Es común que algunos productores de frijol guarden grano de su cosecha para usarlo como semilla en el siguiente ciclo, buscando el ahorro por ese concepto. Esta eventualidad ha propiciado que algunas enfermedades sistemáticamente hayan cobrado importancia debido al aumento en su intensidad, así como por el incremento progresivo de la superficie afectada. El ejemplo regional típico de este fenómeno es el moho blanco. Otras enfermedades pueden presentar un potencial de riesgo considerable si se combinan las condiciones climáticas favorables con la presencia de fuentes de inoculo, entre ellas la semilla contaminada.
Durante el ciclo Otoño-Invierno 1994-1995 las condiciones ambientales se presentaron con lluvias mayores de 100 mm, días subsecuentes con alta humedad relativa y neblinas y temperatura cálida en el día y fresca por la noche. Estas condiciones propiciaron la aparición de la enfermedad conocida genéricamente como bacteriosis o tizón bacteriano.
Los síntomas observados en follaje fueron inicialmente lesiones acuosas de color verde claro que fueron tornándose cloróticas y al final necróticas, rodeadas de un halo amarillento, las áreas necrosadas formaron manchas angulares que parecían limitar con las nervaduras y al unirse con otras dañaron gran parte o la totalidad de las hojas. En las vainas se formaron manchas acuosas, de las cuales provenía un exudado amarillento cremoso que al secarse tomó una coloración rojiza-amarillenta o blancuzca. Esta sintomatología coincide con la descrita para el tizón común, que difiere del tizón de halo por la presencia de un área extensa de color verde amarillento alrededor de la lesión angulosa. Este halo no es muy notorio cuando las temperaturas llegan a los 28ºC y por tanto, la lesión se confunde con tizón común.
Los organismos involucrados son dos bacterias: Xantomas phaseoli y Pseudomonas phaseolicola, causantes del tizón común y el tizón de halo, respectivamente.
Estas bacterias están estrechamente emparentadas, ya que pertenecen ambas al orden Pseudomonadales y a la familia Pseudomonadaceae.
Morfológicamente son semejantes, de forma bacilar, salvo que X. phaseoli tiene un solo flagelo polar y P. phaseolicola tiene de uno a tres flagelos polares. X phaseoli presenta desarrollo óptimo a 28ºC y P. phaseolicola a 24ºC.
Se puede diferenciar fácilmente por medio de una prueba bioquímica: P. pahseolicola al desarrollarse en el medio B de King produce una sustancia fluorescente que la hace fácilmente distinguible.
A fin de cuentas, sus similitudes en cuanto a biología y requerimientos climáticos y la presencia de la sintomatología descrita hacen suponer que aunque se confirmó la presencia de X. phaseoli causante del tizón común, no se debe descartar la presencia de P. phaseolicola para actuar por si sola o en complejo y las medidas profilácticas a su vez, son coincidentes.
Para prevenir la infección por estos patógenos hay que tomar una serie de precauciones basadas en su epidemiología.
Ambas bacterias causantes de tizones toda vez que infectan las vainas y llegan a dañar las semillas, son fácilmente transmisibles por ese medio. Las semillas de apariencia sana, en realidad portan bacterias contaminantes en la superficie, las cuales con la aplicación de tratamiento hidrotérmico y de antibióticos a la semilla, pueden ser eliminadas.
Sin embargo, algunas bacterias penetran al interior y se colocan entre la cutícula y los cotiledones, donde ningún tratamiento a la semilla tendrá efecto sobre tales patógenos. De esta forma, las plántulas recién emergidas estarán propensas a mostrar síntomas de infección temprana. De ahí la importancia que tiene el utilizar semilla sana, producida en lotes donde no se presentó la enfermedad.
Deberá tenerse cuidado de no guardar semilla para el siguiente si hubo brotes de tizones bacteriales, ya que se corre el riesgo de que las bacterias como contaminantes en la superficie o interior de la semilla, si las condiciones ambientales les favorecen, inicien una epidemia de consecuencias. Se ocupan tan solo de 500 a 1500 semillas, que son el 0.2 a 0.5 por ciento de semilla infectada por hectárea para que los tizones causen daños económicos.
La producción de semilla por su parte deberá realizarse en zonas libres de enfermedades, y es menester que se evite el flujo de semilla de regiones o áreas en que es problema hacia áreas libres de la enfermedad. Aun así deberá se complementada con otras medidas preventivas afines a la producción de grano.
Otras medidas profilácticas pueden ser aplicadas, pues las bacterias son capaces de sobrevivir en restos de cultivo o como estructuras de resistencia, por lo que la rotación con cultivos tolerantes ayuda a reducir el inoculo. Otra práctica favorable es el barbecho para colocar los residuos de cultivo en un estrato inferior del suelo. Así mismo, se debe evitar el paso de personas y llevar maquinaria y equipo de un campo infectado a otro limpio sin un concienzudo lavado.
Como el salpique por lluvia es un vehículo eficiente de diseminación, es aconsejable circunscribir la siembra de frijol a zonas de baja precipitación. El control químico como último recurso puede aplicarse a base de productos cúpricos y antibióticos.
* M. C. Investigador del Programa de Fitopatología del CEVAF