Por Gregorio Reyes Figueroa
La urgencia de diversificar cultivos en Sinaloa y reducir la superficie de siembra de maíz que ha propiciado serios problemas en la comercialización de los altos volúmenes de cosecha, impulsa la necesidad de buscar otras opciones de siembra, donde el cultivo de soya parece abrirse camino, una vez que el principal obstáculo, la mosca blanca, ha dejado de ser un problema grave, al igual que la disponibilidad de agua para riego, al menos en el norte de Sinaloa.
En este escenario y gracias a la obtención de nuevas variedades de soya tolerantes al ataque de la mosca blanca y también al cambio de condiciones climáticas, menos favorables para la multiplicación de esa plaga, desde el norte al centro de Sinaloa se ha incrementado la superficie destinada al cultivo, en rotación con frijol u hortalizas, principalmente.
A invitación del M.C. Franklin Rodriguez Cota, investigador de soya del INIFAP Valle del Fuerte y del Dr. Edgardo Cortez Mondaca, jefe de campo, Panorama AGROPECUARIO acompañó en un recorrido de todo un día al equipo de técnicos que a nivel estatal dan seguimiento al cultivo de soya, donde el subsecretario de Agricultura, Víctor Suárez ofreció todo el apoyo de la SADER para impulsar el cultivo, a partir de confirmar su viabilidad técnica.
Para impulsarlo y con ello diversificar las opciones de siembra en Sinaloa, el subsecretario de Agricultura de la SADER, Victor Suárez, encabezó a mediados de agosto un recorrido de campo por predios de soya en la zona de Navolato y al final una reunión técnica donde productores y técnicos expusieron las posibilidades agronómicas del cultivo.
A nombre de los productores del centro de Sinaloa, el Ing. Antonio Carrillo Ley, director de Almacenes Colhuacán, afirmó que el cultivo ha tenido un comportamiento agronómico muy favorable, pero se requiere el apoyo del gobierno federal para la adquisición de maquinaria especializada que permita establecer el cultivo con labranza reducida para darle rentabilidad y convertirlo en una verdadera opción económica.
Ahí mismo y ante el subsecretario Suárez, el Dr. José Guadalupe Valdezpino expuso la tecnología de manejo que se ha seguido donde destaca el uso de materiales biológicos para la prevención y control de plagas, así como el tratamiento previo del suelo con agua oxigenada para reducir compactación y salinidad.
Al término de la reunión de análisis se integró un equipo técnico que tendrá como objetivo evaluar las posibilidades reales de la soya y proponer alternativas para incrementar la superficie de siembra el próximo ciclo de verano 2020.
En el recorrido y la reunión técnica con el subsecretario de la SADER participaron el director general del INIFAP, Dr. José Fernando De La Torre Sánchez, la encargada de la delegación de esa dependencia en Sinaloa, el subsecretario de Agricultura del Gobierno de Sinaloa, el director regional del CIRNO, el presidente del CESAVESIN y de la Junta Local de Sanidad Vegetal de Culiacán, así como representantes de empresas comercializadoras de insumos y de acopio de cosechas.
El subsecretario Victor Suárez aseguró que habrá seguimiento puntual de la SADER para atender la problemática del cultivo y aprovechando la tecnología generada por el INIFAP y la experiencia de los productores, incrementar la superficie de siembra de soya, como una opción para diversificar el mosaico de cultivos que se establecen en la entidad.
Días después y con el apoyo de personal técnico de la Junta Local de Sanidad Vegetal del Valle del Carrizo y la asesoría de investigadores del Campo Experimental Valle del Fuerte, se realizó un recorrido de campo para evaluar el desarrollo de varios predios de soya, en virtud de que en el norte de Sinaloa se han establecido esta temporada alrededor de 5,500 hectáreas, cuyo desarrollo es óptimo y en la mayoría de las cuales no se ha requerido la aplicación de productos químicos para el control de la mosca blanca.
Hasta la etapa de inicio de formación de vainas, la mayoría de los cultivos, variedad Náinari, presentan un desarrollo óptimo. Las poblaciones de mosca blanca se mantienen por debajo del nivel de daño económico y se espera que durante la formación de vaina, la presencia de gusanos defoliadores requerirán una aplicación de agroquímicos.
En la mayoría de los predios visitados no se ha requerido la aplicación de fertilizantes nitrogenados por lo que el costo de producción por hectárea no rebasa los $ 10 mil pesos, por lo que con un rendimiento de 2.2 toneladas por hectárea que ha sido el promedio histórico regional, el cultivo alcanzaría una aceptable rentabilidad económica, partiendo de un precio de garantía de $ 8,880 por tonelada, fijado como ingreso objetivo por la SADER, el año pasado.
