Para los productores de frijol de Sinaloa, la temporada 1995-96 fue punto menos que desastrosa; por un lado sus costos se incrementaron como consecuencia tardía de la devaluación del peso; por el otro, el gobierno federal aplicó un férreo control al precio oficial que limitó una libre comercialización basada en la ley de la oferta y la demanda.
Pero 45 días después de concluida la cosecha, Conasupo no tenía frijol para abastecer la demanda del consumo interno, mientras los intermediarios que habían acaparado fuertes volúmenes del básico hacían el gran negocio, vendiendo el grano que ellos habían acaparado a tres veces su precio original.
La aparente o ficticia escasez del producto favoreció la especulación y los dos extremos de la cadena productiva resultaban dañados: en el inicio los productores; en el final, los consumidores.
Pero el encarecimiento del precio del grano básico se traduce en un golpe de rebote al productor, porque al subir el precio impacta al de la semilla que de acuerdo con cifras confiables se cotizaba para la primera quincena de septiembre -al iniciar los preparativos para las siembras del otoño-invierno-, en alrededor de $15.00 kilogramo.
Además, según informes del Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas en Sinaloa -SNICS-, para satisfacer la demanda de semilla, unas 45 mil toneladas, tendría que habilitarse grano comercial porque en los tres años recientes no se ha multiplicado suficiente semilla básica para registrada, ni registrada para certificada, que es la que al final de cuentas requiere el productor.
La mayoría de las 70 mil hectáreas que se espera habrán de establecerse en Sinaloa durante el otoño-invierno 1996-97 tendrán que sembrarse con semilla verificadas.
En previsión de un nuevo revés a los programas de comercialización, la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa -CAADES-, por conducto de sus asociaciones afiliadas inició la primera quincena de septiembre una serie de reuniones informativas sobre las expectativas del mercado para el frijol.
Por otro lado, el servicio Nacional de Información de Mercados, en su proyección de precios de frijol a cosecha, elaborado la segunda semana de Septiembre, establece que el mercado seguirá siendo deficitario a nivel nacional, pero si la Secretaría de Agricultura autoriza importaciones masivas como lo hizo el ciclo pasado, podría propiciar otra baja temporal del precio, precisamente al momento de realizarse la cosecha.
En el interés de ofrecer a nuestros lectores la información que les ayude a tomar una mejor decisión en cuanto a las técnicas de producción, a continuación sintetizamos las sugerencias que los Campos Experimentales de Sinaloa hacen para la siembra del frijol en la entidad para el ciclo otoño-invierno 1996-97.
El período de siembra sugerido comprende del 1 al 30 de octubre para los frijoles azufrado y canarios y hasta el 15 de noviembre para los de tipo negro, en el valle del Fuerte.
En el valle de Culiacán, el período óptimo comprende del 15 de octubre al 15 de noviembre, la dosis de semilla recomendada es de 80-90 kilogramos por hectárea, sembrando 15-18 semillas por metro de surco para obtener una población de 12-16 plantas por metro, con separación entre surco de 80 a 90 centímetros, evitando menores distancias para reducir los riesgos de alta humedad que facilita el desarrollo de enfermedades fungosas.
En suelos de barrial, se sugiere sembrar a profundidad de 5 a 7 centímetros; en aluvión a 3-5 centímetros.
Las variedades sugeridas, así como sus principales características, son las siguientes:
Azufrado Pimono-78 (Mayocoba).- Esta variedad proviene de la hibridación entre Canario-107 X Azufrado Peruano; es tolerante a Chahuixtle y a virosis; por su hábito de crecimiento determinado arbustivo, puede escapar al ataque de “moho blanco”. Sus flores son de color blanco, se presentan a los 35 días después de la siembra y su ciclo vegetativo es de 100 días; dentro de sus características principales sobresale su capacidad de rendimiento; color de la semilla es crema, de tipo peruano.
Peruano P-80.- Variedad obtenida de la cruza entre Canario 107 X Peruano; es tolerante a Chahuixtle y a virosis; por su hábito de crecimiento determinado arbustivo, puede escapar al ataque del “moho blanco”; sus flores son de color blanco y aparecen a los 38 días después de la siembra y su ciclo vegetativo es de 105 días; su grano es de color crema de tipo peruano.
Azufrado Peruano-87.- Proviene de la cruza entre Azufrado 100 X Azufrado Pimono-78. Es tolerante a Chahuixtle y a virosis. Por su hábito de crecimiento determinado, semi-erecto, tipo mata, puede escapar al ataque del “moho blanco”. Sus flores blancas aparecen entre 35 y 40 días después de la siembra. Las principales ventajas sobre Azufrado Pimono 78 (Mayocoba), son su ciclo vegetativo de 95 a 100 días y la madurez uniforme que facilita la cosecha mecánica. El color de la semilla es crema, tipo peruano.
