrollo anómalo.
Alrededor de las lesiones originadas por la bacteria se pueden desarrollar otras enfermedades, bien de origen criptogámico o bacteriano, haciendo que los frutos no puedan comercializarse.
El control químico de esta enfermedad es complejo. La existencia de numerosas especies y razas favorece la rápida aparición de resistencias a las materias activas utilizadas. Por esta razón, se recomienda prevenir la enfermedad con tratamientos regulares a base de cobre.
Una vez instalado en el cultivo el patógeno, se puede optar por realizar 2 tratamientos semanales de cobre y en uno de ellos, aplicar además Mancozeb y Maneb alternativamente para reforzar la función fungicida-bactericida del cobre y evitar la aparición de resistencias.
A nivel de semilleros, la utilización de bacteriófagos para controlar la enfermedad en trasplantes ha resultado un éxito.
4 Comments
Y la literatura consultada donde está?
Este artículo contiene información general del manejo de la enfermedad, consultada de diversas fuentes. Se pretende sirva de orientación a productores agrícolas, no pretende ser una fuente de consulta para investigación científica, y por lo tanto no tiene el formato de artículo científico.
A mì me sirviò mucho 10/10
La explicación que se da es muy buena tengo bacteria en el chile dulce y he aplicado dos aplicaciones seguidas de agrimicin con cobre y casumin con cobre a un intervalo de cuarto días y sigo con el problema en varias aplicaciones aplique cobre y no he visto resultados positivos