El presidente de la JLSV Valle del Carrizo, Ing. Daniel Cervantes Diaz, explicó que desde el inicio del ciclo de soya se ha estado brindando asesoría técnica a los productores y liberando insectos benéficos para la prevención y control de plagas por lo que se espera que los cultivos lleguen a madurez fisiológica con mínimos problemas fitosanitarios, especialmente respecto a la mosca blanca, cuya población es cada vez más reducida.
El gerente del organismo, Ing. Javier Valenzuela, afirma que los productores están atendiendo la recomendación técnica en el sentido de evaluar la fauna benéfica antes de pensar en aplicación de agroquímicos, lo que ha ayudado a mantener bajas las poblaciones de plagas.
El Ing. Franklin Rodriguez Cota, investigador de leguminosas en el Campo Experimental Valle del Fuerte pronostica que la superficie destinada a soya en Valle del Carrizo va a la alza porque es el cultivo natural para la rotación con trigo, el más importante del ciclo otoño-invierno.
Mientras tanto, el Dr. Edgardo Cortez Mondaca, jefe del CEVAF e investigador de entomología destaca que el problema principal del cultivo que fue la mosca blanca es algo superado, gracias a las nuevas variedades y a las tácticas de manejo que han sido adoptadas por la mayoría de los productores de soya. El reto ahora será el control de gusanos defoliadores, donde destaca el gusano terciopelo, cuyo control se obtiene con la aplicación de baculovirus que ya ha demostrado su efectividad en otras zonas agrícolas del país.
Para conocer el comportamiento del cultivo en otras zonas de Sinaloa, también a invitación de personal del INIFAP Valle del Fuerte, visitamos parcelas en la zona de Juan José Rios, en el municipio de Guasave y en la zona conocida como La Piedrera.
En esa área, los productores Miguel Vega, con un predio de 10 hectáreas mostró con satisfacción su cultivo en etapa de fuctificación, donde no había requerido ninguna aplicación para el control de plagas, lo mismo que Crisóforo Armenta Vega y finalmente Gerardo Amado Alvarez.
A diferencia de la serie de tratamientos preventivos para mejorar la condición de fertilidad y sanidad de los suelos y favorecer el desarrollo sano de la soya en la zona de Navolato, en el Valle del Fuerte la mayoría de los productores han llevado sus cultivos sin tratamientos específicos y tienen programada la liberación de insectos benéficos para el control de plagas, así como el uso de baculovirus para la prevención y control de larvas en la etapa de fructificación.
El escenario para Soya desde el centro hasta el norte de Sinaloa parece ser mucho más favorable que en años recientes en que fue restringido por el ataque de la mosca blanca y la falta de agua para riego a cultivos de verano. Sin embargo, la soya tuvo sus años de esplendor en la década de los 80´s en que se alcanzaron a sembrar 340 mil ha durante el ciclo de Primavera-Verano con una producción cercana a 1.0 millón de toneladas, cultivo que se podía rotar con el trigo de Otoño-Invierno, alcanzándose un rendimiento medio de 2.0 ton/ha.
En 1994, el norte de Sinaloa sufrió daños severos por la mosca blanca de la hoja plateada (MBHP), en cultivos de tomate de cáscara, papa, tomate, calabaza y sobre todo soya, del cual se rastrearon 5,664 ha por incosteables de un total de 45,329 ha sembradas. A fines de los años 90’s, se conjuntaron varios factores adversos para la siembra del cultivo de soya , entre los que se tienen; 1) escasez del agua de riego, 2) baja rentabilidad del cultivo y 3) ataque de altas poblaciones de MBHP; 4) escasa existencia de semilla de variedades tolerantes al daño de mosca blanca.
A partir de mediados de esta década, de nuevo ha comenzado a producirse soya en los valles del Carrizo y del Evora, de acuerdo a la disponibilidad de agua en estas regiones, así como pequeñas áreas en el Valle del Fuerte, en los municipios de Ahome, el Fuerte y Guasave, utilizando variedades tolerantes al daño de mosca blanca (Nainari, Suaqui 86, Cajeme y/o Guayparime S10), con rendimientos variables. En la mayoría de los casos, éstos han sido superiores a las 2.0 ton/ha y en muchos casos de más de 3.0 ton/ha, donde el principal problema entomológico ha sido la presencia de trips.
Esto demuestra que mientras haya la posibilidad de establecer cultivos de primavera-verano por la disponibilidad de agua para riego en las presas regionales, la soya se va a continuar sembrando en menor o mayor grado, pues además es prácticamente la única opción de siembra para el verano.
Si la oferta de la SADER se concreta de apoyar con la adquisición de maquinaria especializada y acompañamiento técnico para el manejo del cultivo a bajo costo, el regreso de la soya como cultivo de importancia económica para Sinaloa estaría garantizado, regresando a la agricultura el dinamismo que le caracterizó dos décadas atrás.
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Excelente metas productivas en maiz, ya q los años de dedicacion tiene resultados positivos. Felicitaciones.