Durante mucho tiempo persistió la creencia entre los productores de que a mayor dosis de fertilizantes nitrogenados, correspondía un mejor rendimiento del trigo.
Ello fue particularmente cierto en la rotación trigo-soya, en virtud de que la soca del trigo generalmente se quemaba, lo que provocó un empobrecimiento de la fertilidad natural de los suelos, la que había que reponer con mayores dosis de fertilizante, pero conforme los precios de los fertilizantes fueron subiendo y el precio de las cosechas se mantenía estable, la necesidad de cuidar los costos de cultivo se acentuó.
Así ganaron popularidad los análisis de suelos que determinan las dosis precisas de fertilizantes, de acuerdo no sólo al cultivo sino también al tipo de suelo.
A reserva de los resultados que arroje su estudio, los investigadores de fertilidad de suelos y sistemas de labranza coinciden en que debe tenerse en cuenta el potencial de rendimiento del cultivo por tipo de suelo, la rotación de cultivos y la incorporación de residuos.
El análisis de suelo para evaluar el nivel de nitrógeno mineralizable y sus propiedades físicas es muy útil para un buen programa de fertilización.
Una vez determinada la dosis de fertilizante, debe considerar la eficiencia de las fuentes nitrogenadas y aplicar los sólidos, preferentemente en banda y los líquidos y gaseosos inyectados. Para la región noroeste, la dosis media sugerida es de 200 a 220 unidades de nitrógeno por hectárea en suelos de barrial y de 180 a 200 en aluvión.
La época de aplicación es tan importante como la dosis, debido a que la planta de nitrógeno acumula cerca del 80% del nitrógeno en las etapas de desarrollo inicial y hoja bandera y el resto en el espigamiento, floración, formación y llenado de grano.
En terrenos donde se dificulte la aplicación del nitrógeno en el agua de riego haga una aplicación total en presiembra, o dos terceras partes en presiembra o al momento de sembrar y el resto en el primer auxilio, a más tardar a los 45 días de la nacencia.
En el caso del fósforo, para contrarrestar su movilidad se sugiere hacer una sola aplicación antes de la siembra, en la dosis que resulte del análisis de suelo.
Si no cuenta con resultados de laboratorio y en función de las características que en siembras anteriores en el mismo terreno haya presentado la planta, puede aplicar la dosis 60 a 100 unidades de fósforo por hectárea.