Introducción

Conocer la etiología de enfermedades causadas por virus, debe considerarse como la base para el control de este tipo de enfermedades.

Junto con el chile, el tomate es el cultivo más importante en México, llegándose a dedicar hasta 80,000 hectáreas para su siembra.

En los últimos años, el cultivo del tomate ha padecido los efectos de enfermedades causadas por virus. Los primeros reportes de enfermedades virosas en tomate datan de 1974, aunque fue hasta fines de los años setentas cuando se mencionaron problemas críticos por el efecto de estos patógenos, los cuales actualmente se han generalizado.

La literatura universal ha consignado alrededor de 63 enfermedades virales en este cultivo; sin embargo, muchas de ellas son variantes de virus ya descritos y otros no se han caracterizado plenamente.

En el cultivo de tomate se han realizado estudios estudios que describen la presencia de cinco virus y enfermedades de las que aun se desconoce su etiología. Algunas de éstas no se transmiten mecánicamente, de ahí la dificultad para su estudio; entre los virus de tienen al mosaico del tabaco, mosaico del pepino, jaspeado del tabaco, enanismo arbustivo del tomate, y enchinamiento de la hoja del tomate. Entre las enfermedades que aun se desconoce su agente causal, se tienen: perforado de la hoja en tomate, permanente del tomate y una necrosis con marchitez en brotes nuevos, enfermedades de reciente aparición en el norte de Sinaloa, relacionada con el virus de la Marchitez Manchada del Tomate. Cabe señalar que, en invernadero, se ha confirmado al tomate como susceptible de la “planta atigrada”.

Virus del Enanismo Arbustivo del Tomate

Incidencia y grado de daño: Según Martínez y Galindo, el porcentaje de frutos pintos en diversos campos fluctuó entre un 5 a un 85% y se estimó que en general el 20% de éstos, al cosecharse presentan dicho síntoma. Estos frutos tienen un demérito en el mercado que va desde un 30%, en el mejor de los casos, hasta un 100%, lo que depende de la demanda del producto en ese momento.

Sintomatología: En el campo, el único síntoma que hasta ahora se conoce es el de los frutos pintos, éste se caracteriza por presentar anillos de color amarillo de uno a dos centímetros de diámetro que aparecen en cualquier parte del fruto. En invernadero, es posible observar una necrosis que se inicia en la base de la nervadura central de los folíolos.

Etiología y diagnóstico: Esto es posible realizarlo a través del síntoma en frutos, rango de indicadoras, propiedades de infectividad y microscopia electrónica.

  • Rango de indicadoras: El rango de indicadoras consignado para este virus se caracteriza por síntomas sistémicos, lesiones locales y ausencia de síntomas en diferentes especies.
  • Microscopia electrónica: La partícula del virus es de forma isométrica y mide entre 24-31 mm.
  • Transmisión: El virus se transmite mecánicamente con facilidad. No se ha consignado transmisión por artrópodos ni por semilla, pero es posible que algunas variantes se transmiten por Cuscuta campestris. Estudios recientes señalan que las partículas de virus son excretadas por raíces de plantas sanas, lo que indica que este virus se disemina a través de residuos de cosecha o por el agua de riego.
Enfermedad “Permanente del Tomate” (EPT)

Incidencia y grado de daño: Esta enfermedad se presenta en Guanajuato, donde ya era observada desde el año de 1974. Por esa época, la superficie en el estado era de 13,650 hectáreas y la incidencia de patógeno era incipiente; no obstante, ésta se ha venido presentando cada vez con una incidencia más fuerte y en épocas más tempranas, de tal suerte, que para el año de 1982, la incidencia en la cosecha fue cercana al 100% y debido al efecto del patógeno en la planta, la reducción de rendimiento se calculó en un 60%, principalmente en la región centro sur. En 1980, la superficie sembrada fue sólo de 2,050 hectáreas.

Distribución: Actualmente se ha observado en todo el estado de Guanajuato, en la parte de Querétaro que colinda con el estado y en los alrededores de la ciudad de San Luis Potosí.

