El maíz, aunque originario de México, no lo es de todo México sino de las alturas frescas, en la estación húmeda y de las costas húmedas y por tanto mas frescas que nuestro territorio. Se adapta así a la precariedad hídrica característica de casi todo el país y si se desarrolla también en el desierto seco y muy caliente, solo produce bien o comercialmente con arriba de 500 mm de precipitación al año y en los lugares con clima benigno, no frío como para trigo, cártamo o linaza que les favorece el desarrollo inicial, ni caliente para la soya, algodón o ajonjolí que no permite la germinación, ni correcto crecimiento al principio si no hay alrededor de 20° C de temperatura nocturna. Benigno así significa fresco, que en la Faja Desértica del Mundo, no alcanza el periodo fresco entre el frío y el caliente y el caliente y frío como para obtener una buena cosecha de maíz y esto sembrado en cualquier tiempo ya que le toca obligadamente el calor mayor de los 40°C, que altera grandemente el desarrollo de la planta, pero mas a la polinización y consecuente rendimiento en grano por planta y por hectárea. El maíz ordinariamente es protoandrio o sea que primero emite y madura las espigas y después los “jilotes”, pero en condiciones de calor extremo frecuente se invierte la secuencia, produciéndose poco polen o poca receptividad estigmática en el elote y esto en muy corto tiempo, lo que dificulta o más bien impide el buen desarrollo y fecundación haciendo al maíz insuficiente en producción o no “redituable” en términos comerciales, en el clima desértico contra lo más fresco por humedad o por altitud.
El maíz según Vavilov y seguidores, es nativo de Mesoamérica que corresponde al Anahuac del dominio de los Aztecas y que iba en el norte imaginariamente desde Sinaloa Centro (Culiacán) hasta el norte de Veracruz e sea la región Huasteca, que abarca la punta de los estados de Veracruz, Tamaulipas, San Luis Potosí, Hidalgo y hasta de Puebla que le toca un mínimo y hacia el sur, hasta los límites actuales de Nicaragua con Costa Rica. Inclusive se asienta que Managua y Nicaragua significan lo mismo: “hasta donde lega Anahuac”
Investigadores agrónomos y taxonómicos antes y después de Wellhausen en 1951 en que publicó en México sobre razas maiceros, han identificado y descrito 45 razas y variedades “criollas”, como se llama correctamente fuera de México y de todas las cuales, solamente cuatro fueron selectas por el fitomejoramiento nacional e ínter, siendo todas las demás marginadas, ya que se ha mencionado sin comprobación conocida, que las razas son “estadíos evolutivos” y de aquí el escogimiento. Las razas en cuestión son: Cónico y Calhagueño para las regiones húmedas y más húmedas de los Valles Centrales favorecidas por los deshielos de las “nieves perpetuas” volcánicas y que son materiales de muy bajo porte y muy esbeltas, permitiéndose por hectárea hasta cerca de 400 hasta 500 mil plantas que aún con mazorca y grano pequeño pueden llegar a producir hasta 20 ton/ha con manejo cerca de experimental. En las alturas medias de la Mesa Central y hacia el nororiente y noroccidente centrales, las razas y maíces comerciales, son poco mas altos y poco mas vigorosos y son de la raza Celaya, que soportan hasta 100 mil plantas unitariamente y que dan un rendimiento posible cercano a las 10 mil ton/ha, en lugares con riego en donde mejor se adapta. Los trópicos húmedos y por tanto relativamente frescos son favorecidos con la raza Tuxpeña de maíz, que son en general muy robustos y anchos en proyección vertical aguantando la hectárea no mas de 50 mil plantas y rindiendo no mucho arriba de las 2 hasta 4 ton/ha en promedio.
El maíz, solo llegó hasta Culiacán en cuanto a su origen y dispersión o adaptación y no hasta el desierto sur sonorense y menos hasta el deshabitado Desierto de Altar en el norte de Sonora. Se han realizado grandes campañas de investigación experimental y de transferencia tecnológica para aumentar la productividad y producción de maíz en las áreas serranas pero parece que no se ha logrado gran cosa, debido en parte al aislamiento físico y a que “si producen mas, no venden” y si no producen por incostebilidad, no comen o no tienen que hacerlo, con grano de muy mala calidad, y a veces muy viejo de importación.