Azufrado Regional-87.- Proviene de la cruza entre Canario-101 X Culiacán 200. Es tolerante a Chahuixtle y a virosis. Con un hábito de crecimiento determinado, semi-erecto, tipo mata, puede escapar al ataque del “moho blanco”. Sus flores blancas aparecen a los 38 días después de la siembra y su ciclo vegetativo es de 100 días. Las principales ventajas sobre Azufrado Pimono-78 (Mayocoba), son su mayor tolerancia a virosis y su grado de madurez más uniforme, lo que facilita la cosecha mecánica. El color de la semilla es crema, tipo azufrado.
Azufrado Noroeste.- Nueva variedad, producto de la hibridación entre azufrado 100 y Azufrado Pimono 78, efectuada en el Campo Experimental Valle del Fuerte, durante el ciclo otoño-invierno 1980-81. Es resistente a la roya de la hoja o chahuixtle, moderadamente tolerante a virosis y susceptible al moho blanco, aunque puede escapar a ataques severos, por su hábito de crecimiento determinado. La floración se presenta a los 42 días y el período dura aproximadamente 22, las flores son blancas; la altura de la planta es de 36 cms., con promedio de 13.1 vainas por planta y 4.2 granos por vaina, con peso de 40.1 gramos por cada 100 semillas. La madurez se presenta a los 100 días, aproximadamente y el color del grano es azufrado.
Azufrado Higuera.- Es producto de la cruza entre Canario DIVEX 8130 y Royal Red, realizada en 1981 en el Centro Internacional de Agricultura Tropical -CIAT- y fue obtenida mediante los programas de intercambio de germoplasma y cruzas entre el INIFAP y el CIAT, con sede en Colombia. El material se introdujo al Campo Experimental Valle del Fuerte en segunda generación filial. Esta variedad es resistente a la roya de la hoja o chahuixtle, tolerante a virosis y susceptible al moho blanco, al que puede escapar por su hábito de crecimiento determinado. La floración inicia a los 39 días, con una duración de 22 con flores de color blanco. La altura de la planta es de 40 cms., con 13.2 vainas por planta y 4.1 granos por vaina. El color del grano es azufrado y el peso de 100 semillas es de 55.2 gramos. Su ciclo a madurez es de 105 días, aproximadamente.
Cuando México está por alcanzar la autosuficiencia en materia de producción de frijol para consumo nacional, una amenaza se cierne sobre los agricultores, la caída del precio de comercialización a causa de los excelentes volúmenes que se esperan obtener al finalizar este año.
De acuerdo con datos proporcionados por el jefe del Departamento de Estudios Económicos de la Asociación de Agricultores del Río Fuerte Sur, Lic. Jorge Antolín Rojo Leyva, este año en el país se habrán producido un millón 736 mil toneladas, las que estarían disponibles para consumo humano.
Sin embargo, ese volumen de producción sólo vendrá a provocar que el precio de comercialización caiga considerablemente de los 5 mil 500 o 6 mil pesos que esperan los productores obtener por tonelada.
Rojo Leyva habló sobre esta situación ante productores de frijol regionales en la sala de juntas “Venancio Hernández”, del edificio de la asociación.
Ahí dijo que los productores nacionales tendrían un volumen de oferta de un millón 545 mil toneladas de frijol, pero se importarían 184 mil toneladas. Esto en conjunto rebasa el millo 736 mil toneladas que habría para fines de 1996.
Explicó que la demanda nacional por parte de los consumidores es de un millón 387 mil toneladas. Para enero de 1997 habría un excedente de 349 mil toneladas en bodegas.
Los productores de frijol temen serios problemas para recuperar los costos de producción, que van de los 5 mil 725 pesos por hectárea para aquellos que tienen maquinaria propia, y de 6 mil 625 pesos por hectárea para quienes tienen que rentar equipo para hacer producir la tierra.
En ese sentido, dijo Rojo Leyva en la reunión, el gobierno federal deberá implantar un programa de precios que permita a los productores cierto margen de utilidades, pero que también acabe con el círculo vicioso escasez-abasto-escasez.
En suma, se tiene que evitar la especulación del grano.
El presidente de la Asociación de Agricultores del Río Fuerte Sur, Dr. Rolando Zubía Rivera, dijo que la sobreproducción de frijol impactaría negativamente en el precio del mismo, de ahí que se tenga que hacer algo antes de que esto ocurra.
Entrevistado al respecto, el Oficial Mayor del Comité Municipal Campesino Número 5, Trinidad Verdugo Ayala, dijo que el gobierno federal y las organizaciones de productores tanto sociales como privadas deben establecer un plan que evite una catástrofe económica para los agricultores.
Puntualizó que si bien es cierto las organizaciones como la Liga de Comunidades Agrarias ya hay implantado un programa de abasto de semilla para el ciclo otoño-invierno, este debe ser regulado para evitar una sobreproducción que provoque la caída del precio del grano.