Sobreoferta de Sinaloa y Florida en el mercado norteamericano hacen caer los precios
Suculento y apetecible, presente en los principales platillos mexicanos que se consumen en México y el extranjero, el tomate, considerado el embajador de Sinaloa en el mundo, enfrenta hoy a uno de sus peores adversarios, la sobre oferta y la caída de precios que han propiciado que en lugar de ir a las mesas de los banquetes, tenga que ofrecerse como suplemento alimenticio al ganado, representando pérdidas millonarias a los productores elite, los horticultores sinaloenses.
Ciertamente la historia de la producción del tomate en la entidad ha sido de altibajos, aún cuando la superficie sembrada se ha mantenido más o menos estable, aunque según datos no oficiales, esta temporada la superficie promedio se rebasó casi en 40% con 13 mil hectáreas en el Valle de Culiacán, 10 mil en la zona de Guasave y cerca de 9 mil en el Valle del Fuerte.
De acuerdo con cifras de la SAGAR, durante el ciclo 1984-85, la superficie sembrada de tomate a nivel estado fue de 22 mil 192 hectáreas, lo que representó más de un tercio del total de la superficie sembrada en México.
En 1998-99 se destinaron al cultivo del tomate 24 mil 20 hectáreas, mientras que para el otoño-invierno 1999-2000 el programa es de 22 mil 981, de donde se desprende que más que la superficie sembrada, la mayor influencia sobre el precio estriba en el volumen aportado en un determinado período del año y las condiciones que prevalezcan en el mercado norteamericano, eventualmente estimulado por la baja oferta de Florida, donde con frecuencia las bajas temperaturas ocasionan daños en la producción.
Al cierre de las operaciones de enero, el mejor precio para el tomate de mejor calidad en los mercados norteamericanos era de 4.5 dólares por bulto de 25 libras promedio, cuando el precio piso es de 5 a 5.15 dólares por bulto. Es decir, se cubren únicamente los costos del flete.
Esta situación ha puesto a los productores al borde de la desesperación porque por más medidas de control de calidad que han tomado no han conseguido una reacción en los precios, por lo que es de esperarse una medida emergente de cierre temporal de empaques, aún cuando los cortes deben continuar para mantener a los plantíos en producción.
Sin embargo, en opinión de los principales productores de tomate en Sinaloa, la presente ha sido una temporada desastrosa, no sólo por los bajos precios en el mercado norteamericano, sino porque la presente temporada ha sido difícil, desde el punto de vista fitosanitario y operacional.
Las condiciones de clima variable, con días muy fríos, luego templados o calientes, combinados una humedad relativa por arriba del 65% en promedio durante períodos de más de 24 horas han propiciado el desarrollo de enfermedades fungosas, principalmente tizón tardío, mancha bacteriana, marchitez, moho de la hoja y cenicilla, las cuales ameritan la aplicación de funguicidas preventivos o curativos, que obviamente encarecen el costo de producción.
Esto se ha venido a complicar por el resurgimiento de altas poblaciones de gusano alfiler, tanto en los plantíos de tomate para exportación como industrial.
Reportes técnicos del Valle de Culiacán, Guasave y Valle del Fuerte, las principales zonas productoras del estado, indican que en comparación con otros años, la incidencia de plagas se ha mantenido ligeramente por arriba de lo normal, mientras las enfermedades fungosas han tenido períodos críticos, en función de las condiciones de alta humedad relativa, a consecuencia de intensos rocíos durante la noche y madrugadas.
El Ing. Javier ángulo Hernández, uno de los principales productores de tomate de la zona norte de Sinaloa, declaró a finales de enero que en vista de la falta de reacción en los precios y aún cuando les representa pérdidas millonarias, tendría que pensarse en cierres temporales de los empaques de tres días a una semana, sin suspender los cortes en campo.
