La mancha gris, es una enfermedad causada por Stemphyllium solani, patógeno que se presenta muy frecuentemente en diferentes especies de chile (chile morrón, jalapeño, serrano, caribe y cubanelle), que se cultivan en el Noroeste de México.
Los primeros síntomas de la mancha gris se confunden con frecuencia con los causados por Cercospora capsici (Heal y Wolf), organismo causante del “ojo de rana” o en algunos casos con la quemadura de herbicidas.
La mancha gris se manifiesta principalmente en las hojas jóvenes, en donde aparecen pequeñas manchas de color café claro de uno a dos milímetros de diámetro. Al madurar las hojas, las manchas se hacen más grandes y en las orillas de la mancha se presenta un color café rojizo y el centro blanco. Las manchas generalmente tienen un tamaño que fluctúan entre tres a cinco milímetros de diámetro. Los ataques severos de esta enfermedad, como la mayoría que se presentan en chile provocan una defoliación prematura de la planta. Cuando las plantas pierden el follaje los frutos pueden quedar expuestos al sol y sufrir quemaduras. Las lesiones ocasionalmente se presentan en ramas y tallos, pero frecuentemente es común encontrarlas en hojas, pedúnculos y cáliz. En los frutos no es frecuente encontrar lesiones.
El hongo Stemphyllium solani tiene conidias oblongas, puntiagudas en el ápice y redondeadas en la base; multiformes, con tres a seis septas transversales y varias longitudinales; constreñidas en el septo medio únicamente. La conidias son café dorado, lisas o finamente verrugosas, 35 a 55 x 18 micras (relación largo: ancho 2:1). Los conidióforos son café claro hasta doscientas micras de longitud, cuatro a cinco micras de espesor y con hinchamientos en los nudos.
El hongo sobrevive en residuos de plantas afectadas y en malezas como algunas especies de Solanum y Physalis. Las esporas del hongo son diseminadas por el viento y en agua de salpique. El clima húmedo y frío, de noviembre a febrero, favorece el desarrollo de la enfermedad. En climas áridos, la enfermedad puede llegar a ser problemática donde hay periodos de rocío o si se riega por aspersión.
Las aspersiones con Captafol, Captán, Maneb, Zineb y cobres pueden controlar la enfermedad. Para tomate, además de los anteriores, se recomienda Clorotalonil, Anilazina y Mancozeb.
El hongo de la cenicilla del chile y tomate, Leveillula taurica (Lev) Arm. (=Oidiopsis taurica (Lev) Salmón), se ha considerado como el único patógeno foliar con la habilidad para infectar un gran número y diversidad de especies de plantas. En la actualidad, este hongo tiene más de 1000 especies de plantas reportadas como hospederas, de las cuales 27 son cultivos económicamente importantes, entre los que sobresalen: chile, tomate, cebolla, algodón, berenjena, papa, alfalfa y zanahoria.
Esta enfermedad es muy común y destructiva en cultivos de tomate y chile de algunas regiones del Mediterráneo, Asia y áfrica con clima seco, árido o semiárido. La enfermedad fue detectada por primera vez en California, Estados Unidos en 1978 dañando tomate, en donde se han estimado pérdidas que fluctuaron entre un 10 y 100% en cultivos comerciales de tomate de Utah. En México la enfermedad fue reportada por primera vez en 1980 afectando principalmente cultivos de tomate del estado de Sinaloa y posteriormente se reportó en diferentes entidades de la República Mexicana.
En la actualidad, el cultivo de chile que se produce en Sinaloa se desarrolla principalmente en sistemas de riego y fertilización presurizado, además de acolchados plásticos. En estas condiciones y en presencia de un ambiente seco en las partes aéreas de las plantas producto de poca humedad relativa, se ha propiciado que la cenicilla en chile se comporte como una de las enfermedades de mayor importancia.
La enfermedad se caracteriza por afectar principalmente a las hojas con mayor desarrollo o bien formadas. Por la parte inferior de las hojas se desarrollan manchas algodonosas de color blanco formadas por el micelio y esporas del hongo. Por la parte superior de las hojas es difícil notar evidencias de la enfermedad, únicamente cuando las hojas ya se encuentran muy dañadas se aprecia una clorosis. Al unirse varias manchas, provocan la caída prematura del follaje y que los frutos sufran de quemaduras del sol o bien que la planta acorte en forma significativa su ciclo de vida.
En los tejidos afectados se forman conidios y conidióforos hialinos o transparentes, siendo estos últimos septados y simples o en grupos de 2 a 5, emergiendo del micelio intercelular (endofítico) a través de los estomas. Su longitud promedio pueden ser de 200 a más de 700 µm y su diámetro de 3.7 a 7.4 µm. Los conidióforos se pueden encontrar divididos en dos o tres ramificaciones. Los conidios son unicelulares piriformes o cilíndricos simples o en cadenas cortas. En algunos hospederos como tomate miden en promedio de 70.6 x 17.7 y 66.9 x 18.6 µm de largo y ancho respectivamente. El tamaño de las estructuras de reproducción puede variar de acuerdo al hospedante y las condiciones de humedad dentro de los tejidos.
