Si usted encuentra en el cultivo del maíz, señales de “problemas” como lo que se ilustran en este artículo, es posible que este a tiempo para hacer algo por el cultivo. En el caso de deficiencias de nutrientes, es probable que la disponibilidad de uno o más de los elementos en el suelo caiga por debajo del nivel con el cual se obtienen rendimientos rentables.
Sin embargo, todo agricultor dedicado al cultivo de maíz debe ser capaz de reconocer estos signos de peligro y para esto debe revisar el campo varias veces durante el ciclo de crecimiento. Las deficiencias de nutrientes que se presentan cuando el maíz es joven, frecuentemente pueden ser corregidas por medio de una aplicación de fertilizante.
El buen conocimiento de cómo el cultivo ha progresado el ciclo anterior hará posible planear un buen cultivo en la próxima siembra.
La deficiencia de nitrógeno no es fácil de detectar en las etapas tempranas de crecimiento y los síntomas severos rara vez aparecen antes que la planta haya llegado a la altura de la rodilla. Sin embargo, existe escasez de nitrógeno si las plantas jóvenes tienen una apariencia verde amarillenta, en contraste con el verde intenso de las plantas saludable. Esto generalmente se puede corregir por medio de la aplicación de fertilizante en cobertura.
En el momento que el maíz llega a la altura de la rodilla necesita aproximadamente 3.4 kg de nitrógeno por hectárea por día. Es en esta etapa que muchos campos de maíz se quedan sin nitrógeno.
El síntoma se inicia con una amarillamiento en las puntas de las hojas bajas que gradualmente se expande entre las nervaduras y que luego continúa en las hojas más altas en la planta. Cuando el maíz ha alcanzado este tamaño es ya muy tarde para la aplicación de fertilizante en cobertura, pero conociendo el problema, la fertilización del cultivo en el próximo ciclo puede planificarse adecuadamente.
Generalmente la deficiencia de fósforo aparece cuando las plantas son muy jóvenes. El síntoma se presenta como una mancha de color rojizo púrpura en las hojas. El fósforo también controla el tamaño del tallo y la formación de la mazorca. Una muy buena indicación de la deficiencia de fósforo es la presencia de tallos torcidos y débiles que no tienen mazorcas o éstas son pequeñas y deformes.
La deficiencia de potasio aparece como una “quemadura” o coloración café en los filos de las hojas más cercanas al suelo.
Otro síntoma es la presencia de una decoloración café obscura en el interior de los nudos del tallo que se puede observar cortando el tallo a lo largo. Aun cuando la deficiencia de potasio puede no tener mucho efecto en el tamaño de las mazorcas, como ocurre con las deficiencias de fósforo y nitrógeno, los granos en la punta de las mazorcas no se desarrollan, formando mazorcas imperfectas de poco valor.
En los últimos años, las deficiencias de elementos menores se han tornado en un problema en muchos suelos de las regiones donde se cultiva el maíz. Una severa deficiencia de cobre aparecerá en las plantas jóvenes como un secamiento de las puntas de las hojas superiores y una torcedura y secamiento de las hojas más nuevas. Una indicación de la deficiencia de Zinc es el crecimiento desigual del cultivo, con la presencia de plantas de crecimiento normal mientras que aparecen otras muy pequeñas, de solamente 40 a 50 cm de alto, en el momento de la floración.
En suelos bien fertilizados, con una alta población de plantas la presencia de plantas sin mazorcas puede ser indicador de deficiencia de boro. Si esta condición aparece se deberá aplicar aproximadamente 12 kg por hectárea de bórax en la siguiente siembra.
La acidez del suelo afectará seriamente la absorción de elementos por la planta y puede ser la causa de que aparezcan síntomas de deficiencia aunque el suelo esté bien fertilizado. Los suelos ácidos también pueden causar una decoloración y descomposición de las puntas de las raíces, particularmente cuando las raíces de soporte se forman del tercer o cuarto nudo. Por supuesto, el análisis de suelos es el método más simple para verificar la acidez que debe ser corregida por medio de un encalado adecuado. La cal también es una fuente de calcio y magnesio en el caso de usar caldolomítica.
Es una buena idea el revisar completamente el campo en búsqueda de signos que indiquen problemas. En primer lugar observe la apariencia general del campo y compárelo con la apariencia de un campo normal y saludable. El siguiente paso es arrancar plantas aquí y allá e inspeccionar cuidadosamente las hojas, el tallo y las raíces. Más adelante en el ciclo, examine las mazorcas para ver como están desarrollándose. Observe particularmente la presencia de cortes en las raíces causados por las labores de aporque o deshierba mecánica hecha demasiado cerca de las raíces. Corte el tallo para determinar la presencia de gusano barrenador y enfermedades.
Durante la cosecha, revise las mazorcas a medida que llegan de la combinada. Observe particularmente por mazorcas pequeñas, torcidas y que no se hayan llenado completamente y por plantas que no hayan producido mazorcas. Estas señales indican deficiencias severas en el maíz.
Recuerde que cuando aparece un síntoma de mala nutrición, particularmente de los nutrientes primarios de la planta, el suelo esta completamente agotado. Un buen agricultor nunca permite que las reservas alimenticias de la planta se agoten completamente en el suelo.
Aun esos suelos seriamente agotados pueden ser restaurados, mejorando la producción hasta niveles rentables, por medio de fertilización y encalado adecuados. Las enfermedades y problemas de insectos pueden ser controlados con aspersiones de productos aconsejados.
La combinación de una fertilización apropiada, basada en el análisis de suelo, junto con otras prácticas de buen manejo mejora la rentabilidad del maíz.