El explosivo incremento en las superficies sembradas de maíz en Sinaloa, donde el cultivo se establece prácticamente durante todo el año está generando condiciones favorables para el desarrollo de algunas enfermedades que si antes no eran importantes hoy representan un peligro potencial porque patógenos y vectores tienen acceso permanente a hospederas disponibles.
Este artículo resume la información generada por el Campo Experimental Valle del Fuerte en una publicación preparada por el M. C. Javier Macías Cervantes y el Ing. Salvador Peraza Medina.
Las principales enfermedades son: Pudrición del Tallo, Achaparramiento u Hoja Colorada, Roya o Chahuixtle, Carbón Común, Tizón Foliar, Mancha Foliar, Mancha Café, Rayado Fino y Pudrición de Mazorca, las cuales se describen a continuación.
Achaparramiento u hoja Colorada. Es causada por un organismo parecido a micoplasma denominado Spiroplasma kunkelli y se ha presentado en diferentes grados de incidencia en los últimos años, debido a la alta población de vectores, principalmente chicharritas.
Las plantas presentan un amarillamiento, seguido de una coloración púrpura en las hojas. Si la infección ocurre cuando las plantas tienen 4 a 5 hojas verdaderas es más severa y además ocasiona acortamiento de entrenudos y proliferación de brotes o hijuelos y jilotes, que por lo general no llegan a producir.
Las siembras más afectadas son las de agosto y septiembre. El tratamiento con insecticida sistémico a la semilla para el control de trozadores, podría ofrecer protección en las etapas iniciales de desarrollo del cultivo.
Roya o Chahuixtle. Esta enfermedad es causada por el hongo Puccinia polysora que se manifiesta como pústulas pequeñas y redondas en el haz y el envés de las hojas, donde se aprecia un polvillo café o rojizo que luego se obscurecen hasta llegar a negro.
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Cuando existen condiciones cálidas y húmedas la infección es más severa, iniciando generalmente en las hojas inferiores. A temperaturas de 16 a 23 grados centígrados y humedad relativa alta puede invadir las hojas superiores y afectar el rendimiento. Si esto ocurre durante el período de floración, se pueden aplicar fungicidas a base de tridimenol, triadimefón u otros, en las dosis sugeridas.
Carbón Común. Es la enfermedad más típica del maíz en México, causada por el hongo Ustilago maydis que infecta el follaje y partes reproductivas, donde produce agallas o tumoraciones cubiertas por una membrana de color blanco brillante. En el elote, las agallas sustituyen por completo los granos y rompen las brácteas.
Se deben evitar daños mecánicos a la planta por implementos mecánicos o por insectos. Es conveniente no sobrefertilizar con nitrógeno porque ello predispone a la planta a la infección.
Tizones Foliares. Causada por el hongo Helmithosporium, de las especies H. Maidis y H. Carbonum cuyo daño es más severo cuando las condiciones de humedad cercanas al 100 por ciento, llegando a producir pérdidas hasta del 30% si la infección es previa a la floración.
Las lesiones que producen son color parduzco y si las manchas llegan a juntarse ocasionan que la planta presente un aspecto similar a quemaduras.
La infección progresa a temperaturas de 20 a 30 grados y humedad relativa alta, pero el tiempo soleado y seco es desfavorable a la enfermedad.
Mancha Foliar por Curvularia. Causada por Curvularia lunata y C. pallescens que se manifiesta como manchas pequeñas, cloróticas y necróticas rodeadas por un halo pálido, dando la apariencia de contener un anillo oscuro.
No se necesitan medidas de control.
Mancha café o Peca. Causada por el hongo Physoderma maydis que provoca manchas circulares de color café oscuro en nudos y entrenudos, así como en las hojas, vainas de éstas y las brácteas.
La humedad ambiental alta y temperaturas en el rango de 20 a 30 grados centígrados son favorables para que la enfermedad se desarrolle, sobre todo si el tejido infectado es joven y tierno.
No requiere medidas de control.
Pudrición del Tallo. Es causada por hongos de los géneros Fusarium, Diplodia, Pythium, Macrophomina y otros, pero se considera más frecuente a Fusarium.
En los últimos años esta enfermedad se ha presentado con incidencia variable, llegando a fuerte. Se presenta un marchitamiento total de la planta, seguido de un rápido secamiento. Como el complejo de hongos dañan al tallo, en la base de la planta, el peso de la mazorca y el viento fuerte ocasionan que las plantas se acamen y en consecuencia la trilladora no las pueda levantar durante la cosecha, traduciéndose en pérdidas.
La prevención incluye uso de semilla sana, tratarla con fungicida y control adecuado de insectos plaga del suelo. Se deben evitar riegos pesados.
Pudrición de Mazorcas. Causada por hongos de los géneros Fusarium, Penicillium, Aspergillus, Macrophomina, Batriodiplodia y Giberella. A estos patógenos se atribuye hasta el 60% por pudrición de mazorcas, además de producción de toxinas que en el caso de Aspergillus y Giberella, limita la calidad del grano y su uso para alimentación humana o animal.
Las esporas son fácilmente transportadas por el viento que las coloca sobre la superficie de la mazorca. Cuando el clima es cálido húmedo, progresan rápidamente.
Marchitez de Stewart. El patógeno asociado con esta enfermedad es la bacteria Erwinia stewartii que provoca que las plantas afectadas muestren un desarrollo raquítico. La bacteria se transmite fácilmente por semilla.
Rayado fino. La apariencia inicial de la planta muestra unas manchas cloróticas pequeñas y aisladas fácilmente observables a la luz. El virus que causa esta enfermedad es transmitido por la chicharrita por lo que las medidas de control son similares a las que se sugieren contra el achaparramiento.