Aunque en algunas regiones se puede encontrar formación de cleistotecios, en la literatura se menciona que es raro encontrarlos en muchos hospedantes, incluyendo a las solanáceas de importancia económica.
El hongo sobrevive en los lugares con temperaturas inferiores a 10°C en forma de cleistotecios. En lugares semiáridos sobrevive en plantas hospederas que frecuentemente se encuentran en jardines. Las esporas del hongo son diseminadas principalmente por el viento. El clima cálido y seco favorece el desarrollo de la enfermedad. En dichas condiciones la enfermedad puede llegar a ser muy problemática y ocasionar daños de gran consideración.
Es muy importante realizar inspecciones frecuentes en los cultivos, al detectar las primeras evidencias de la enfermedad, realizar aplicaciones fungicidas entre los cuales sobresalen: Rally, Amístar y Azufre.
El tizón por alternaria es una enfermedad de poca importancia económica en los cultivos de chile. Sin embargo, en frutos de chile maduros (rojos o amarillosos), daños en poscosecha pueden ser de gran consideración. En cultivos de chile, la enfermedad se presenta principalmente en follaje, aunque en condiciones de alta humedad los tallos, flores y frutos se pueden ver afectados.
Las primeras lesiones se observan principalmente en hojas viejas, las cuales consisten en pequeñas lesiones irregulares de color café oscuro. A partir del centro de la lesión se forman anillos concéntricos, evidentemente debido a la resistencia que presenta la planta para detener el avance de la infección o debido a que el hongo emite toxinas para provocar la muerte de las células vegetales y cuando se alimenta de ellas de nuevo emite toxinas que destruyen otro grupo de células. También puede suceder que la presencia de los anillos en las manchas se encuentre relacionada con presencia de alta humedad durante la noche y baja humedad en el día. Las lesiones se pueden expandir en un diámetro superior a 1.5 cm. En muchos hospedantes las manchas se encuentran rodeadas por un color amarillo, debido a la producción de toxinas. Cuando se unen varias lesiones, pueden provocar la muerte prematura de las hojas, afectando la producción y calidad de la fruta. La fruta formada al quedar sin protección puede sufrir quemaduras por el sol. Frecuentemente en los frutos que son afectados por el sol, se desarrollan lesiones de color negro en las cuales se forma una gran cantidad de esporas del hongo.
En cultivos con frutos de chile bell amarillos y anaranjados se ha detectado mayor susceptibilidad a los ataques de Alternaria alternata o Alternaria tenuis. En frutos maduros (rojos, amarillos o anaranjados), las pudriciones internas causadas por Alternaria se presentan cuando los frutos de chile no tienen cierre apical. La magnitud de ese tipo de daños puede ser de un 10 a 30% en algunas etapas de producción.
En el follaje afectado, la humedad relativa superior al 85% influye en el rápido crecimiento de las manchas, en cambio cuando la humedad relativa es de 85% o ligeramente menor, el número de manchas aumenta consideradamente. Lo anterior es debido a que en condiciones de baja humedad se forma un mayor número de esporas.
El agente inductor de los daños en follaje y frutos de chile se relacionan con diferentes especies de Alternaria. En poscosecha, A. tenuis y A. alternata son las especies más frecuentes. En follaje la especie que más se relaciona es A. solani. En todos los casos el hongo se caracteriza por formar conidios oscuros con forma de muro o pared de ladrillos, los cuales se desarrollan a partir de conidióforos libres. Los conidios o esporas generalmente son de forma ovalada y en la parte superior tienen una prolongación. Las esporas generalmente se forman en cadenas.
El patógeno inverna en residuos de cosecha que permanecen en el suelo, o en otras solanáceas; los conidios germinan con un óptimo de temperatura de entre 28 y 30°C, además de alta humedad relativa. Las esporas se diseminan fácilmente a través del aire, agua, insectos, hombre y otros medios.
A la fecha, no se conoce el grado de resistencia que poseen los diferentes híbridos de chile que se cultivan en Sinaloa. Actualmente una de las alternativas de control es el uso de fungicidas preventivos en forma oportuna.
Algunos de los fungicidas más eficientes para evitar los daños de esta enfermedad son: Captafol, Captán, Clorotalonil y Maneb.
1 Investigador CIAD Unidad Culiacán
2 Profesor de la Facultad de Agronomía UAS
TOMADO DE: Memoria del Curso de Enfermedades Foliares en Hortalizas. Facultad de Agronomía UAS. Culiacán, Sin., 25 al 27 de marzo de 1999.
1 Comment
Muchas gracias lo chque su ficha tecnca ay bunas verciones aqui x cazones au frimo mecho con el hongo y bacterias y la virosis q producto me recomiendan tengo plantas d chile pikin