En México, el frijol ocupa el segundo lugar en importancia después del maíz, tanto por la superficie cultivada como por el consumo por persona.
Esta leguminosa se siembra en todos lo estados del país, destacando por superficie cultivada y producción obtenida: Zacatecas, Durango, Chihuahua, Sinaloa y Nayarit. El rendimiento promedio a nivel nacional es de 680 kg/ha, esto debido a que gran parte de la superficie (84%) se cultiva bajo condiciones de temporal y el resto (16%) bajo condiciones de riego o humedad residual.
La productividad de un cultivo se puede incrementar; mejorando, genéticamente a la planta, o el medio donde se practique el cultivo, mediante el mejoramiento de prácticas agronómicas.
El Instituto Nacional de Investigaciones Forestales y Agropecuarias (INIFAP) para el mejoramiento genético del frijol en México, dividió al país en cinco zonas ecológicas, ubicándose un Campo Experimental como sede de mejoramiento para cada área, el cual es el responsable de generar y distribuir material genético a los diferentes campos situados dentro de su área. Quedando el Campo Experimental Valle del Fuerte como sede para la zona cálida con invierno seco que comprende la franja costera baja del Pacífico, donde los problemas comunes para todas la áreas productoras, son virosis, mosaico dorado principalmente y roya entre otros y en regiones como el Norte y centro de Sinaloa también se presenta moho blanco.
El objetivo general del programa de investigación de frijol es generar tecnología para incrementar la productividad y producción de frijol en la zona ecológica.
Para alcanzar estos objetivos el programa de frijol del CEVAF, está llevando a cabo proyectos de mejoramiento genético para la formación de variedades con alto potencial de rendimiento, resistentes o tolerantes a enfermedades, con amplio rango de adaptación, hábito de crecimiento erecto y grano con calidad comercial.
Para sacar adelante estos trabajos, existe intercambio de impresiones y experiencias con otros investigadores, ya sea nacionales o extranjeros. Así mismo con otras instituciones de investigación nacionales e internacionales se intercambia material genético, de donde se introducen genotipos en la búsqueda de fuentes de resistencia o tolerancia a enfermedades o de otras características agronómicas deseables, que en un momento dado puedan usarse como variedades o como progenitores.
En la actualidad en el bloque de cruzamientos, se cuentan con aproximadamente 60 progenitores, donde se realizan las hibridaciones para incorporar las características de estos a materiales adaptados regionalmente. En las poblaciones segregantes derivadas de las hibridaciones la selección en sus diferentes tipos y modalidades, siempre se practica por la reacción a los factores que limitan la producción, calidad del grano y hábito de crecimiento entre otros. La eficiencia del proceso de selección va a depender de las características por las cuales se seleccionan los individuos y de su heredabilidad entre otras causas.
Ya formadas las líneas avanzadas y con alto grado de uniformidad son evaluadas primeramente en un vivero de adaptación, los cuales están formados por líneas del mismo tipo de grano y se prueban en las áreas productoras de su tipo dentro de la zona ecológica. De este vivero se identifican y se seleccionan las mejores líneas, las cuales forman los Ensayo Preliminares o Regionales de rendimiento, de donde se seleccionan las mejores para ser evaluadas en un ensayo uniforme de rendimiento para ser evaluadas en un ensayo uniforme de rendimiento a nivel de área ecológica de donde se selecciona la o las líneas que pueden ser liberadas como nuevas variedades, las cuales deben ser superiores a las ya existentes comercialmente.
Además el programa de frijol del Campo Experimental Valle del Fuerte, realiza estudios de prácticas agronómicas, con el propósito de conocer cuáles son las mejores condiciones para que la planta manifieste su máximo potencial de rendimiento.
Entre los logros y avances de este programa de investigación, destaca la formación y liberación de 14 variedades de frijol: 7 de tipo Azufrado, 3 de tipo Negro, 2 de tipo Canario y otras dos de tipo Pinto.
Es importante destacar que cuando menos en lo que a Sinaloa se refiere, aproximadamente el 90% de la superficie cultivada con frijol se estable con variedades como Azufrado Pimono 78, Peruano P-80, Azufrado Regional 87 y Azufrado Peruano 87, las cuales son producto de la investigación realizada en este campo. Además los estudios de prácticas agronómicas, han generado información suficiente con la cual se ha elaborado el paquete tecnológico para la producción de frijol en la región y entre los avances a la fecha se cuenta con dos líneas uniformes con características agronómicas sobresalientes, las cuales en este momento se encuentran en proceso de validación y son candidatas a liberarse como nuevas variedades.