La ciencia, la tecnología y el arte se han conjugado de tal forma en Sinaloa que lograron vencer los riesgos en la producción de papas, hasta colocar a los productores del Valle del Fuerte en un lugar preponderante a nivel nacional.
A diferencia del resto de los cultivos, la papa requiere tantos cuidados como una dama consentida.
Esta pregunta inicial hizo Panorama AGROPECUARIO al Ing. Juan Aolberto González Saldivar y a don Gildardo González Trasviña, sin duda dos de los agricultores más reconocidos y exitosos en la producción de papas, cuya tecnología incluye mejoramiento de terreno mediante la aplicación de fertilizantes orgánicos hasta un sofisticado equipo de riego por aspersión.
Esta es la entrevista.
Pregunta. Ing. Juan Alberto González. ¿Cuáles son las fechas ideales y las variedades óptimas para la siembra de papas?
JAG.- Por razones de mercado, aquí en el Valle del Fuerte sembramos desde el 15 de octubre hasta el 15 de diciembre, pero la mejor fecha por rendimiento, comportamiento del cultivo y calidad del producto es en noviembre.
La fecha de siembra va ligada principalmente a las expectativas de comercialización, pero igual pueden tener mejor precio las papas tempranas que las tardías; es cuestión de cómo esté el mercado a la hora de la cosecha.
Esta temporada tuvimos precios desde $1,000 a $3,000 por tonelada.
La dosis de semilla por hectárea es muy variable, pues va desde 2.5 a 4.5 toneladas por hectárea, aunque el promedio es de 3 toneladas, para papa de 4 centímetros de diámetro. Si la papa no tiene mucho reposo, se hace un tratamiento con ácido giberélico. En nuestro caso, aplicamos bisulfuro de carbono en bodega, para estimular la brotación en el campo.
Al momento de la siembra, lo común es tratar la semilla con fungicidas, principalmente contra Rizhoctonia y fusarium y eventualmente con insecticidas para prevenir el ataque de gallina ciega y gusano del suelo.
En cuanto a las variedades: las del tipo comercial son Alpha, Gigant, Mondial y Diamante. Las industriales son principalmente: Atlantic, Snoudan y Cardinal.
P- ¿Qué nos dice de los suelos, la preparación y la fertilización del cultivo que ustedes hacen y que les ha dado tan excelentes resultados?
JAG. Nuestra experiencia ha sido principalmente en suelos de barrial, y hemos comprobado que los más aptos son los que contienen del 38 al 48% de arena y, por supuesto, libres de bacterias y microbios.
Hemos hecho una norma la aplicación de fertilizantes orgánicos, principalmente el Biomega, formulado con componentes naturales. Después de cinco años de tratamiento, en la mayoría de los lotes la producción se ha duplicado.
Las principales rotaciones que hemos hecho son papa-sorgo y papa-maíz, pero en siembras sobre tierra descansada un ciclo, hemos logrado una ganancia en rendimiento de 5 al 10%, aproximadamente.
Respecto a la preparación del terreno, mientras que normalmente se hace a 25-30 centímetros de profundidad, nosotros lo hacemos a 40.
La fórmula de fertilización con elementos mayores es en promedio de 220 unidades de nitrógeno, 350 de fósforo y 350 de potasio, aplicados desde la preparación y siembra según las condiciones del terreno.
En nuestras papas aplicamos el riego por aspersión, con una lámina de riego inicial de 4.5 pulgadas y luego riegos semanales, para hacer una lámina total de aproximadamente 20 pulgadas. Aprovechando el equipo de riego para la aplicación de fertilizantes foliares en las etapas claves de la planta.
En la mayoría de nuestros predios aplicamos 60% de fertilizantes orgánicos y 40% de inorgánicos, aunque en un principio la relación era de 20-80.
Para un óptimo resultado, los factores claves son buena tierra y buena semilla, además de una fertilización adecuada y correcto manejo de los problemas fitopatológicos, principalmente que el terreno esté libre de chupadores y bacterias.
P. ¿Qué diferencias de manejo hay entre la papa industriales y las que se destinan al consumo fresco?
JAG.- El manejo es muy parecido, pero las papas para la industria son más precoces, tienen mayor contenido y sólidos y menos azúcar, mientras que la de consumo fresco debe tener más vida útil; la comercial aguanta seis meses y la industrial apenas tres, pero las dos tienen un ciclo vegetativo que puede oscilar de los 95 a 130 días, en función principalmente de la fecha de siembra.
Al cosechar procuramos que el terreno no pierda más allá del 20% de humedad para que las cosechadoras de manufactura belga levanten sólo la parte del surco donde está la papa.
p.- ¿Qué nos puede decir de los costos y rendimientos por hectárea?
JAG.- Esta temporada nuestro costo promedio fue de $43,000 por hectárea, mientras que el rendimiento promedio estuvo por el orden de 35 toneladas, aunque tuvimos lotes de 48.
El promedio regional es de 30 toneladas netas, por los descuentos del 5 al 15% de mermas que ocurren desde el momento de la cosecha hasta su venta en los centros de abastos.
Uno de los factores que impactan en el costo es el transporte, pues se tiene que enviar, con cargo al productor a las principales ciudades del centro del país, además de que la demanda presenta muchas irregularidades, pues el consumo per cápita en México es muy bajo, de apenas entre 9 y 10 kilogramos al año.
Las principales zonas productoras de papa del país con las que compiten los productores de Sinaloa son: la zona del Bajío, principalmente Guanajuato; Zamora, Michoacán y Huatabampo, en Sonora.