“Vemos que la situación está muy difícil porque tenemos inundado el mercado, no sólo por la producción de Sinaloa, sino porque Florida que es nuestro principal competidor también está aportando fuertes volúmenes”, explicó el Ing. Hernández.
La misma opinión fue compartida por el presidente de la Asociación de Agricultores del Río Fuerte sur, Ing. Miguel Tachna Félix, al destacar que ésta se está convirtiendo en una de las peores temporadas en la producción de tomate, tanto por las condiciones de campo como por la falta de mercado y caída de los precios en Los Estados Unidos.
Reconoció que efectivamente hubo una sobreoferta, en virtud de un incremento en las superficies sembradas, atribuible a la falta de rentabilidad de los granos y las pocas opciones que tiene el productor, porque “nos excedimos en las superficies destinadas al cultivo y ahora estamos pagando las consecuencias”.
Mientras tanto, la Asociación de Agricultores del Río Culiacán, decidió tomar medidas emergentes para disminuir la aportación de tomate al mercado norteamericano.
El presidente de la AARC, Ing. Sergio Paredes Verdugo informó que en coordinación con el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia -DIF- la Asociación empezaría a distribuir un camión diario de productos hortícolas entre los habitantes de las colonias populares de Culiacán.
Se elaboró un padrón de productores y se formalizó el compromiso de que seguirán cortando legumbres en sus campos, pero en lugar de ir al empaque se enviarán directamente para su distribución a colonias populares.
Por otra parte y en atención a la queja recurrente de los exportadores de hortalizas, no sólo por el tiempo que pierden los trailers en los puntos de revisión Precos sino también por el riesgo de daño y contaminación de los productores que van en tránsito a la Unión Americana, el Ejército Mexicano podría iniciar en breve un interesante programa de revisión de trailers en punto de carga.
Ello implicaría que personal del ejército solos o en compañía de elementos de la Policía Federal Antinarcóticos establezcan vigilancia en los principales empaques legumbreros de Sinaloa, a efecto de que una vez cargados los trailers y revisados por elementos de seguridad, las unidades sean selladas como se hace en las aduanas para que puedan transitar libremente desde el empaque hasta el trocadero en Nogales, Sonora, o el punto de destino final del producto.
A finales de enero, la SEDENA, requirió a la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial -entidad que regula a los exportadores- una lista de productores de hortalizas de exportación, a efecto de iniciar los contactos para determinar el mecanismo que se seguirá para la implementación del dispositivo de seguridad.
Paralelamente y en atención a las demandas de la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa -CAADES-, se trabaja en el proyecto de construcción de un tercer carril de circulación especial para unidades de carga con productos hortícolas que agilizaría la revisión de las unidades, disminuyendo el tiempo de retención y mejorando el mecanismo de supervisión mediante la contratación de personal especializado.
Ambas opciones darían mayor agilidad a las exportaciones, particularmente en el período en que se incrementan los envíos, a partir del mes de febrero, marzo y abril.
Por su parte, el gerente de la Comisión para la Investigación y Defensa de las Hortalizas -CIDH- Lic. Mario Haroldo Robles, reconoció que gran parte del problema en la saturación de los mercados con tomate sinaloense se debe a un incremento en la superficie sembrada, como también a la cada vez más escasa planeación de las siembras.
Un mismo productor, normalmente realiza siembras tempranas, intermedias y tardías porque no sabe en cual temporada su cosecha tendrá un mejor precio, pero debe mantenerse enviando durante el mayor tiempo posible.
El problema inicia cuando más productores le apuestan a las fechas tempranas, intermedias o tardías y que finalmente coinciden con sus volúmenes en un mismo mercado, al que también concurren productores de la propia Unión Americana, destaca el funcionario de la CAADES.
“Es difícil hacer por ahora un balance definitivo de la temporada, porque la esperanza es que las cosas mejoren y todavía estamos a menos de la mitad, por lo que confiamos en que mejorando la calidad del producto y disminuyendo la oferta haya una reacción en los mercados”, concluyó Robles Escalante.