El patógeno se presenta en cualquier época del año, no obstante las fechas de siembras tardías (mazo-abril) y el sistema de siembra de almácigos a la intemperie que influye favorablemente en la presencia y grado de daño.

Sintomatologia: Los síntomas se inician con una clorosis en la base de los folíolos de las hojas jóvenes, éstos tienden a ser más alargados y con los márgenes sin “aserramientos”, las hojas que terminaron su etapa de crecimiento son quebradizas y de apariencia cerosa, debido a la presencia de un menor número de tricomas. Las plantas son chaparras, normalmente de un color verde normal. Lo más característico, además del menor tamaño, es que se presenta una necrosis en el pedúnculo de las flores, las cuales son abortadas; a partir de este momento, las plantas ya no producen frutos.

Etiología y diagnóstico:                                                                               —–FOTO —–
  • Rango de indicadoras: El rango de indicadoras se determinó por injerto y sólo se manifestó en especies de la familia Solanaceae. Todas presentaron síntomas sistémicos en forma de moteados bien marcados, como fue en: Datura metel, D. Stramonium, N. Tabacum, V. Santhy, Solanum tuberosum, S. Nigrum y L. Pimpinellifolium. C. Annuum fue inmune al patógeno.
  • Microscopia electrónica: no se han observado partículas.
  • Transmisión: No se transmite mecánicamente, ésta sólo se ha logrado por injerto. Los síntomas se pueden presentar entre 20-45 días después de realizado. En 1986, se consignó al psilido Paratrioza cockerelli, relacionado con la transmisión del patógeno.
Enfermedad “Chino del Tomate” en el estado de Morelos

Distribución: Esta enfermedad se encuentra normalmente en todas las áreas del estado donde se siembra el cultivo del tomate y se ha localizado desde la región de Tejalpa hasta Cuautla y Zacatepec, Morelos.

Incidencia y grado de daño: En una observación realizada en enero de 1987, se detectó entre un 20 a 23% de incidencia de la enfermedad en el área de Tejalpa, que es la parte norte del estado; sin embargo, la región más afectada fue la que se encontraba entre Cuautla y Zacatepec, con incidencia del 100%. En general, se observó que los menos dañados fueron los que se establecieron en octubre, no así las de noviembre y diciembre. Es importante señalar que en esta zona, los problemas de virus se anticiparon: en años anteriores sólo en las siembras de enero se manifestaba una incidencia fuerte; sin embargo, en este ciclo de invierno, el problema se presentó desde noviembre. Los daños debido al efecto del patógeno estuvieron relacionados con la etapa de infección; así, las plantas infectadas antes de la floración casi no tenían frutos comerciales.

Transmisión: Esta enfermedad no se transmite mecánicamente, sólo por injerto. La diseminación por vector la han relacionado con la presencia de grandes poblaciones de mosquita blanca en la región.

Síntomas de la enfermedad: Se inicia con un mosaico leve en los folíolos, los márgenes de éstos son de un color púrpura y doblados hacia arriba, lo que les da una apariencia de “canoa”. Las plantas presentan acaparamiento y el cáliz de las flores manifiesta una coloración morada. En muchos casos, las flores no se abren.

Enfermedad “Marchitez Manchada de Tomate” en Sinaloa           —- FOTO —-

El agente causal de esta enfermedad parece estar relacionado con el Virus de la Marchitez Manchado del Tomate (Tomato Spotted Wild Virus), el cual es transmitido por trips y sobre el que se ha investigado ampliamente a nivel mundial.

Incidencia y grado de daño: Esta enfermedad se presentó en 1986, en la parte norte del estado de Sinaloa, con una incidencia cercana al 100% en las siembras tempranas de tomate (julio). En muchos casos, se rastrearon superficies considerables. En ese mismo año fue posible detectar lotes de 20 hectáreas con una incidencia del 100% y reducciones de rendimiento superiores al 60%.

Sintomatología: Los síntomas consisten en una necrosis en los folíolos de las hojas; esta necrosis es de un color café oscuro. Los folíolos se deforman y las hojas presentan epinastia. La característica más importante es que los frutos presentan unos círculos necróticos de apariencia carchosa.

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