Originalmente se usaron en Sonora las razas adaptadas: Harinoso de Ocho Carreras (H8C), Chapalote, Blanco de Sonora (Blasón), Onaveño, Dulcillo o Dulce del Noroeste (Dulnoro), que prácticamente desaparecieron en cultivo al advenimiento de los híbridos que primero fueron tropicales, de la raza Tuxpeña y de la serie 500, como el H-501 hasta H-509 creo que enano braquitico y a la par con otros mejorados comerciales, pero como eran muy ineficientes se optó por mejorar la raza Celaya y así vinieron los: H-419, H-421 junto con semillas híbridas otras introducidas que si bien cabrían mas plantas por hectárea, eran sensibles a los parásitos y mas al calor. Se logró inducir la resistencia entomopatológica de los tropicales “t´s” a maíces para alturas medias y “trópico seco” como se manejó y salieron los H-430 y H-431 y nuevos, en proceso de reproducción, además de los híbridos comerciales, que siguieron siendo susceptibles a las temperaturas por arriba de los 40° C y ahora esta es la meta, que no fácil pero posible de hacer híbridos de maíz resistentes al calor y de alta productividad, cercana a las 10 ton/ha para Sonora Sur.
Se ha sembrado así en Sonora maíz de por vida pero últimamente con la comercialidad requerida, no ha sido “redituable” y más sentido el efecto en la “gran escala” costera, al grado de que siempre ha estado el cultivo y producción de maíz, ligadas al subsidio oficial y cada vez que desaparece la siembra a causa de las altas reservas nacionales y mundiales, se va el cultivo de maíz, las semillas y agroquímicos y hasta los programas de fitomejoramiento haciéndose discontinuos y siendo en buena parte, la causa de que no se tengan híbridos de maíz altamente resistentes al calor y productivos como se requieren para el desierto sursonorense.
Se han explorado maíces resistentes a la sequía pero parece no ser lo mismo que la resistencia al calor. Si el calor acelera la ontogenia o estadíos de desarrollo del maíz, el frío los detiene haciéndose todo mas pausado, pero también más productivo. Probablemente maíces tardíos y de porte mediano que casi no hay, sean la clave en el logro de híbridos termoresistentes
Se pregunta por otro lado e insistentemente, por que ha llegado la crisis socioeconómica a los extremos, cuando se nos aseguró lo opuesto: que pueblo y gobierno mexicanos, íbamos a ser suficientemente ricos como para soportar el “consumismo” e inflación previstas en el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), aparentemente se firmaron compromisos con los EUA y con Canadá en el peor momento histórico de México, cuando se recurrió a todos los procedimientos de desarrollo económico y ninguno funcionó por razones ajenas a los sistemas emprendidos modernamente, como son el social y neoliberal.
Sin juzgar el acuerdo comercial internacional como benéfico o perjudicial, el protocolo asignado es un bello documento como tal, porque contempla a todas las actividades socioeconómicas y sus factores decisivos y está muy bien preparado y hasta se aprecia muy ventajoso, si se logra el total beneficio de su aplicación. Pero México muy lamentablemente no pudo cumplir en los plazos previstos, deberes comprometidos y todo se reviró en cascada. La gente sin empleo se quedó a pesar del gran esfuerzo gobierno-empresarial, tuvo que irse al “ambulantaje”, sino que a delinquir para poder subsistir y de aquí la gran “inseguridad” que se ha manifestado y que se ha reprimido sin conseguir el propósito y el gobierno con lamentación, dejó con esto de percibir muchos impuestos previstos para convertirse ahora en “caza o devora impuestos”.
Se habló de la “renovación de la flota transportista” de la constitución de “corredores industriales y turísticos”. Antes que esto se percibió la “reestructuración y capitalización bancaria de crédito”, de la “reforma agraria y de la alta producción agrosilvipastoril” como posibles, entre mas normas comerciales. De particular interés se exteriorizó sobre el apartado relativo a la “enseñanza-investigación y extensión universitarias” que aún cuando finiquitada su negociación, no hay viso de cumplimentación al plazo determinado, ya que cuesta tanto mas la integración de la investigación y extensión, a la educación agrícola en especial y transformación de la enseñanza de multi a interdisciplinaria y francamente no están los tiempos para estos propósitos. Se requiere así de negociar políticamente mas que socio o económicamente, la voluntad de renunciar al acuerdo, cosa que se ha dicho imposible o de plano tratar de beneficiarse con el convenio denodado el esfuerzo para cumplimentar las obligaciones contraídas y de gran beneficio aparente, con el empuje de todos. La agricultura es seguramente la que ha recibido el mayor impacto pernicioso del TLCAN y siendo México un país aún con todos sus defectos, eminentemente agrícola y así o “nos salimos” por imposibilidad de cumplimentación o nos “metemos” de lleno; no podemos quedar en la puerta porque nos lleva la corriente que es mucha y como sucede.
Todos nuestros peores males tienen un solo origen; quisimos pasar en harapos del Tercer Mundo al Primero y quedamos en el intento. El crecimiento demográfico mexicano rebasó a la creación de bienes y servicios y podemos caminar pero no correr.
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Apreciado Carlos : A mí me instruyó mucho el artículo que por demás tiene información técnica de campo. Le insto a qué en un próximo artículo nos comente de las diversas variedades de maíz en suramérica en donde encuentra algunas de color rojo, morado y azul, algunas de ellas prolificas en tierras subfertiles y frías con poca precipitación pluvial.